Bebés: Antes de los 5 meses se podría identificar con una eficacia del 98% el retraso motor o cognitivo
Detectar y tratar estas alteraciones durante los primeros meses de vida incrementa las posibilidades de corregir o mitigar posibles secuelas
«Si los padres no están tranquilos con la respuesta que sea sobre el neurodesarrollo de sus hijos, deben insistir»
La última evidencia demuestra que los nuevos abordajes de la Medicina Física y Rehabilitación, que combinan varios procedimientos y herramientas, permitirán detectar de forma precoz alteraciones en el neurodesarrollo de bebés menores de cinco meses. En el marco del 61.º Congreso Nacional de la ... Sociedad Española de Medicina Física y Rehabilitación (SERMEF) que se está celebrando en Santander del 17 al 20 de mayo, tres especialistas han ahondado en estos resultados clave para actuar cuanto antes frente a posibles trastornos del movimiento, aprendizaje, etc.
Detectar y tratar las alteraciones en el neurodesarrollo durante los primeros meses y años de vida cuenta con grandes ventajas. En esta etapa de la vida, el cerebro se encuentra en una fase de desarrollo y mayor plasticidad y, por ello, se incrementan las probabilidades de corregir o mitigar las posibles secuelas antes de que se vuelvan más severas o crónicas.
En la actualidad, las herramientas que cuentan con mayor evidencia a la hora de detectar de forma temprana estas posibles alteraciones, tal y como ha señalado la médica rehabilitadora del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Belén Maza, son «la valoración de los movimientos generales (GM), la escala de evaluación neurológica estandarizada Hammersmith Infant Neurological Examination (HINE), y la resonancia magnética». Las dos primeras opciones dependen de forma directa de la valoración que los especialistas de Medicina Física y Rehabilitación llevan a cabo en su consulta.
Los movimientos generales, repertorio de movimientos espontáneos presentes desde la vida fetal hasta los seis meses, han demostrado una fiabilidad y sensibilidad del 98% a la hora determinar el retraso motor o cognitivo y del 100% en el riesgo de parálisis cerebral.
«Los GM normales de los niños son fluidos y elegantes y crean una impresión de complejidad y variabilidad. Sin embargo, en un bebé con el sistema nervioso deteriorado pierden estas características. Identificar esta pérdida, con patrones específicos, es crucial para reconocer de forma precoz a los niños de alto riesgo y planificar una intervención precoz que cuente con terapias óptimas», ha explicado la especialista en Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario Virgen Macarena, Belén Romero.
Así, tal y como ha indicado Romero, «la evaluación de GM de Prechtl (en pretérminos, a término y del tercer al quinto mes), incluida la Motor Optimality Score (MOS), identifica patrones patológicos de los MG, proporcionan información sobre el neurodesarrollo posterior y diferencian con precisión entre los bebés con desarrollo adecuado y aquellos con mayor riesgo de retraso motor o cognitivo».
Una vez se ha identificado el riesgo, los profesionales pueden comenzar su trabajo para tratar de reducir las posibles secuelas derivadas de la alteración. En este punto, la especialista del Hospital Vall d'Hebron, Mar Meléndez, ha destacado que, «en los últimos años, la intervención precoz de estos pacientes ha experimentado un cambio significativo en base a los nuevos conocimientos sobre la neuroplasticidad cerebral».
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«El trabajo que desarrollan los pequeños y genera cambios en su cerebro consiste en un conjunto de acciones que realizan por sus propios medios, motivado por juguetes y actividades (enriquecimiento del entorno), que realizan en si propio hogar con la supervisión de su familiar. De esta forma, se generan actividades estimulantes en el ambiente habitual del niño y que se pueden repetir hasta conseguir objetivos funcionales», ha explicado Meléndez.
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