Hacerse la cama a diario y otras formas de que tu adolescente fortalezca la voluntad, según Álvaro Bilbao

Pero sucedió todo lo contrario. «Estuvieron la hora entera súper atentos todos. Cuando terminé, levantaron la mano para hacer un montón de preguntas, al salir, se arremolinaron a mi alrededor…». «He impartido cuarenta o cincuenta veces la misma charla, y la reacción de los menores siempre es la misma. Me quedó claro que ellos también necesitaban una guía».

Por eso Bilbao «quería que fuera para ellos, no para los adultos. Están en un momento en el que no están programados para escuchar a sus padres, pero sí a otros adultos. Además, quieren entender cómo funciona su cerebro, entender el por qué de sus reacciones. Les interesa mucho aprender sobre ellos mismos… Esto se une a que estamos viendo muchísimos problemas de salud mental, casos de depresión, ansiedad en esta etapa vital… y necesitan ayuda para encarar su situación y saber también encarar el futuro«.

Si no están programados para escuchar a sus padres, ¿cuál debe ser, entonces, el papel del progenitor en la adolescencia?

Mi recomendación es que se pongan mucho en su lugar. Los padres tienen que ser más que un elemento de presión, un elemento de ayuda. El papel del adulto es ayudarle a ir pasando por situaciones: a que se pongan a estudiar, a entender las cosas… Pero como un auxiliar de vuelo que intenta suavizar o calmar los ánimos, en un papel de ayuda, no de control de ese pasajero, porque está en un momento de tensión.

¿Qué está ocurriendo a nivel cerebral en esta etapa que deben saber los adultos?

Esta es una etapa muy importante a nivel biológico. Su cerebro está desarrollando estructuras para asumir riesgos… Y para eso tiene que experimentar con el riesgo, va a tener que relacionarse con muchas personas nuevas, y por eso en esta etapa le da mucha importancia a los amigos. Esto le va a dar habilidades para el trabajo. Tiene que lidiar con ese cambio hormonal que va a hacer que esté un poco más nervioso, más irascible y que su interés esté más en personas de otro sexto que en escuchar -como digo- a otros padres.

Su cerebro está haciendo 'clic' y pasando etapas: clic con el tema de querer estar con los amigos día y noche. Otro día clic: y se empieza a interesar por el por grupo de chicas… Esto se puede observar en un cualquier patio de un colegio de Primaria: los chicos juegan con los chicos y hay muy poco intercambio interés en el otro sexo. Sin embargo entran en la adolescencia y un día les apetece ir al cine o al burguer con las chicas. Es un cambio muy grande y super ilusionante, pero supone estar surfeando encima de una ola que da mucho vértigo. Van dejando atrás el miedo de 'dejar a la familia', no quieren que les dejen en la puerta del instituto, utilizan otros códigos… En la adolescencia están en un momento del que los padres no participamos, y esa es la clave para que ellos se separen de nosotros y disfruten surfeando la ola.

¿Por qué la adolescencia tiene tan mala fama?

Tiene muy mala fama porque nos llegan los casos de chicos que se meten en drogas, con malas conductas, que muchos hemos visto en programas televisivos de reeducación. Pero es una porción pequeña de la adolescencia. Es verdad que las hormonas se disparan, y si pasan por una separación de los padres puede costarles más trabajo controlar el temperamento. Pero, en la inmensa mayoría de los casos, son chicos encantadores que van a clase, se preocupan por sus exámenes, lo intentan hacer bien, intentan sacar su vida adelante, hacen su deporte… pero con su necesidad de desfogarse. Tienen que lidiar con todo eso. Es la primera vez que atraviesan por muchas situaciones y sufren estrés porque tienen que experimentar cosas que no les apetece. Están en una época, además, en la que les cuesta dominar sus impulsos y donde tendrán que trabajar muy duro en los próximos años para construir unos 'frenos' muy potentes. Para eso solo hay una manera: fortalecer el carácter, para ser capaces de dominar su temperamento y poder mantener mejor la calma cuando se sientan enfadados o frustrados.

Dice usted que el carácter se ejercita igual que un músculo. ¿Qué pueden hacer para entrenar su fuerza de voluntad? Dice usted que se hagan la cama a diario…

Si no lo hacen ya, es importante que se hagan la cama y deberían empezar mañana mismo. Es una forma de empiezan el día cumpliendo con una responsabilidad. Este pequeño gesto, que puede parecer insignificante, está mandando un potente mensaje a su cerebro: 'me ocupo de mis propias cosas'. Y al final del día, aunque haya ido mal, se van a encontrar la cama hecha y eso les va a hacer sentir bien, con cierta sensación de orgullo y de control sobre su vida. Hay un video muy interesante, de un comandante de los SEAL, llamado William Harry McRaven, que refleja muy bien la importancia de cultivar la disciplina a lo largo de toda la vida y gira sobre el hecho de hacerse la cama por las mañanas (Ver aquí).

Otra de las recomendaciones es terminar lo que se empieza.

