Peleas entre hermanos en verano: ¿es posible que crezcan en armonía?

Las familias pueden aprovechar las peleas para fomentar algo positivo en casa, según una experta

Así debes mediar en una pelea entre hermanos

«Tener una buena relación entre hermanos no es sinónimo de no discutir nunca», afirma la psicóloga Laura Cerdán ABC

Cuando las familias tienen más de un hijo... ¿Es posible lograr una buena relación entre hermanos? ¿O siempre hay un componente de celos, o de dificultad en la relación que a los padres se les escapa y, en general, no gestionan bien? Tener una ... buena relación entre hermanos no es sinónimo de no discutir nunca. Así lo asegura la psicóloga y psicopedagoga Laura Cerdán, quien afirma que «es normal que los hermanos rivalicen por los recursos de casa, por la atención de los progenitores, y por tanto es normal que discutan y se peleen».

Entre hermanos, explica esta experta, «existe siempre cierto grado de celos y de competitividad. Se están preparando para la vida adulta, y los conflictos entre hermanos suponen un primer «ensayo» de la manera cómo ellos abordarán sus conflictos en su vida adulta. Por eso es muy importante el papel educativo de los padres, los cuales deben establecer unos límites aceptables a esas discrepancias. Lo importante no es que discutan, lo importante es que esas discusiones no se enroquen y den lugar a una mala relación que se traslade a la vida adulta.

Un aspecto que a Cerdán le parece realmente interesante es ver esas discusiones como una oportunidad. «Las familias pueden aprovechar las peleas para fomentar algo positivo en casa, en lugar de imponer castigos. Las peleas dan la oportunidad de aprender a dialogar y argumentar, de llegar a consensos, de ceder o de salirte con la tuya de manera asertiva y positiva, de trabajar la empatía y la resolución de conflictos», apunta.

Una circunstancia que, encima se complica en verano, entiendo, porque, a mayor convivencia... ¿mayor probabilidad de desencuentros? 

Exacto. En verano, los hermanos tienen que vivir bajo el mismo techo, pasan gran parte de su tiempo libre juntos y ellos da más oportunidades de entrar en conflicto. Sin embargo, como decía anteriormente, las riñas son una oportunidad de trabajar el autocontrol, de aprender a gestionar la rabia, de aprender a escuchar y de desarrollar empatía por el otro.

¿Qué podemos hacer 'por la paz mundial' en estas fechas, pero también de cara a futuro? 

Siempre que se pueda, el mejor método y más eficaz será anticiparnos y evitar la riña. Para evitar determinadas peleas, nos puede ayudar mantener ocupados a los niños/as y desviar su atención cuando sea previsible que pueda iniciarse una riña.

Es importante que, en casa, los miembros de la familia conozcan reglas de básicas de comunicación e interacción. Por ejemplo, pedir las cosas por favor en vez de quitárselas al otro directamente, pedir disculpas cuando es necesario, no pegar, no insultar, etc., tratar de intervenir sólo cuando sea necesario, separarles de inmediato si llegan a las manos. Hacerles ver que confiamos en que lo van a arreglar con frases tipo «estoy segura de que vais a encontrar una solución. Si me necesitáis, estaré en el salón».

¿Y pasada la discusión?

Validar sus emociones con preguntas tipo «¿cómo te has sentido?». Ayudarles a encontrar otras posibles soluciones para las siguientes veces con frases tipo «¿lo podrías haber pedido de otro modo?». Ayudarles a encontrar maneras de volver a la calma. Por ejemplo, si vemos que están muy alterados, podemos pedirles que vayan a su habitación y que vuelvan al salón cuando se sientan más tranquilos. Esto no debe vivirse como un castigo, sino como método para facilitarles un espacio de retorno a la calma. Es interesante felicitarles cuando juegan y se divierten juntos, haciéndoles saber que son capaces de colaborar entre sí y disfrutar el uno del otro.

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Como padres, como familia, ¿qué debemos evitar?

No tomes partido, intenta ser neutral. No quieras saber quién empezó. En realidad, no es importante. No etiquetes. No intervengas antes de tiempo. La mayoría de las veces, los hermanos gestionan solos sus conflictos y aprenden así a hacerlo. No emitas juicios como «tu hermano siempre es el que empieza» o «siempre eres tú el que se comporta peor»... A pesar de lo molestas que pueden resultar estas peleas, debemos entender que, como adultos, padres y madres tenemos mucho a aportar. Es fundamental enseñarles desde nuestra propia actitud. Ser un buen modelo para nuestros hijos. Es totalmente incoherente pedirles que sean educados, que traten bien a los demás, que no discutan ni se enzarcen en peleas con sus hermanos y con los demás, si ellos nos escuchan discutir entre nosotros o hablar de los demás con expresiones como «ese niño es tonto», «Pepita es una inútil» o «Pepito se ha ganado una buena bofetada»…

Tal y como explico en mi libro «Para quererte mejor», gran parte del aprendizaje humano es un aprendizaje que se realiza a través de la observación del comportamiento de otra persona que actúa como modelo. En esto se basa el «aprendizaje por imitación» que el psicólogo Albert Bandura defendió en su Teoría del aprendizaje social. Mamá y papá son modelos que seguir para los niños/as. Si ven en nosotros una conducta agresiva o irrespetuosa, ¿cómo esperar que ellos no la tengan también?

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