Viaje al extraño mundo metálico de Psyque: «Hasta que no lo veamos de cerca no sabremos qué es»

Ahora, 171 años después, una nave de la NASA pondrá rumbo a este inusual asteroide metálico del que los científicos especulan que podría ser un trozo de un núcleo de un planetesimal (lo que fueron los planetas antes de serlo) que se desprendió al principio de los tiempos, cuando el Universo era un lugar caótico y todos los objetos chocaban unos con otros constantemente. El despegue tendrá lugar este jueves 12 de octubre desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, iniciando un viaje de 3.500 millones de kilómetros hasta este objeto que los científicos describen «con forma de patata»: de forma irregular, con al menos dos depresiones que seguramente sean cráteres y de 280 kilómetros de largo por 232 de ancho. «Pero hasta que no lo veamos de cerca por primera vez, no sabremos cómo es realmente«, indican desde la NASA.

De hecho, los datos revelados por los instrumentos que han apuntado a Psyque arrojan contradicciones sobre su composición. «El análisis científico indica que Psyche probablemente está hecho de una mezcla de roca y metal, y que el metal compone entre el 30% y el 60% de su volumen«, señalan desde la agencia espacial estadounidense. La gravedad superficial del asteroide es mucho menor que la de la Tierra, incluso menor que la de la Luna. »En Psyche, levantar un coche sería como levantar un perro grande aquí, en nuestro planeta«, continúan.

Las incógnitas en torno a este mundo metálico no acaban ahí: mientras que las rocas de Marte, Venus y la Tierra están llenas de compuestos de óxidos de hierro, la superficie de Psyche no parece contener muchos de estos materiales. Los investigadores piensan que esta diferencia se puede deber a que este asteroide difiere de las historias comunes de formación de la formación de los planetas.

«Si se demuestra que el asteroide es material del núcleo sobrante de un bloque de construcción planetario, los científicos aprenderán en qué se parece y en qué se diferencia su historia de la de los planetas rocosos -señalan-. Y si los científicos descubren que Psyche no es un núcleo expuesto, puede resultar que sea un tipo de objeto primordial del sistema solar nunca antes visto».

El viaje será largo. Si todo va según lo previsto, la gravedad de Psyque 'atrapará' a la nave a finales de julio de 2029, aunque habrá que esperar a agosto para que comience la misión principal y retrate de cerca a aquel mundo metálico. Así pasará dos años, mapeando y recopilando datos para determinar su composición y ofrecernos una nueva visión del Sistema Solar.

La sonda, de aproximadamente el tamaño de una camioneta pequeña, funciona con un nuevo sistema propulsión eléctrica solar que aprovecha la potencia otorgada por grandes paneles para crear campos eléctricos y magnéticos. Estos, a su vez, aceleran y expulsan átomos cargados, o iones, de un propulsor llamado xenón (un gas neutro utilizado en los faros de los automóviles y en los televisores de plasma) a una velocidad tan alta que crea el empuje necesario para la nave. El gas ionizado emitirá un brillo azul parecido al de la ciencia ficción mientras sigue a Psyche en el espacio. En el vacío sin fricción del espacio, la nave espacial acelerará lenta y continuamente, lo que no hará que sea el viaje espacial más rápido de la historia, pero si uno más sostenible.

A bordo de la nave, tres instrumentos principales. El magnetómetro buscará pruebas de un antiguo campo magnético. Hallarlo sería una fuerte evidencia de que Psyque se formó a partir del núcleo de un cuerpo planetario. También cuenta con un espectrómetro de rayos gamma y neutrones, que ayudará a los científicos a determinar los elementos químicos que componen el asteroide y a comprender mejor cómo se formó. Por último, el generador de imágenes multiespectral proporcionará información sobre la composición mineral de Psyque, así como su topografía.

El equipo científico de la misión aprovechará, además, el sistema de telecomunicaciones como un instrumento adicional: al analizar las ondas de radio con las que se comunica la nave espacial, los científicos pueden medir cómo el asteroide afecta la órbita de la nave espacial. Esa información les ayudará a determinar la rotación, la masa y el campo gravitatorio del mundo metálico, ofreciendo aún más información sobre la composición y estructura de su misterioso interior.