DIARIO DE UN OPTIMISTA
León, el anti-Trump
En un momento en que Donald Trump muestra su absoluto desprecio por los pobres, sobre todo cuando su piel no es blanca y su pasaporte no es estadounidense, León de Chicago, como atestigua todo su pasado, estará del lado de los inmigrantes y de los condenados de la Tierra
Una respuesta liberal a la IA
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El Papa no fue elegido por los cardenales, sino por el Espíritu Santo: esta es la enseñanza de la teología católica. Los cardenales en su cónclave eran meros mediadores de la voluntad divina. Pero esta voluntad, me parece, no habrá escapado al 'zeitgeist'. Y es ... imposible no interpretar esta elección como un signo de desaprobación de un mundo en el que la bondad, la humanidad, el respeto a los demás, la preocupación por las minorías y los pobres son singularmente maltratados. Por supuesto, el Papa Francisco no fue indiferente a la difícil situación de los pobres y los migrantes del mundo, a quienes dedicó la mayor parte de su atención. Pero Francisco, a quien me tomé la libertad de describir en ABC como el «Papa rosa y verde», seguía siendo claramente prisionero de su juventud en Argentina. Estaba imbuido de la teología de la liberación, claramente de izquierdas. Lo más sorprendente del difunto Papa Francisco, y bastante inexplicable salvo por un viejo tercermundismo argentino, fue su posición sobre el conflicto entre Ucrania y Rusia. De hecho, se había puesto del lado de Rusia al denunciar en 2022, nada más comenzar el conflicto, durante una conversación con Cirilo, el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, los «ladridos de la OTAN a la puerta de Rusia». El Papa Francisco también invitó a los ucranianos a «ondear la bandera blanca». La bandera blanca, declaró en marzo de 2024, podría ser «una forma de valentía». Los ucranianos, que en su mayoría no son católicos, obviamente no siguieron esta 'valiente' recomendación.
Por eso llama la atención que en una de sus primeras declaraciones públicas, en su primera misa dominical el 11 de mayo, el Papa León XIV se refiriera al conflicto de Ucrania nombrando claramente a Rusia como agresor: una posición que ya había adoptado incluso cuando sólo era obispo. En 2022, León, entonces obispo Prevost en Perú, calificó la invasión rusa de «imperialista» y denunció sin temblar «los crímenes rusos contra la humanidad». De entrada, León XIV no aparece como el sucesor de Francisco, sino más bien como un Papa de ruptura: al menos en los grandes asuntos mundiales que no interfieren con los dogmas de la Iglesia. No cuenten con que el Papa León pronuncie matrimonios entre personas del mismo sexo o acepte a las mujeres como sacerdotes: en estos fundamentos que definen a la Iglesia católica, no cabe esperar ningún cambio. Los católicos que desaprueben este conservadurismo pueden hacerse protestantes o ateos.
Volviendo a los asuntos temporales, me parece evidente que el Papa León será el anti-Trump; es lo que espera y desea la mayoría en Estados Unidos, pero también en el resto del mundo. En un momento en que Donald Trump muestra su absoluto desprecio por los pobres, sobre todo cuando su piel no es blanca y su pasaporte no es estadounidense, León de Chicago, como atestigua su pasado, estará del lado de los inmigrantes y de los condenados de la Tierra. En los propios Estados Unidos (desde donde escribo), ni una sola voz significativa –o muy pocas, inaudibles– se alza contra la mala praxis legal de Trump, sus declaraciones de odio y sus acciones ilegales contra los más desfavorecidos. Mucha gente en Estados Unidos, tanto de derechas como de izquierdas, está consternada por el silencio de la oposición política y la práctica desaparición del Partido Demócrata. Esas personas, y yo soy una de ellas, están eufóricas por la elección de este Papa de Chicago, que sabe hasta qué punto su sociedad está desgarrada por profundas desigualdades, en un grado desconocido en el resto de Occidente: desigualdades con las que Trump está contento y que está empeorando. Trump y sus partidarios no se equivocaron sobre la importancia de la elección de León XIV: fue recibida con el mínimo de cortesía diplomática y una insatisfacción mal disimulada.
Esto no significa que León vaya a ser un Papa americano, porque es más cosmopolita que cualquiera de sus predecesores. De madre hispana, padre francés, infancia en Chicago y nacionalidad peruana, León es el más globalizado de todos los papas. Pero es sin duda en Estados Unidos donde más se espera de él. A riesgo de decepcionar, porque el Papa no tiene más poder que el de la palabra. Recordemos aquí las conocidas observaciones de Stalin sobre el Papa Pío XI, que lo condenó en su momento. A lo que Stalin replicó: «El Papa, ¿cuántas divisiones militares tiene?». León no tiene más ejército que sus predecesores, pero como vivimos en la era de las redes sociales y de las declaraciones repetidas, las palabras del Papa llegarán lejos, más lejos que en el pasado, debido a la multiplicidad de relevos.
Sería inadecuado clasificar a los papas según las normas partidistas ordinarias. Pero recordemos cuánto amaba la izquierda a Francisco, ¡especialmente la izquierda que no era católica! Esto no significa que León sea un Papa de derechas: simplemente tenemos que suponer que será menos hostil a la civilización occidental y a la sociedad liberal de lo que fue su predecesor. Si el Papa, como la Iglesia, es ante todo amor y benevolencia, esperamos y deseamos que este amor y benevolencia incluya a los ucranianos y a todos los inmigrantes latinoamericanos encarcelados por Donald Trump en las jaulas de El Salvador. ¿Bastarán las palabras de León XIV para calmar la furia xenófoba de Donald Trump? Tal vez no por sí solas, pero sin duda ayudarán a atemperar lo más diabólico del presidente de Estados Unidos y su pandilla, que son cualquier cosa menos amorosos y benévolos.
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