Un paraíso al alcance

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Cuaderno de caza

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Javier Hidalgo

Las Muelas constituyen el rasgo más característico de este entorno. Se trata de un macizo rocoso, no muy extenso, con la parte superior aplanada y cerrada por unos cantiles casi verticales. El origen de este macizo montañoso es cretácico y está compuesto principalmente por calizas, alternadas con yesos y arcillas.

Pertenece a las últimas estribaciones de la cordillera Ibérica. Se trata de un extenso altiplano de orografía abrupta que alcanza los 1.015 metros en el Cinto Cabra y se encuentra delimitado al norte y al este por el río Júcar; por el oeste, el valle de Sacarás, entre Ayora y Cofrentes; al sur, la Muela queda separada del macizo del Caroig por un entramado de cintos y profundos canales fluviales.

El pino carrasco y negral, sabinas, boj, madroños y algarrobos forman la flora más significativa de este entorno. En las zonas bajas hay grandes extensiones de matorral donde dominan el romero y el brezo, alternándose con aulagas y jaras, en un terreno seco con poca comida para los animales. En las partes altas existen formaciones con predominancia de coscoja, romero y aulaga; en las partes bajas y fértiles, algunos robles aislados, y densas fresnedas en barrancos, zonas húmedas y umbrías.

Hay gran abundancia de reptiles, como la culebra de escalera, culebra y víbora hocicuda. Entre las aves, se ven águila real, águila perdicera, águila culebrera, águila calzada, halcón peregrino y búho real. Y en mamíferos protegidos, tejón, nutria, gato montés, garduña y topillo de Cabrera.

Dentro de las especies cinegéticas destacan la cabra montés, con ejemplares que no alcanzan un gran desarrollo y que están amenazados por la sarna, aunque hasta la fecha la enfermedad aún no ha entrado en la reserva; el muflón, con muy buenos ejemplares; el jabalí, que se está convirtiendo en una plaga y que causa graves daños a los cultivos; ciervos y gamos en densidades más bajas; zorro, perdiz roja, liebre y conejo, aparte de las palomas de paso y zorzales. Las especies de caza mayor se cazan en la modalidad de rececho y el jabalí en batida por los habitantes de los pueblos que componen la reserva.

La Muela de Cortes se encuentra rodeada de desfiladeros, por lo que la zona ha permanecido aislada históricamente. El uso agrícola se reduce al 6% del total de la superficie y al cultivo de olivares; también destaca en el territorio la presencia de la central nuclear de Cofrentes. La reserva cuenta con otras figuras de protección y de conservación del espacio natural: Paisaje Protegido: Muela de Cortes y El Caroig; Sierras de Martés y el Ave; Zona ZEPA: Sierra de Martés-Muela de Cortes; LIC: Muela de Cortes y El Caroig; Sierras de Martés y el Ave. Incluido en el Catálogo de Zonas Húmedas están, a su vez, el embalse Embarcaderos y Microrreservas de flora: Rincón del Jinete.

Gazpacho de pastor, pan quemao, colandera, torta de chicharrones, la torta mal hecha, arroz de hierbas, ajoarriero de patatas, miel artesanal de romero, mojete de agua, aceite de gran calidad, olla de Cortes elaborada a base de carne de cerdo, alubias pintas pequeñas y arroz, tortas de embutido, embutidos artesanos, carne de cordero, carne de caza… Debido a la dureza del clima en invierno, sus platos son clásicos de zonas de montaña: gachamiga, gachas y mojete arrastrao. En la época veraniega se pueden saborear platos como el trigo picado. En los hornos podemos encontrar las tortas de sardina, jamón, longaniza o chorizo. Durante la festividad de la patrona (del pueblo o las aldeas) se elabora pan bendito.