Así es Miguel Lordán: de dirigir clases colectivas a entrenar a celebridades

El CEO de ML Trainer cambió las clases colectivas en Barbastro, su pueblo natal en Huesca, por el entrenamiento personal . Comenzó con caras tan conocidas como la de Verónica Hidalgo o Mónica Pont y cada vez son más los que confían en sus rutinas de alta intensidad. A pesar de que fue arriesgado dejarlo todo para probar suerte en Madrid, lo tiene claro: «Hay que pelear por lo que uno cree».

¿Cómo es Miguel Lordán?

Miguel Lordán es un tío muy hiperactivo, nervioso y que ha hecho deporte toda la vida. Llevo desde los 14 años entrenando, competí en halterofilia, he hecho judo, fútbol... Me gusta cuidarme, aunque no soy mucho de dietas.

¿Cuáles son sus hábitos?

Entre semana intento comer sano y coger buenos hábitos. Normalmente al mediodía no tengo tiempo para comer, por lo que suelo picotear fruta. Podríamos decir que hago una especie de ayuno intermitente y ya por la noche ceno más fuerte de lo normal. Pero en el fin de semana esto me lo salto un poco.

¿Qué es lo que nunca puede faltar en su nevera?

Fruta y alimentos crudos, como frutos secos, verdura, ensaladas... puesto que me dan mucha energía. Hace tiempo dejé el café y lo voy supliendo con fruta y la verdad que me está yendo muy bien.

¿Cuál es su relación con el deporte?

Saco el tiempo de donde puedo. Intento ponerme al menos un par de días por semana, porque mis horarios son un poco caóticos. Pero la verdad que me encanta, ya sea correr o hacer entrenamiento funcional.

¿Qué tipo de rutina sigue?

Siempre hago entrenamiento funcional, como el que realizamos en ML Trainer. Son rutinas muy rápidas, en las que intento ponerme un poco más de peso que los clientes, pero que sean más cortas, de 30 minutos, muy cañeras y sin descanso. El fin de semana ando mucho, corro e intento hacer algo más al aire libre, porque si no me agobio de estar tanto en el gimnasio.

¿Entrena solo?

Tengo un grupo de amigos con los que entreno para así obligarme a hacerlo; si no, no hay forma.

Así se motiva.

Exacto. He tenido épocas en las que me costaba más entrenar y era porque me faltaba esa motivación. Hace poco, por ejemplo, hice la maratón de Lisboa y cuando me la estaba preparando sí que tenía esa motivación, porque quería acabarla bien y conseguir una buena marca. Sin embargo, normalmente no la tengo, por lo que me ayuda entrenar con mis amigos.

¿Cómo empezó en el entrenamiento personal?

Llevaba muchos años al frente de gimnasios en los que dirigía clases colectivas, pero llegó un momento en el que ya no me sentía cómodo con ello y no me terminaba de motivar. Entonces me di cuenta de que el entrenamiento personal me llamaba la atención, pues para mí todo lo personalizado gana mucho valor y es a lo que va tendiendo cada vez más el mercado, porque los resultados son mejores.

¿Cómo se dio a conocer entre la gente famosa?

Me puse en contacto con Verónica Hidalgo, Mónica Pont y Lidia Torrent, que todavía es mi clienta. Yo soy de Barbastro, Huesca, y comencé a venir a Madrid para darles clases, pero después volvía a mi pueblo, pues seguía teniendo allí mis gimnasios. Sin embargo, llegó un momento en el que empecé a tener mucha gente, vendí todo lo que tenía allí y me vine a Madrid con una mano delante y otra detrás para probar. La verdad es que fue muy arriesgado, pero salió bien. Hay que pelear por lo que uno cree.

Y sin publicidad.

Con mis clientes he tenido mucha suerte. Sigo teniendo los mismos desde hace muchos años, como Daniel Grao, Wally López, Macarena García... Y fue el boca a boca, nunca he hecho publicidad ni he pagado por ella, tan solo comparto algunos de mis entrenamientos en Instagram.

¿Cómo aborda el entrenamiento personal para que las caras más conocidas le elijan?

Nuestros entrenamientos se basan, sobre todo, en la motivación, la técnica y el ser muy cercano. Todos mis clientes son amigos, mis clases cambian cada día, estoy siempre a lo último en material, innovando en todo lo que sale, y no paro de formarme nunca. Pero la motivación, sobre todo, creo que es lo que nos diferencia del resto y lo que hace que vengan a gusto a entrenar, porque cuando de verdad uno encuentra algo que le motiva y le gusta, no lo deja. Por eso muchos de mis clientes siguen conmigo hasta ocho años después, y eso es muy difícil.

Y las facilidades que da.

Sí, también doy muchas facilidades, como por ejemplo en tema de horarios. Siempre digo que todos los problemas tienen solución, no hay que estresarse si hay algún atasco o cambio de hora. No quiero que la gente venga estresada a entrenar, por eso intento darles soluciones.

¿Cuáles son los objetivos que más persiguen sus clientes y cómo les ayuda a conseguirlos?

Depende de cada cliente. En el caso de las mujeres suele ser definir o trabajar glúteos y brazos. Pero después hay objetivos más específicos, como algún actor que quiere hacer un papel y necesita ponerse muy fuerte, o al contrario, tiene que definir mucho. Y para eso hay que cambiar dieta, hábitos, entrenamientos...

También hemos tenido cantantes que iban a hacer una gira y tenían que correr de un lado a otro sin haber hecho nunca deporte. En estos casos, el entrenamiento lo enfocamos más al cardio para que puedan aguantar. Al final siempre cumplimos objetivos.

¿En cuánto tiempo real se pueden notar los resultados?

En un mes, debido a la intensidad de las rutinas. Recomiendo dos entrenamientos a la semana, máximo tres, y en un mes comienzan a verse los cambios y es cuando te empiezas a motivar. Sobre todo hay que marcarse pequeños objetivos y disfrutar de los logros que vayamos consiguiendo. De esta forma no te vienes abajo y eres mucho más óptimo.

¿Dónde está la clave? ¿HIIT, fuerza...?

En la combinación de todo: HIIT, fuerza, boxeo, cardio, peso... Depende de la semana, de la persona y de los objetivos. Es lo bueno de que sea personalizado, que el entrenador conoce muy bien a sus clientes. Por ejemplo, si se adelgaza más de la cuenta, quitas un poco de HIIT y pones más fuerza. Ahí es el entrenador el que tiene que planificar el entrenamiento y ver dónde se puede mejorar.