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lente de aumento

Borrado de la democracia

Cuando el Gobierno confunde la ley con la conveniencia y la ética con la militancia se convierte en una secta

El odio es vuestro negocio

Feijoó, de la aldea a la ceguera

Agustín Pery

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Hay que reconocerles un talento inigualable; nocivo, sí, pero inmenso: logran que todos parezcan, en realidad, su antónimo. El soberbio se disfraza de humilde; el verdugo, de víctima; el machista, de feminista; la secuestradora de hijos, de madre coraje; el delincuente, de mártir; el borroka, ... de idealista; la fontanera, de periodista; el lobo, de cordero. Y el resto –nosotros, los ciudadanos corrientes– quedamos convenientemente catalogados como fascistas. Es un milagro de la retórica posmoderna, capaz de invertir la realidad con solo un eslogan o un tuit.

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