«A dormir también se aprende, igual que a hablar o caminar»

Recuperar las rutinas de sueño con la vuelta al cole puede suponer una batalla en muchos hogares

Las claves de una experta en sueño para que el bebé se duerma y no sea tu pesadilla

ABC

La falta de descanso, explica, «puede afectar al desarrollo neurológico y emocional, ya que durante el sueño profundo, el cerebro consolida la memoria y organiza la información aprendida durante el día.

Si este proceso se ve interrumpido, los niños pueden mostrar más dificultad ... para retener nuevos conocimientos y menor capacidad de concentración. Además, el sueño insuficiente altera la regulación emocional, impactando en su rendimiento escolar y en su bienestar general».

De hecho, tal y como señala Chus Pascual, jefa de pediatría del Hospital Vithas Pardo de Aravaca, «el sueño de calidad es tan importante como la alimentación o la actividad física para el bienestar infantil, que sería la triada fundamental para el correcto desarrollo del menor».

Ante esta tesitura resulta fundamental, advierte Santos, «que las familias reestablezcan rutinas de sueño saludables progresivamente: horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y crear un ambiente adecuado para el descanso». Es verdad que, después de casi tres meses sin mirar el reloj ni seguir estrictas obligaciones, es difícil cambiar el ritmo de los niños de un día para otro, pero todo es, según Pascual, «reconducible en estas primeras semanas».

Para lograrlo, asegura María Leyva, especialista en sueño infantil y fundadora de la asesoría 'Siete y a dormir', las familias pueden poner varias estrategias en marcha porque dormir «es una habilidad que se aprende, igual que a caminar o hablar, pero para lograrlo el cuerpo debe prepararse». Una de las pautas que propone es, además de ir adelantando gradualmente la hora de dormir para que el niño pueda regularse por sí mismo, «establecer un ritual relajante antes de acostarse, con un baño de agua tibia, la lectura de un cuento o una actividad tranquila que ayude a bajar revoluciones». También proporcionar al niño un entorno adecuado para el descanso, sin ruidos, en total oscuridad y con la temperatura idónea. «Asegúrate de que la habitación de tu hijo sea un espacio tranquilo, tenga los grados adecuados... Y de ir cumpliendo, con paciencia, con los horarios establecidos».

Volver a las reglas

 

En esta línea, la pediatra Chus Pascual recuerda que «una estructura predecible aporta seguridad y es clave para su bienestar y el comienzo del cole es una forma de volver a esas reglas, a esos hábitos, que son necesarias para la vida y el desarrollo del menor». En esa organización ligada a septiembre, la doctora hace hincapié en el exceso de extraescolares. «No hace falta que hagan 50.000 cosas. A veces son imprescindibles para conciliar trabajo y niños pero no podemos olvidar que ellos también necesitan tiempo de jugar, de merendar tranquilamente, no por el camino a otra clase cuando acaban de tener una jornada completa. No les puedes llevar en dieciocho actividades. De hecho, las extraescolares pueden estar muy bien o convertirse en algo que esté fatal y que les afecte incluso al descanso, porque si un niño está excesivamente cansado o estresado es probable que duerma peor».

El asunto no se debe circunscribirse únicamente a los primeros días de curso porque, según diferentes estudios, un buen descanso mejora en un 40 por ciento el rendimiento en pruebas cognitivas, reduce en un 28 por ciento los problemas de atención y comportamiento en el aula, en un 30 por ciento el riesgo de obesidad infantil y en un 25 por ciento los síntomas de ansiedad y depresión en el adolescente.

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