Patrimonio natural
Las tradiciones, el mejor patrimonio del país
Hay que cuidar la forma de entender la vida rural
Caperucita, una historia de supervivencia en la España vacía
Mercedes Barona
Badajoz
España es un país pequeño en extensión con respecto al resto del mundo, por más que a algunos se nos antoje el ombligo de la Tierra y el mejor lugar para vivir. Pero somos pequeños, apenas algo más de 500.000 km2, de ... los que solo el 13% está habitado, lo que nos confiere una densidad de población de 93 habitantes por kilómetro cuadrado.
Un paraíso al alcance
Félix Sánchez MontesEn esta entrega se incluyen 36.009 hectáreas que comprenden la superficie de la Reserva Valenciana de Caza de Muela de Cortes
¿Es un dato positivo o negativo? Depende. Sin cansar con cifras y estudios, aunque dicen que el tamaño siempre importa, lo que nos hace especiales es la ubicación: entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, Europa y África, la zona templada del planeta y la subtropical. Esto provoca que España cuente con una increíble representación de ecosistemas, desde tórridos desiertos a bosques templados, pasando por zonas mediterráneas, humedales, estepas y laurisilva. Se puede atravesar la Península descubriendo una gran muestra de vegetaciones, flora, fauna e incluso paisanaje, que también es muy diverso según el sitio.
Nos diferenciamos, a 'grosso modo', en la adaptación al terreno y a la alimentación que durante siglos se daba en cada zona, antes de la globalización. Y por si teníamos pocas diferencias entre nosotros, nos incorporamos a la Unión Europea y estamos obligados a adaptarnos a unas normativas y unos estándares que en muchas ocasiones nos encorsetan en un traje que no nos sienta bien y que incluso van en contra de tradiciones seculares.
Por eso el mantra «Europa dice, Europa pide, Europa manda» empieza a dar muchos quebraderos de cabeza en aspectos relacionados con la agricultura, la ganadería, la manera de trabajar la tierra o de entender el aprovechamiento de los suelos. Recordemos que nuestro país tiene cerca de un 40% de su superficie total declarada como zona Red Natura 2000, lo que limita enormemente el aprovechamiento de sus recursos y prácticamente cualquier actividad en el territorio acotado.
Por si fuera poco, la nueva Ley de la restauración de la Naturaleza ('Restore Nature'), impulsada por un 'lobby verde' con intereses poco transparentes y en el que están involucrados incluso políticos nacionales, va a suponer para nuestro país, como para casi toda Europa, una 'soga verde' en el cuello de agricultores, pescadores y ganaderos. Con la excusa de un valor superior, de un bien supremo, y bajo la consigna del cambio climático, se pretende devolver la tierra a su estado primigenio. Como si el ser humano no hubiera pisado jamás el planeta.
Con la justificación de proteger la naturaleza, se demonizan la caza o la siembra, la recolección, la ganadería extensiva, el uso de insecticidas, las artes tradicionales de pesca o las quemas controladas y las podas. A cambio se potencia el consumo de comidas artificiales, la carne de laboratorio o la importación de alimentos de países extracomunitarios, a los que apenas se exige una mínima parte de los controles sanitarios que se piden en Europa. Y se obliga a dejar a su libre albedrío un 40% de la superficie del continente, que no se podrá usar con fines agrícolas ni ganaderos, lo que llevará a la extinción de miles de explotaciones y a la absoluta y premeditada dependencia alimentaria.
Puede que todo esto suene a idea conspiranoica o exageración, pero dentro de muy poco tiempo todos nuestros actos van a estar regidos por la supuesta huella de carbono que dicen que emitimos, lo que nos limitará para poder hacer determinadas actividades o tener derecho a ciertos 'privilegios' como viajar, comer carne de verdad o poseer un coche.
No exagero. Algunas entidades bancarias ya están haciendo a sus clientes un resumen mensual del carbono que han 'producido' basándose en cómo emplean su dinero, lo que compran, lo que pagan… Por supuesto, por un módico precio y voluntariamente (por ahora), se puede revertir el terrible daño producido por nuestras acciones cooperando con proyectos de reforestación o desarrollo.
MÁS INFORMACIÓN
¿Hay alguien más interesado en mantener, preservar y defender la Naturaleza que quien vive de ella y aspira a que sus descendientes lo hagan también? La forma de entender la vida rural es nuestro Patrimonio Natural, que deberíamos defender con uñas y dientes frente a intereses bastardos, pues es el legado que vamos a dejar a nuestros hijos, siempre recordando que no poseemos la Tierra: es ella la que inexorablemente, con los años, va acumulando propietarios.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete