Pedro Manzano devuelve la Macarena a Sevilla: «Es ella»
El regreso de la Virgen restaurada cierra las heridas abiertas tras la fallida intervención de Arquillo hace seis meses
La Esperanza recupera el semblante perdido y vuelve a la basílica en un día para la historia rodeada de miles de devotos
Pedro Manzano: «La imagen que tenemos actualmente de la Macarena es la Macarena»
Fernández Cabrero: «Todo sufrimiento vale la pena si los resultados finales son buenos»
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Iniciar sesiónEl día de la Inmaculada volvió la Macarena. Fiesta mayor en Sevilla, no pudo tener más simbolismo. Lo hizo restañando las heridas abiertas aquel infausto sábado de junio, cuando amaneció en el camarín tras una intervención que alteró sobremanera su semblante. Aquello ... rompió en dos la hermandad y convirtió la ciudad en noticia internacional por lo ocurrido. Ayer, a las seis de la mañana, cuando se abrieron las puertas de la basílica para que Sevilla se reencontrara con su Esperanza, no hubo nadie despierto que pudiera contener las lágrimas. Quienes guardaron la cola inmensa, a veces de más de tres horas, y quienes la vieron por las múltiples fotos difudidas, afirmaron al unísono: «Es ella».
La Virgen apareció a los pies del altar mayor, vestida con el manto de tisú, la saya de los volantes, con la corona y la Rosa de Oro que la acreditan como devoción universal. Pero, sobre todo, la Macarena regresó siendo la Macarena, como el propio Pedro Manzano señaló para dejar claro que la impronta de la Esperanza se ha recuperado. La hermandad necesitó emprender un proceso de restauración que ha durado cuatro meses para revertir la actuación que Francisco Arquillo, padre e hijo, acometieron durante apenas una semana en junio, y cuyo resultado fue desolador.
En aquellos días, tras haber intervenido aparentemente sin ese efecto a la Virgen del Rosario y al Señor de la Sentencia, Arquillo retocó a la Macarena según han demostrado las pruebas científicas que se le han efectuado en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) y el Centro Nacional de Aceleradores de la Cartuja. Al sustituir las pestañas, las que colocó fueron de un tamaño que alteraba la particular expresión de la talla. Y, sobre todo, aplicó un recrecido sobre los párpados que redujo los ojos de la Virgen. Nadie que aquel sábado de junio vio a la Macarena en persona o en fotos daba crédito, porque la alteración del semblante era evidente.
Esa fue la primera tarea que emprendió Manzano, eliminar el rastro de todo lo que realizó Arquillo. Se creó una comisión de expertos para hacer seguimiento a todo el proceso y, supervisado por técnicos del IAPH, aceptó el reto de devolver a su estado óptimo a uno de los mayores símbolos de Sevilla. Durante 118 días, la Esperanza Macarena ha estado retirada del culto para afrontar hasta tres actuaciones principales.
Manzano ha retirado la pasta de madera que Arquillo aplicó a los párpados y que desvirtuó la impronta de la imagen
Por un lado, durante aquellos exámenes científicos se demostró que el interior de la imagen estaba afectado por insectos, algo que no se apreció en los estudios previos a la intervención de Arquillo. Según Pedro Manzano, había huellas de anóbidos, que alteraron biológicamente la madera. Y, además, en una pieza de la cadera, que no es original, había rastro de xilófagos, que son más agresivos que los anteriores. Aunque no se detectó actividad de estos insectos, la Virgen estuvo cerca de un mes dentro de una cámara para practicarle una anoxia, es decir, estuvo aislada con cero por ciento de oxígeno para eliminar cualquier posible resto biológico.
Luego, Manzano retiró la pasta de madera que Arquillo aplicó a los párpados y comenzó la tarea de devolver el rostro de la Virgen a lo que toda la ciudad recordaba. Según el informe técnico tras la actuación, no ha sido necesario reconstruir la línea del párpado ni otros elementos significativos de la imagen ni de su policromía «pues estaban en buen estado al retirarse los añadidos recientes».
Donde sí se aprecia ahora diferencia respecto a la última visión que se tuvo de la talla antes de la intervención de Arquillo es en la policromía. Arquillo actuó sobre la encarnadura y también modificó el aspecto que tenía. Hasta entonces, durante años la Virgen se había ennegrecido por el humo de las velas y se había revuelto la pátina que el mismo restaurador -que desde 1978 había sido el médico de la Macarena- hasta resaltarle unos brillos que no eran propios.
Por ello, según Manzano, el proceso más delicado ha sido revertir la limpieza «inapropiada» que aplicó Arquillo y, mediante reintegración cromática -no con nuevas pátinas-, consolidar la encarnadura de la Virgen, respetando la evolución de la propia talla a través de los siglos y las distintas restauraciones. Tal y como relata el citado informe, había pérdidas de policromía por el paso del tiempo y otras fruto de las últimas intervenciones, como el color de los párpados, por lo que se ha reintegrado siguiendo los restos del color presente que permanecían.
Respecto a la mancha histórica de la Virgen en la mejilla izquierda, tan característica y origen incluso de leyendas, Manzano ha subsanado la actuación de Arquillo y ha mantenido esta 'anomalía' como parte de la historia material de la Macarena, matizándola para que se perpetúe, pero de forma sutil.
Otras anomalías que desde hace años tenía el rostro, como los surcos de lágrimas, se han mantenido pero matizadas también, para favorecer la unidad formal de la imagen. Las lágrimas, de hecho, carecen ya de restos de adhesivo que se habían empleado anteriormente. Para las pestañas, se ha seguido el modelo constatado mediante fotografías de las últimas décadas.
Por último, sobre las manos se ha actuado de la misma manera que en el rostro, eliminando la reintegración de Arquillo del pasado mes de junio y la recreación de la huella devocional, que son los besos, reintegrando el color siguiendo la policromía original.
Dos días más de cerca
Por todo ello, cuando los devotos vieron la imagen 118 días después, la sensación general fue que la pesadilla ya había pasado. Aquel error, considerado así también por la junta de gobierno saliente, se ha resarcido con una restauración que, si cabe, deja a la Virgen de la Esperanza en un estado mejor a cómo se la encontró Arquillo.
La Macarena, tal y como ayer se puso de manifiesto, ha vuelto a ser la imagen que era. Así se pudo comprobar el lunes, y también este martes y miércoles, en horario de 7 a 21 horas.
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