puntadas sin hilo

Los ERE no existieron

Lo peor de la artimaña de Pedro Sánchez es que se ejecuta ante el clamoroso silencio de Espadas

A poco de llegar a la Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero anunció que iba a terminar con las pateras. Vivíamos entonces en plena explosión de la inmigración ilegal y el Estrecho era una enorme tumba que albergaba una cifra desconocida de cadáveres y sueños rotos. ... El presidente, inspirado por el 'Imagine' de Lennon y con la certeza de sentirse ungido por los astros para cambiar el mundo, promovió una movilización internacional para terminar con el drama de la inmigración ilegal en el planeta. Frustrado por su nulo éxito, optó por otra solución menos benemérita: de la noche a la mañana, los precarios botes en los que los pobres diablos desesperados se echaban al mar pasaron a denominarse cayucos. El inefable ZP había cumplido su promesa, porque acabó con las pateras de un plumazo.

Pedro Sánchez, discípulo aventajado de aquel genio que alentó al independentismo catalán, resucitó los odios guerracivilistas y casi arruina España, se dispone a hacer un truco de prestidigitación que deje en pañales aquel ardid semántico. Por arte de birlibirloque va a lograr hacer desaparecer el mayor caso de corrupción de la historia de la democracia española. Nada por aquí, nada por allá, sople sobre el pañuelo, caballero y ¡hop! deja de existir el reparto discrecional de 680 millones de euros. La reconsideración penal del delito de malversación, segunda concesión al independentismo catalán tras la de sedición, transmitirá a la sociedad andaluza un doble mensaje: el primero, que aquí no ha pasado nada. Pelillos a la mar. Los ERE fue una sugestión colectiva utilizada torticeramente por la prensa fascista para erosionar al PSOE. El segundo, que hay barra libre para el mangoneo siempre y cuando no se cometa la torpeza de poner el dinero en una cuenta a tu nombre (algo que, por otra parte, se enseña en primero de corrupción). No pasa nada si el dinero público se desvía para solventar los problemas del partido, financiar empresas fantasma creadas por familiares y amiguetes o para animar un fiestorro con estupefacientes y/o compañía femenina profesional.

Desde que se conoció la sentencia de los ERE, el PSOE empezó a buscar salidas al 'cul de sac' político. Primero intentó blanquear el delito, defendiendo que se trataba de un reparto de riqueza entre los pobres, y ante lo ridículo del argumentario ahora opta por eliminarlo, en connivencia con los intereses del independentismo catalán. Lo peor de todo para Andalucía es que lo hace con el silencio clamoroso de Juan Espadas, incapaz del desmarque de la doctrina sanchista que sí han protagonizado García Page o Lambán. Espadas ha unido su suerte a la de Sánchez, que fue quien lo llevó al frente del partido. El problema es que atarse a Sánchez es atarse a ERC, a Podemos y plantar un pulso al sistema judicial español: mal negocio

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Bienal
Dos años por 19,99€
220€ 19,99€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
3 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 3 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios