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Inmersión lingüística desde la infancia: principales beneficios

El aprendizaje en los primeros años facilita aprender un segundo idioma de la misma manera que ocurre con la lengua materna

Escolarización temprana e inmersión lingüística: claves para el desarrollo de los más pequeños

Aprender nuevos idiomas durante la infancia tiene una serie de beneficios muy significativos para el desarrollo cognitivo y social de los niños ABC

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Madrid

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El aprendizaje de idiomas se ha convertido en una prioridad para muchas familias en la educación de sus hijos. Y no solo por las ventajas que esto supone a la hora de acceder a determinados puestos de trabajo.

Aprender nuevos idiomas durante la infancia tiene una serie de beneficios muy significativos para el desarrollo cognitivo y social de los niños.

Para garantizar un correcto aprendizaje, la inmersión lingüística desde los primeros años es la mejor opción, puesto que aprenden el segundo idioma de la misma manera que ocurre con la lengua materna.

Desde Hastings School, centro pionero en educación británica internacional de la Comunidad de Madrid, os contamos los principales beneficios de apostar por la inmersión lingüística desde la infancia:

1

Contribuye al desarrollo cognitivo

Está demostrado que los niños que crecen en un ambiente en el que aprenden dos o más idiomas experimentan un mayor desarrollo cognitivo. Adquieren una mayor capacidad para solucionar problemas, ya que se encuentran en un entorno en el que se deben adaptar a un contexto lingüístico diferente, estimulando su pensamiento crítico. Asimismo, promueve la creatividad, pues encuentran diferentes formas para expresar sus ideas. De este modo, también contribuye a la flexibilidad mental, afrontando ciertos desafíos intelectuales derivados de la inmersión en otra lengua.

2

Se adquiere el idioma con mucha más facilidad

Esta es, sin duda, la principal ventaja. Cuanto antes se comience con el aprendizaje de una segunda lengua, mucho mejor. Y si este aprendizaje se hace de forma natural, en un entorno en el que se habla constantemente ese idioma, los niños lo integrarán de forma natural y espontánea. Una destreza que se vuelve más difícil con la edad.

3

Mejora el rendimiento académico

Debido al desarrollo de las habilidades cognitivas que aporta la inmersión lingüística a una temprana edad, los pequeños adquieren y consolidan ciertas habilidades y capacidades. Estas mejoran la comprensión de diversos conceptos y, por tanto, su adaptación al entorno académico. Consecuentemente, podrán mejorar su desempeño académico, al mismo tiempo que adquieren competencias lingüísticas que les resultarán muy útiles para su futuro.

4

Fomenta el conocimiento cultural

Estudiar una lengua lleva implícito conocer también su cultura. Por ello, aprender idiomas desde pequeños fomentará su empatía y tolerancia hacia otras culturas, respetando la diversidad.

Esta apertura cultural no solo configura ciertos valores, sino que también asienta las bases para una comunicación intercultural más efectiva en la vida adulta.

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