Curva de Zésar, barrendero y dramaturgo
Era empresario de un teatro de escombros, un alma libre que hacía lo que le daba la gana
Era empresario de un teatro de escombros, un alma libre que hacía lo que le daba la gana
Las torres, renovadas, son las guardianas de la noche iluminadas desde dentro, como si la ciudad fuese de candiles y luz tenue
Alfonso J. Ussía
El problema no es el mentiroso, sino el tonto (in)útil del que se aprovecha el gobernante
A los catorce años, la joven ofrecía conciertos públicos y deslumbraba a maestros como Ruperto Chapí y Tomás Bretón
Lo que comparte o consume es lo que ve cada mañana. Madrid es un reflejo de lo que somos, de lo que nos gustaría ser o de lo que deseamos ocultar
Alfonso J. Ussía
El alivio no es lo mismo que la felicidad. Es más breve, más humilde. No necesita futuro
EL BAR DEL TANATORIO
El bar del tanatorio funciona como una especie de Parlamento improvisado. En una mesa se arreglan herencias; en otra, se cierran negocios; y en otra se organizan cenas
En el Café de Fornos entraba como un rey destronado, con un aire teatral entre Byron y Lazarillo
Ese taller es hoy una cocina fantasma: dividen el espacio en metros cuadrados para las marcas que llenan tu panza de gula y de nuevos hábitos
Alfonso J. Ussía
La vida se dibuja en una escala de grises: nada es blanco o negro; quien no lo haya entendido tiene un problema
Era un verdadero explorador de las ideas que hizo de la palabra escrita su laboratorio y su legado
Puede que sean oasis entre paisajes urbanos, una forma de mirar Madrid detenida en el tiempo. En realidad es un barrio entero que se estira en una calle
Alfonso J. Ussía
El conocimiento se cuela con el codo mojado, apoyado en el poso de otra copa que dejó otra persona
Su nombre quedó incrustado en el mapa de Madrid con mayúsculas y hoy se pronuncia con reverencia inmobiliaria
«Irse de vacaciones en enero o febrero tiene la gran ventaja de que uno no necesita compartir la playa con el vecino, ni con la familia del vecino, ni con los tres millones de turistas que, en julio, se instalan en la arena»
Uno puede reproducir la Puerta de Alcalá con yeso para un jardín inglés. Pero el cielo madrileño, solo se consigue en la propia capital