Vestidos frente al ébola

Pablo Ramos, desde hace 18 años uno de los cabezas visibles de esta entidad radicada en Villaverde (Madrid) desde hace 28, califica con un 7,5 la gestión del Gobierno y la Consejería de Madrid en esta crisis del «ébola» y su llegada a España. La empresa ha proveído también de sus productos en otras tesituras «mucho más improvisadas que ésta» por lo inesperado del acontecimiento: la gripe aviar, el mal de las «vacas locas» y, por encima de cualquier otra desgracia, el Prestige. Como freno al negro chapapote en el litoral gallego, Ramos STS enfundó aquel traje que tiñó la marea «blanca» de hasta 900.000 voluntarios.

Ramos describe la ropa antiébola idónea que, bajo recomendación de la Organización Mundial de la Salud ( OMS ), debe ser amarilla y con unas características de resistencia mecánica determinadas. De la amalgama de colores se infiere que el personal del Ejército que se encargó del traslado del religioso español desde Monrovia sí se protegió como procedía ante la crisis, no tanto así el personal del SUMMA al que en las imágenes aportadas por el Ministerio de Defensa español se observa con un traje blanco y las manos selladas con cinta de embalaje, que no corresponde al modelo preceptivo.

-¿Quién se pone en contacto con Ramos STS para solicitar que provea de trajes de especial protección al personal del Carlos III?

-Ramos STS trabaja desde hace décadas en este vestuario ante un plausible riesgo nuclear, biológico y químico. Por ello, ocupamos un puesto referencial en este mercado y colaboramos con los servicios de Emergencias, Cuerpos de Seguridad y el Ejército, además de con el sector veterinario y farmacéutico. Afortunada o desafortunadamente, porque la mayoría de las veces se debe a una noticia desgraciada, se nos hacen este tipo de pedidos porque puntualmente exista un riesgo, que en el caso del ébola, es biológico. Es la Comunidad de Madrid quien se dirige a nosotros tras el conocimiento de que Miguel Pajares ingresaría en un centro de esta región. Por otra parte, desde hace un mes que el Estado, a través del departamento de Sanidad Exterior, ya se estaba preparando puntualmente para proteger los puestos fronterizos de un brote de ébola y un factible riesgo biológico y nos habían puesto sobreaviso.

-Si hace un mes que se preparaban, ¿rechaza las críticas de improvisación que se hagan a la gestión de esta crisis?

-Creo que se ha obrado bien, pero no es a mí a quien corresponda decirlo. España es un país preferente en el suministro de trajes de protección para toda Europa, y el Gobierno ha activado el protocolo de forma conveniente, con las recomendaciones dadas por la OMS. Siempre hay un porcentaje de improvisación, se hacen simulacros para hacer frente a situaciones, existen protocolos y existe cierto nivel de preparación, pero nunca se llega a cubrir el 100% de la incidencia hasta que encaras una situación de emergencia . En cambio, hay muchos organismos, como las Fuerzas de Seguridad del Estado, que siempre están preparadas ante una eventualidad. No obstante, para quienes critican, en España siempre pecamos de saberlo todo y también hay que encarar una situación cuando viene. Nunca se puede conocer del todo.

-¿Ha habido cierta controversia inicial también respecto al centro elegido. Desde su perspectiva, ¿se ha elegido bien?

-El Hospital de La Paz, que gestiona el Carlos III, es uno de los centros epidemiológicos más importantes y tenía todos los medios imprescindibles para hacerlo. Debido a lo que se ha tenido que aislar, por mera operatividad, es más sencillo aislar una zona de un centro que toda un área en La Paz. Claro está que de cara a mejorar la seguridad de todo el entorno acotado, del perímetro de la zona contaminada, con toda la psicosis que el caso ha generado y para tranquilidad de la familia que tenga un paciente en la misma planta que el enfermo, se tomó la mejor decisión.

-En el caso del ébola, ¿cómo es el traje con que deben vestir correctamente? Háblenos de las características específicas que tiene y del tejido de ese modelo.