Eso les da una gran fuerza de voluntad, porque ayuda a aprende que la disciplina no es otra cosa que hacer lo que tienes que hacer (o has decidido hacer), aunque en ese momento no te apetezca. De hecho, terminar lo que se empieza es uno de los mejores ejercicios que se pueden poner en práctica para fortalecer el carácter.

Otra de las propuestas en ese sentido es que se 'pongan' alarmas mentales. ¿Qué es una alarma mental y cómo puede ayudar a los adolescentes en esta etapa de su vida?

Es algo muy útil y consiste en algo tan sencillo como programar una 'alarma' en tu cerebro para evitar hacer cosas de las que puedas arrepentirte. Un ejemplo sería que si tiendes a dar portazos, ponerte una alarma en tu cerebro que te diga: «la próxima vez que quiera irme del salón para calmarme no daré un portazo», o si te da pereza hacer deberes será: «a esta hora me voy a programar hacer tal tarea». Se trata de decir, de concienciarte, de pararte un segundo, de guardarte la información, de apuntarlo en un agenda también… Solo el hecho de escribirlo es más fácil que lo recuerdes, aunque luego no mires la anotación.

A lo largo del libro usted recuerda que solo tenemos un cuerpo, y que nadie puede cuidarlo por ti. En ese aspecto, incide en la importancia de irse a la cama pronto. También es una lucha eterna en muchas casas.

Y en todo el país. Cuando pregunto en los auditorios abarrotados de jóvenes cuántas horas han dormido esa noche, tan solo uno o dos levantan la mano por encima de las ocho horas de sueño y la mayoría reconocen haber dormido menos de siete horas esa noche. Y no sólo no se van pronto a la cama, también se van con el teléfono al lado. De hecho, en consulta vemos a muchos menores que vienen derivados para que veamos qué ocurre, porque hay un problema de conducta o no quieren ir al colegio… y cuando tiramos del hilo resulta que vemos que es que han estado hasta la 1 de la mañana, las 3 am. con las pantallas, cosa que agrava la situación. Los padres no saben cómo explicarle, cómo decirle por qué dormir es bueno para él.

En el libro les explico por qué es importante descansar. En primer lugar, porque mientras uno duerme pasan un montón de cosas interesantes, no es un mero trámite que debemos pasar cada noche. Cada noche, mientras dormimos, nuestro cerebro manda unas señales al cuerpo para hacer que el sistema inmunológico se active a máxima intensidad, se preparan las membranas celulares, se desechan todas las toxinas y células enfermas del organismo… Es como si el cuerpo entrara en un taller mecánico para reparar los órganos pero sin lugar a dudas, el órgano que más se beneficia del sueño es el cerebro.

Otro fenómeno extraordinario que hace que el sueño sea tan importante para todos los adolescentes es que, mientras duermen, su cerebro memoriza las cosas que han aprendido durante el día. A más horas de sueño, mejor memoria y aprendizaje. Y en lo que más se nota el haber dormido más o menos horas es en el estado de ánimo…

Una parte muy importante de esta obra está dedicada a ayudarles a elegir buenas compañías, ¿cuál sería la pauta principal?

En esa edad hay mucha tendencia a meterse en relaciones tóxicas, a estar en grupos amigos muy grandes que no siempre elegimos nosotros. Es importante que sepan detectar las banderas rojas, las señales de alarma… El menor debe entender que no es un sujeto pasivo de aprendizaje. Tiene que saber que si le están tratando mal tiene que poner límites y decir 'NO'. Es su derecho y a la vez su responsabilidad. Y si la otra persona no entiende el mensaje, se tendrá que acercar a otros compañeros. Se trata de estar conectado con personas de buena calidad.

También es el momento de abrir el corazón. ¿Cómo ayudarles a observar las señales?

Es cierto que en este momento la química es lo más, les tiene súper inquietos. Tienen curiosidad por probar, experimentar… Por eso tienen que entender que la otra persona les tiene que tratar bien. En otras ocasiones vamos a estar con personas que, sin llegar a ser tóxicas, no nos hacen sentir bien, o no nos ilusionan. Pero estamos tomando decisiones por aspectos que nos recuerdan valores que nos han enseñado en casa, como el orden. Y luego es un rollo porque no conectan desde otro punto de vista. Todos nos vamos a meter en relaciones que no van a salir adelante, y en el libro se explican las señales de que esa relación me puede hacer daño a largo plazo o no es la más apropiada.

Por último, sugiere en el libro que para tomar decisiones, es recomendable hacer una lista.

Hay que tener en cuenta que ya en tercero de la ESO tienen que tomar decisiones importantes, ir pensando un poco en lo que quieren, y que van construyendo su futuro… Tienen que ir trabajando cómo tomar decisiones importantes pero están en una etapa en la que suelen cojear de una de las dos patas: pueden ser personas que son muy racionales, más obsesivos, más cuadriculados… A esos es importante enseñarles a escuchar sus tripas. A los que que en otro tipo de situaciones deciden de forma muy impulsiva y sus razones son 'me ha apetecido', 'quiero estudiar esta carrera porque va mi amigo…'. Sin darle mucha reflexión, les invito un poco a decidir en frío, no en caliente.