El entrenamiento intenso con el que eliminarás el estrés del cuerpo

1. Tensores de inercia . Para realizar este ejercicio debemos tener la espalda recta y doblar un poco las piernas, como si nos sentáramos en una silla. Tenemos que tensar un poco las cuerdas y darle con fuerza, siempre controlando las rodillas. Recuerda mantener la posición y no doblar la espalda.

2. Jumping jacks . Partimos de una posición inicial con los pies juntos y las mancuernas cogidas a la altura de los hombros. Entonces saltamos y a la misma vez abrimos las piernas y extendemos los brazos por encima de la cabeza. Así, una y otra vez.

3. Balón medicinal. Manteniendo la espalda recta, cogemos el balón –este pesa 6 kilos–, lo levantamos por encima de la cabeza y lo arrojamos sobre la superficie con toda la fuerza que podamos. Este ejercicio es muy bueno para combatir el estrés.

4. Desplazamiento lateral . Con el balón medicinal sujetándolo a la altura del pecho, nos desplazamos hacia un lado y lo arrojamos contra la pared. En el rebote lo cogemos y nos volvemos a desplazar hacía la posición de inicio. Este ejercicio es muy bueno para los oblicuos.

5. Sentadillas inestables. Para este último movimiento debemos ponernos encima de una superficie inestable, en este caso será una tabla de surf. Entonces, con los pies abiertos un poco más de la anchura de nuestros hombros –para buscar una mayor estabilidad– realizamos una sentadilla. Es importante no meter las rodillas hacia dentro y bajar mínimo 90 grados. Como vamos a estar sujetando un balón a la altura del pecho, cuando subamos de la sentadilla debemos elevar esa pelota por encima de nuestra cabeza haciendo un press.

Calle de Gandía, 3. ML Trainer , es aquí. Al cruzar la pesada puerta de cristal que te refugia del frío helador de Madrid, ya percibes que no estás en un gimnasio convencional. Ni logotipos, ni publicidad, ni entrenadores vestidos todos al unísono como si se tratasen de calcomanías. Pero, sobre todo, llama la atención una sensación cálida, que no viene por el contraste con el frío de fuera, sino por una impresión de ya haber estado en este lugar antes, de ser un sitio que frecuentas, a pesar de ser la primera vez que pones un pie en él.

Esta es una impresión totalmente contraria a la que experimentas cuando llegas nuevo a un gimnasio, en el que te sueles sentir perdido entre un montón de gente desconocida y máquinas que todos dan por hecho que sabes utilizar.

Miguel Lordán automáticamente te transmite su energía y buen rollo; cualquiera diría que lleva casi 12 horas trabajando. El trato es de cercanía y confianza , parece que te conozca de toda la vida: te hace sentir a gusto desde el primer momento.

Alrededor, todo está lleno de accesorios deportivos que llaman a ser usados: una tabla de surf, tensores de inercia y muchos más artilugios que es difícil descifrar para qué sirven. Se presagia una clase divertida...

Belén es la compañera de entreno. Parece que lleve bastante tiempo haciendo ejercicio, pues se le ve fresca como una rosa tras la 'paliza' de Lordán. Tras un pequeño calentamiento en la bicicleta estática y en la cinta de correr Assault, Lordán dispuso un circuito de 45 minutos con ejercicios intensos para todo el cuerpo, sobre todo, enfocados a fortalecer glúteos y abdominales . Las agujetas de los días posteriores fueron importantes...

En todo momento, Lordán está pendiente de la postura , gritando para que tu ánimo no decaiga y exigiéndote un poco más si ve que puedes; él sabe que puedes, aunque tú no lo creas. Los momentos restantes canta al compás de los 'temazos' que no paran de sonar. A veces, sin querer, te dejas llevar y se te va el cuerpo, quieres bailar, pero este entrenador personal no te da tregua; el descanso es mínimo.

Durante el entrenamiento son incontables las veces que puedes llegar a pensar que no puedes más, que tu cuerpo no da más de sí. Pero, de repente, termina y esos 45 minutos que veías interminables se convierten en los más fugaces de tu vida. La sensación de cansancio de repente desaparece, quieres seguir.

Mientras que uno se recupera del intenso entreno, Belén comparte que no lleva mucho tiempo haciendo deporte, sino dos meses. Consiguió adelgazar 20 kilos y empezó a entrenar con Lordán. Desde entonces se ha enganchado al deporte. «Aparte de ser un preparador físico es un entrenador mental. Cree en ti hasta cuando tú no lo haces y eso es lo que más me gusta», expresa Belén. «Te lleva al límite porque sabe que puedes».

Y charlando con Belén todo cobró sentido, esto va más allá de un puro entrenador físico. Esa impresión de sentirse como en casa nada más entrar, el no querer irte cuando has terminado el entreno, porque ya estás deseando que llegue la próxima clase para sudar, sufrir, dar un poco más de ti y volver a echar de menos esa sensación que te transmite Lordán de que puedes con todo.