Si quieres que tu hijo saque mejores notas, que haga deporte

El ejercicio físico, añade este experto, también profesor de E.F. en el IES Europa (Rivas Vaciamadrid), «es principal para el desarrollo integral y saludable de nuestros niños (6 a 12 años de edad) y adolescentes (de 13 a 17 años). Mejora la salud, el desempeño académico, la adquisición de hábitos de trabajo, esfuerzo y disciplina, el desarrollo social, afectivo y moral. La infancia que se mueve es más capaz físicamente, presenta mayor desarrollo psicológico y, en definitiva, es más feliz».

Así, insiste Del Castillo, «se ha demostrado que los alumnos que hacen ejercicio sacan notas más altas. No en vano los países europeos con mayor carga de Educación Física (E.F.) en el horario lectivo, como Finlandia, donde practican cinco veces a la semana, obtienen los mejores resultados en PISA». También la Universidad de Malmö (Suecia), recoge que los alumnos con cinco horas diarias a la semana de esta asignatura obtuvieron mejores notas en Lengua, Inglés y Matemáticas que los que tuvieron dos horas (Herce, 2014).

¿Por qué ocurre esto? Según relata Del Castillo, «hace unos pocos años un descubrimiento que revolucionó el mundo de la neurociencia ligó definitivamente la actividad física al desarrollo intelectual, haciendo más propio que nunca el tema 'mens sana in corpore sana'. El descubrimiento señala que de esta forma se fomenta la secreción de una proteína llamada BDNF, que estimula el crecimiento neuronal». De hecho, recuerda este docente, «el doctor Francisco Mora, reconocido neurocientífico, afirma que el ejercicio físico contribuye a generar una serie de sustancias que potencian la plasticidad del cerebro y las conexiones neuronales, aspecto que consideramos relevante, ya que no estamos hablando únicamente de la salud y potencial físico, sino de salud y potencial intelectual, mental y social durante toda la vida de una persona».

Si ampliamos el espectro de posibilidades que otorga el movimiento y su práctica regular, continúa este experto, hay que recordar también la relación respecto al potencial de las funciones ejecutivas y el papel crucial de las mismas en el desempeño de los niños y adolescentes. «Esto abarca una serie de procesos cognitivos tales como el razonamiento, la planificación, la realización de acciones dirigidas a objetivos.... De hecho es en el hipocampo, la parte del cerebro que se encarga de la memoria y los nuevos aprendizajes, donde más influye el ejercicio. Hay estudios, como el de Sarah - J. Blakemore, neurocientífica de la University College of London (2009), que demuestran que con la práctica deportiva tienden a crecer nuevas células cerebrales en el hipocampo».

Tanto es así que investigadores de la Universitas Miguel Hernández (UMH) aconsejan impartir las clases de Educación Física a primera hora de la mañana para mejorar la capacidad mental de los alumnos. «La actividad física mejora la vascularización del cerebro, lo que implica –apunta Eduardo Cervelló–, que llegue más oxígeno y nutrientes al cerebro, creado un sustrato biológico más favorable a la función cognitiva, y se consigue que las neuronas funcionen mejor». Dichos expertos de la UMH han comprobado además que con una sola sesión de entre veinte y treinta minutos de ejercicio físico al día es posible mejorar la atención, la capacidad de memoria y el procesamiento de la información.

Por esta razón, recuerda Del Castillo, «de forma inteligente y estratégica, algunos países nórdicos mueven la E.F. durante el año académico para colocarla antes de otra materia que quieran potenciar ese trimestre. Por ejemplo, si quieren potenciar la creatividad, cambian la materia de E.F. de tal manera que en el horario diario tenga lugar antes de la clase de Música. Si lo que quieren es potenciar el cálculo matemático, colocan la E.F. antes de la asignatura de Matemáticas. Si pretenden mejorar la creatividad narrativa, antes de Lengua Castellana y Literatura».

Este docente recuerda que el centro educativo «es el lugar más apropiado para instaurar y mejorar un estilo de vida saludable que supone, además, incrementar la calidad de vida». La realidad es, puntualiza este profesor de E. F. en un colegio de Rivas, «que el 80 por ciento de los niños y jóvenes españoles en edad escolar sólo practica ejercicio físico en los colegios». La materia de educación física dentro del ámbito curricular, recalca Del Castillo, «universaliza el acceso a la actividad física y deportiva para todos los menores».

Por tanto, denuncia, «no aumentar las horas de E.F. de tres a cinco va en contra de la Salud Pública y de todas las recomendaciones de los expertos. No se entendería que sólo las familias que tienen más recursos o que poseen cultura pro-salud promuevan la participación de sus hijos en actividades deportivas fuera del horario lectivo, es necesario un horario común para todo el alumnado».

«Hay urgencia –recalca el asesor del COLEF–, de cubrir todas estas necesidades de manera justa y equitativo, para toda la población infantil y juvenil desde los centros docentes, ya que se da la circunstancia de que la amplia mayoría de menores que asisten a actividades escolares deportivas o participan en actividades físicas como el tiempo de recreo, son niños físicamente activos y los que más necesitan moverse siguen sin hacerlo o no lo hacen de manera suficiente».

El aumento en la práctica regular de la asignatura de Educación Física, concluye Josemi del Castillo, «puede influenciar directamente sobre el rendimiento de la salud y de lo académico. Se corona así como la materia curricular 'llave maestra' de la mejora de la salud integral de los menores».

La escasa asignación horaria de la Educación Física (E.F.) en España choca frontalmente con las recomendaciones de numerosas instituciones y organismos nacionales e internacionales de prestigio, así como de académicos y universidades reconocidas (UNESCO, OMS, Parlamento Europeo, UNICEF, Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad, y un largo etcétera).

La carga lectiva de esta asignatura no sólo es insuficiente para alcanzar los objetivos de cada etapa que presenta el curriculum actual, sino que es insuficiente desde diversos puntos de vista. A nivel físico y fisiológico, una o dos sesiones por semana son insuficientes para obtener los beneficios reales de su aplicación práctica. En este sentido, el Consejo Superior de Deportes y la National Association for Sport and Physical Education (NASPE) consideran que la E.F. debe ser diaria y acumular al menos 150 minutos semanales en Primaria y 225 minutos semanales en Secundaria.

La investigación confirma las sospechas del Parlamento Europeo de que los niveles de Educación Física anunciados oficialmente por escuelas de la Unión Europea (UE) no se corresponden con la realidad, pese a constituir una obligación legal. En dicho informe, los eurodiputados reclaman la obligatoriedad de la E.F. en la enseñanza Primaria y Secundaria, y solicitan a los estados miembros que acepten el principio de que el horario escolar debe garantizar al menos tres clases por semana y animan a las escuelas a superar, en la medida de lo posible, este objetivo mínimo'.