El caso Epstein sume a EE.UU. en la paranoia

Aunque de momento todo en las pruebas del caso apunta al suicidio, son multitud quienes en EE.UU. han preferido dar más importancia a los cabos sueltos, que en este caso son muchos. El diario «The Washington Post» r eveló el jueves que Epstein tenía varias roturas en los huesos del cuello, algo que «puede ocurrir en quienes se ahorcan, especialmente a una edad avanzada» o también en «víctimas de homicidio por estrangulamiento», según informó el diario. Epstein tenía 66 años , todo apunta a que ya había intentado suicidarse unos días antes de conseguirlo y se enfrentaba a 45 años de prisión.

En redes sociales como Twitter abundan las suposiciones: que si Epstein era el cerebro de una gran trama de trata de menores o que si captaba a niñas para ofrecérselas a políticos y empresarios de todo el mundo, a los que luego se supone que chantajeaba. En sus varias mansiones, incluida una en su isla en el Caribe, recibió a algunos de los hombres más poderosos del planeta, entre ellos el propio Trump o Bill Clinton . Ambos mantienen que cortaron relaciones con el fallecido cuando se le acusó hace una década de agresión sexual y prostitución de menores.

Lo cierto es que en vida, el millonario cumplía los requisitos de un villano a la altura de las mejores películas de James Bond : dueño de una fortuna cuyo origen es más bien oscuro; poseedor de una inteligencia superior a la media, fascinado por la ciencia, dueño de una isla y obsesionado con un plan para mejorar la raza humana a través de la inseminación de mujeres en un rancho de su propiedad en Nuevo México.

Trump ha hecho grandes esfuerzos por que no se le asocie con este delincuente, a pesar de las fotos de ambos juntos. Su estrategia, que ya le ha funcionado en el pasado, ha sido culpar de todo a los Clinton, algo que hizo la semana pasada compartiendo un mensaje en Twitter en el que se podía leer: «Clinton, familia criminal» .

Ya en su campaña política de 2016 el ahora presidente y sus seguidores se dieron a propagar todo tipo de rumores sobre el clan demócrata, entre ellos que ella regentaba una red de prostitución de menores en una pizzería de Washington y que él era responsable de la muerte de varios agentes del FBI que le investigaban, entre ellos uno que en teoría apreció muerto en su bañera.

No ayuda a los Clinton la fijación que Epstein parecía tener con ellos. Según la prensa neoyorquina, en su mansión de Manhattan el fallecido tenía un gran cuadro q ue representaba a Bill Clinton recostado en un sofá con un vestido de mujer azul y unos tacones rojos que pertenecían a su mujer.

Hay en este momento tres investigaciones sobre el caso Epstein en las que deberán aclararse las grandes dudas sobre su muerte, todo ello a pesar de que no hay vídeo grabado de su celda, se han descubierto graves fallos de protocolo en su vigilancia y se le retiró del régimen de prevención de suicidios . Desde luego, es pasto para las conspiraciones.