La sonada polémica del multimillonario creador de Crossfit

El pasado 6 de junio el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de los Estados Unidos emitió un comunicado en el que clasificaba el racismo como un problema de salud pública, a lo que el empresario respondió con un escueto y ofensivo tuit en el que podía leerse “Es Floyd-19” , haciendo referencia a la pandemia del coronavirus y que completó con otro mensaje en el que escribió “¿Su modelo fallido nos puso en cuarentena y ahora va a modelar una solución al racismo? El brutal asesinato de George Floyd provocó disturbios a nivel nacional. La cuarentena sola está ′acompañada en todas las épocas y bajo todos los regímenes políticos por una corriente subyacente de sospecha, desconfianza y disturbios'. ¡Gracias!”.

Como era de esperar, a los pocos minutos el aluvión de comentarios que lo tildaban de racista y xenófobo se contaban a centenares, donde incluso muchas figuras del deporte mostraban su decepción ante tales declaraciones. Incluso marcas con las que Crossfit colabora decidieron dar un paso atrás en sus acuerdos, como Reebok, su principal fuente de ingresos publicitarios. “Recientemente hemos estado en conversaciones con respecto a un nuevo acuerdo; sin embargo, a la luz de los acontecimientos recientes, hemos tomado la decisión de terminar nuestra asociación con CrossFit” anunciaron a los pocos minutos de que Glassam publicase el tuit.

Ante semejante crisis, la cuenta de Twitter de Crossfit publicó el siguiente mensaje de disculpa de su CEO , pero pareció no servir de mucho puesto que horas después anunció su dimisión: “Cometí un error por las palabras que elegí ayer. Mi corazón está profundamente entristecido por el dolor que ha causado. Fue un error, no racista, sino un error... cuando vi que anunciaban que modelaban una solución a nuestra crisis racial, estaba incrédulo, enojado y demasiado emocional. Involucrar el nombre de George Floyd en ese esfuerzo estuvo mal". La cuestión ahora es si de verdad Glassam ha dimitido o si trabajará en un segundo plano puesto que es el único accionista de la marca.

Decir que Glassam es el fundador de Crossfit no es suficiente para mostrar el impacto que ha tenido en su vida, una compañía que en 2015 Forbes anunció que estaba valorada en más de 3.600 millones de euros y cuyas cifras suben a un ritmo exponencial c on más de 15.000 centros en 150 países. Los orígenes de la empresa se deben a la enfermedad que el propio Greg sufrió, la polio, cuando apenas contaba con un año y que le impedía realizar deportes de contacto.

Por eso mismo decidió idear un sistema basado en el levantamiento de peso, atletismo y otros ejercicios aeróbicos que patentó en 1995 y que lo convirtió en la figura que es hoy en día. De ahí que resulte difícil de creer que haya renunciado a su cargo, especialmente si se tiene en cuenta que su mano derecha es su propia hermana, presidenta ejecutiva de Crossfit. Habrá que esperar para descubrir el final de esta historia.