Los tickets de los restaurantes, a veces, esconden sorpresas desagradables. Y no solo por el precio del servicio a abonar. Es lo que le ha ocurrido a una joven tras visitar el pasado viernes un restaurante de Valencia.
Según su relato, el conflicto se originó cuando una de las comensales, vegetariana, solicitó que los platos no llevaran carne. Así se lo hicieron saber al empleado del local, que cumplió con sus indicaciones y llevó a la mesa, por separado, los torreznos que incorporaba uno de los entrantes.
Sin embargo, la calidad del mismo no gustó a las clientas. «15 euros por un plato de puré de patatas con huevos, torreznos y trufa rallada. ¿Veis la trufa? Yo tampoco», indica la denunciante en redes, adjuntando imágenes.
Además, el principal -«Spaguetti boscaiola»- servido a la chica vegetariana no cumplía con sus expectativas: «Los espaguetis que inicialmente había pedido mi amiga eran de champiñones con queso sin carne, resulta que ese plato estaba fuera de carta. Nadie nos lo ha dicho y sin consultar han sacado esto, espaguetis con tomate sin más, que pretendían cobrarnos al precio de los otros cuando esto, sinceramente... Tienen mejor pinta los que hago yo en mi casa».
Pese a todo, la experiencia todavía guardaba un giro inesperado. Al solicitar la cuenta, el ticket incluía los habituales comentarios que el personal de sala deja a los compañeros de cocina sobre la preparación de las diferentes elaboraciones.
Sin embargo, en el espacio reservado al plato de espaguetis, el camarero había ido más allá y había adjuntado la comanda con un descalificativo personal: «Sin carne para la rompebolas». Un vulgar adjetivo que se utiliza para referirse a una persona impertinente o pesada. Pese a ello, las clientas no recibieron ninguna disculpa antes de abandonar el establecimiento.
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