Los taxis y VTC agonizan por el Covid: «La facturación ha caído un 75%»

En esta terminal hay doscientos coches postrados en el asfalto, lo que supone, cuentan ellos mismos, una espera de hasta ocho horas para llegar a la puerta de la T1 . «De media al día hago 50 euros: 25 para mí y 25 para el dueño del taxi. ¿Cómo vivo con eso?», se pregunta Luis Miguel. Lleva seis horas en el enclave sin haber hecho ninguna carrera . «Entre que te levantas y te acuestas, hay días que echamos más de 18 horas», confiesa, apesadumbrado.

Ángel coincide con su compañero, aunque intenta mantener el humor. «No tenemos ni para pan ni para huevos», dice con resignación. «El día que ahora hacemos más de 60 euros es una alegría, pero la media está entre los 40 y los 60. Eso no nos da ni para cubrir los gastos de mantenimiento », continúa. Llegó a la zona de espera del aeropuerto a las ocho de la mañana. Son las dos y veinte de la tarde y su taxímetro sigue a cero. «Lo que sacamos en un mes para vivir son entre 600 u 800 euros. Eso fue el mes que más dinero gané desde marzo. Dime cómo pagamos las facturas , las casas, los gastos de los niños y la comida », concluye.

Es por ello que los taxistas reclaman una regulación al Ayuntamiento de Madrid. «En el estado de alarma solo trabajaba el 40% de los taxis de forma alterna . Desde que se levantó en junio, el Ayuntamiento se niega y estamos todos los coches en la calle. No hay paradas suficientes para los 15.700 vehículos que hay en Madrid. No atienden la petición del 93% del colectivo», critica Julio Sanz, presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid. «Si entrasen en razón y permitiesen que trabajásemos por días pares e impares habría menos gasto para los vehículos, menos contaminación y servicio de sobra para la poca demanda. Esto lo podríamos ir revisando cada cierto tiempo en función de las restricciones », opina.

«La facturación ha caído por encima del 75% y ahora mismo estamos en una situación similar a los primeros momentos del estado de alarma de marzo», indica el representante del sector, que ve el futuro, desgraciadamente, negro. «En el taxi sacar una mínima recaudación que sufrague los gastos se ha convertido en una auténtica aventura », señala, y continúa: «El taxista sale con una media de sesenta u ochenta euros en negativo, entre los gastos de amortización del vehículo y del combustible . Y muchos están pagando la licencia que se habían comprado en los últimos años. Lo estamos pasando muy mal ».

En Atocha el panorama es igual de desolador. Enrique lleva 23 años en el sector. «Fíjate hasta dónde llegan los coches. Los que están al fondo no van a hacer nada en todo el día, pero al menos no están por la calle dando vueltas», asegura este veterano: «Se sale porque hay que salir, por la regulación, per o no porque compense ».

En la zona trasera de la estación, en el aparcamiento de las cúpulas, aguardan los conductores de VTC . Controlan la aplicación de Renfe y saben a qué hora llegan los trenes. Están allí de forma ilegal: no pueden aparcar hasta que un usuario los pida por la aplicación, pero prefieren arriesgarse. Javier lleva año y medio trabajando para Cabify y cuenta que no llega a los 3.850 euros que le pide la empresa a final de mes. Gana solo 890 euros. «Antes ganaba hasta 1.500 por las variables.Esta semana solo llevo 300 », revela.

Eduardo Martín es el presidente de Unauto, asociación mayoritaria de las VTC. Explica que la demanda cayó en los primeros meses de la pandemia un 90% . «La repercusión del nuevo estado de alarma ha sido importante. Tenemos menos de un tercio de la demanda», expone. Martín confía en la llegada de una vacuna para recuperar el 100% de los servicios. «Nos hemos visto obligados a reducir la oferta de vehículos. Las grandes empresas han echado mano de los ERTE y aún continúan en ellos alrededor de 3.500 empleados», añade. Víctimas indirectas de la pandemia, como la mayoría de sectores, los conductores seguirán esperando en las calles con el objetivo de sobrevivir.