Interior mantiene el refuerzo de antidisturbios hasta el domingo por las protestas contra la amnistía
La mayoría de manifestantes pacíficos toma el control de una nueva marcha en Ferraz y expulsa a los ultras
La Policía espera un recrudecimiento de las protestas cuando se consume el pacto de Sánchez y Puigdemont
Lee el documento íntegro del acuerdo de investidura
Así reventaron los ultras la manifestación contra la amnistía el martes en Ferraz
La Policía sigue en máxima alerta por las protestas ante la sede federal del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid. De momento ha decidido mantener en la capital de España a los cinco grupos de las Unidades de Intervención Policial (UIP) llegados desde otros ... puntos de España para reforzar a sus compañeros de la Jefatura Superior de Madrid, que estos días además han tenido que garantizar la seguridad en partidos de fútbol de la Champions League, uno de ellos, el del martes, de alto riesgo.
La previsión de la Policía es que a partir de ahora disminuya la intensidad de las protestas, como ya se vio este miércoles en la calle Ferraz, donde fue convocada una sentada a las 19.30. Desde más de dos horas antes las UIP tomaron posiciones para evitar el acceso de los concentrados a la sede del PSOE, lo que volvió a provocar grandes atascos.
La Policía reforzó aún más el dispositivo de seguridad, hasta los 400 agentes, el doble que para un partido de alto riesgo. El lunes se habían desplegado apenas tres grupos, ocho el martes y el miércoles, diez, lo que demostraba la preocupación por lo que pudiera suceder y la firme decisión de impedir que la situación se descontrolase.
La manifestación de la pasada noche, mucho menos numerosa que la del martes, también tuvo un ambiente radicalmente distinto, con llamadas a no ejercer la violencia y gritos de apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. A diez minutos del comienzo de la sentada, la calle Marqués de Urquijo seguía abierta al tráfico, si bien conforme fueron llegando más personas la Policía cortó la circulación. «Puigdemont a prisión» y gritos contra Pedro Sánchez volvieron a ser los más repetidos.
El ambiente era mucho más relajado que en la jornada previa y fuentes de la Policía comentaron a ABC al inicio de la protesta que esperaban que esta fuese la tónica general, sobre todo tras la condena del Partido Popular de las algaradas. Vox, que defiende la concentración ante las sedes, también ha expresado su rechazo a los actos violentos.
Los ultras, expulsados
«La violencia no nos representa», gritaban algunas personas, al mismo tiempo que señalaban e increpaban a posibles elementos ultras detectados entre ellos. «Fuera, fuera», les gritaron. Los policías, apostados tras las vallas contra las que el martes arremetían los ultras, tenían anoche una actitud mucho más tranquila. No llevaban puestos ni siquiera los cascos, con los que en la anterior protesta estaban equipados.
El barrio de Argüelles estaba muy tranquilo. Ni un solo movimiento de ultras se detectó en esta jornada por sus calles. Nadie parecía dispuesto a a que se reprodujesen los sucesos del martes, cuando grupos de radicales reventaron la manifestación arremetiendo contra los agentes y lanzando todo tipo de objetos, como barras de metal, adoquines y botellas de vidrio.
En un momento, mientras continuaban los gritos contra el presidente del Gobierno en funciones y las negociaciones que mantiene con el fugado Carles Puigdemont, se lanzaron octavillas en las que se criticaba a los neonazis presentes el martes bajo el lema «Somos pacíficos, no violentos» y se manifestaba que «los neonazis no representan a nadie«: »No vamos a dejar que 20 cobardes revienten estas manifestaciones».
Y añadían: «Ellos son los tontos útiles del PSOE. No vamos a dejar que frenen estás manifestaciones de miles de españoles que queremos parar los planes de Sánchez». Otra persona, megáfono en mano, llamó a no tocar ni siquiera las vallas del perímetro policial. «Lo único que hemos conseguido con eso son golpes», alentó mientras recibía el aplauso de los presentes.
Sin embargo, esa previsible disminución de la intensidad de las protestas, ya constatada el miércoles, tendrá un frenazo brusco, según los analistas policiales, el día que se anuncie el posible acuerdo del Gobierno con Junts y el alcance del mismo. Las fuentes consultadas por ABC esperan ese día numerosas concentraciones en toda España, pero preocupan especialmente las de Madrid y Barcelona, en esta última ciudad por posibles enfrentamientos entre elementos de extrema derecha e independentistas radicales.
La capacidad de convocatoria de los violentos
En la capital la mayor inquietud la provocan los grupos de extrema derecha, que han demostrado una organización y violencia que llama la atención de los expertos. Asimismo han demostrado capacidad de reunir hasta 400 individuos muy violentos de organizaciones como Bastión Frontal, Nueva Democracia, Hogar Social o Ultras Sur y Frente Atlético. Algunos tienen varias militancias, lo que es habitual en estos grupos. Al calor de esos incidentes violentos han convocado también en los próximos días grupos de extrema izquierda.
La clave para que puedan actuar a sus anchas es que haya masa en la calle, porque es entonces cuando pueden reventar protestas pacíficas lanzando objetos a la Policía primero y con tácticas de guerrilla urbana cuando se produce la respuesta de las UIP. Si hay pocas personas concentradas se les detecta y se les puede aislar con mucha más facilidad, lo que evita bastantes problemas a los policías a la hora de neutralizarlos.
Hasta el momento se han producido una decena de detenciones, pero todo apunta a que los próximos días habrá más, ya que en todos los altercados hay identificaciones fotográficas que pueden dar lugar a arrestos. «La crispación social es muy alta y el enfrentamiento político tampoco ayuda a calmar los ánimos», advierten fuentes policiales que temen que salte alguna chispa que termine de incendiar los ánimos.
Por eso, y tras la decisión controvertida de lanzar gases lacrimógenos a los concentrados el lunes, la contención de las UIP es máxima. Su preparación y profesionalidad ha evitado, una vez más, males mayores, aún a costa de resultar heridos decenas de sus agentes.