-Frente al riesgo biológico del virus del Ébola, es la OMS quien ha dado las recomendaciones para su uso en campo: es un traje visual, amarillo, que se llama modelo Tychem-C, con fabricación de la multinacional americana Dupont. Se emplea en ensayos de clase y frente a agentes patógenos sanguíneos, ya que la sangre es inocua pero permea fácilmente y se tiene que imponer un tejido de barrera frente a los elementos orgánicos presentes en la sangre. Este traje amarillo presenta unas características importantes: son desechables, es decir, la enfermera que entra en la zona contaminada hace cualquier acción y sale, lo tiene que desechar cada vez que lo utiliza; tiene una gran resistencia mecánica frente a la abrasión y el desgarro. Es como en aquella película , «Estallido», en que el paciente contagiaba a todo el mundo porque rompía el traje. Imagínese que este enfermo tira del traje de su facultativo. Además, el Tychem-C aguanta la presurización (es decir, está protegido frente a la salpicadura de un estornudo, una regurgitación del infectado...). Le pongo otro ejemplo de situación clara: si una persona trabaja arrodillada sobre un charco de sangre, si lleva un traje con un tejido poroso, permea esa sangre y existe riesgo de contagio. Dentro de las 1.500 referencias distintas que hay con tipos de tejido diversos, hay que valorar la exposición, biológica y química, y determinar cuál puede aguantar.

-¿De qué precio por traje estaríamos hablando?

-Cuesta unos 14 euros cada uno, y después también están las equipaciones para complementar la protección de las manos, que el protocolo dicta se haga con un doble guante, que se sellan con cinta americana, y la protección respiratoria con las máscaras que encarecerían un poco ese precio base, pero no todo vale.

-¿De cuántas unidades consta el pedido que se les ha cursado frente al ébola?

-Hay que tener en cuenta que los pedidos también vienen condicionados por las existencias, es decir, si es de fabricación europea se reciben seis semanas antes que si se fabrican en Asia. Y entonces te la puedes jugar, claro. En este caso, Ramos STS ha recibido una petición de unas 1.500-2.000 unidades para España y también para el segundo de nuestros mercados prioritarios, el europeo, donde irán a parar unas 20.000 unidades.

-¿Se ha cambiado de traje en el periodo de atención a Pajares?

-La Comunidad de Madrid había solicitado para estos días un grado mayor de protección y por ello, íbamos a suministrarles un equipo que dota al personal de mayor movilidad interna, porque el traje se infla, va aderezado con un equipo que suministra aire al interior del vestuario procedente de unos filtros exteriores, es decir, aportando aire del exterior, el traje se infla, luego se exhala el aire y no permite que ningún agente patógeno penetre. Son los llamados trajes de presión positiva, el modelo llamado escafandra ventilada Tychem-F, de los que se dota cuando el riesgo biológico es superior. Si la persona enferma mucho, entonces los riesgos van incrementándose y es mejor trabajar con estos trajes de presión positiva. Cuanto más le facilitemos la vida al personal de atención, con más confort y tranquilidad, mucho mejor. Estamos hablando de que la letalidad del virus es de un 80%. Si el modelo Tychem-C está integrado por politinelo de alta densidad con una capa polimérica, en el caso del F estamos hablando de otra capa fin de barrera y una segunda capa polimérica, es decir, mucho menor grado de exposición a un paciente en cuarentena.

-De todas las crisis que ustedes se han encargado de «uniformar», ¿cuál ha sido la peor?

-Sin duda, la del Prestige, porque nadie puede estar preparado para un desastre igual. Nos sobrepasó, teníamos pedidos de ayuntamientos, consejerías... todos desbordados, y suministramos unas 800.000-900.000 unidades. En ese caso, aunque suene mal, hubo que encontrar el equilibrio entre la magnitud del desastre, el número de unidades y el coste.

-¿Han atendido alguna situación con riesgo nuclear?

-No. Miento. Ante la crisis de Fukushima, tuvimos que hacer desistir a varios compañeros suyos que querían hacer un reportaje en la zona devastada por el tsunami con uno de nuestros trajes especiales. Se lo desaconsejamos también de la mano del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).