Ione Belarra excusa el silencio de Podemos sobre las denuncias por acoso sexual contra Monedero en el «anonimato de las víctimas»

Eso sí, Belarra no ha hecho autocrítica, pero sí se lo ha exigido a los medios de comunicación sobre cómo realizan las coberturas de estos asuntos. Además, ha vuelto a victimizarse al asegurar que «hay mucho interés en decir que en Podemos todo está mal».

La líder morada ha excusado el secretismo mostrado por su formación en este caso en que «las víctimas nos pidieron discreción y anonimato». Además, ha vuelto a incidir en que Monedero fue apartado de las «actividades públicas y privadas» del partido desde el primer momento en que tuvieron constancia de los «testimonios».

Belarra ha criticado que la tormenta informativa y política desatada por el caso publicado por este diario «no está teniendo en cuenta a las víctimas». La secretaria general ha rechazado que su formación tenga que hacer ningún tipo de reflexión o autocrítica sobre lo ocurrido, pero sí ha exigido a los medios de comunicación que la hagan porque han «dejado a las víctimas en segundo plano» y su partido les ha dado «la máxima prioridad».

«Tienen que ser las víctimas las que actúen, nosotras no podemos usurparlas su papel y hay que respetarlas a ellas y sus procesos, al contrario de lo que vemos en esta Justicia patriarcal asquerosa que tenemos en España», ha asegurado.

Belarra se ha mantenido fiel al relato que quería ofrecer su partido para tratar de desmarcarse de la actuación de Sumar, que ellos mismos criticaron, cuando estalló el caso de Íñigo Errejón. Sin embargo, no ha logrado despejar todas las dudas que aún flotan sobre las denuncias y la actuación de su partido.

Ha defendido que la primera denuncia que se presentó contra Monedero fue en septiembre de 2023, obviando la información desvelada este viernes por elDiario.es que afirma que la primera notificación que tuvo el partido fue en 2016.

«Actuamos correctamente y activamos todos los protocolos del partido. Es evidente que actuamos correctamente», ha defendido la actuación de su partido de manera insistente.

Sobre este asunto, Victoria Rosell, exdiputada de Podemos y antigua Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género ha recordado, en una entrevista en La 1 de TVE este mismo viernes, que ella tampoco tuvo «constancia» de esas denuncias en 2016, pero ha recordado que era «otro momento» y que entonces no estaban los protocolos necesarios, que ya fueron obligatorios a partir de la ley del 'solo sí es sí'. Además, ha respaldado la postura de Podemos y ha comparado con el caso Errejón: «Con el caso ese caso hubo víctimas que decían que se le hizo portavoz cuando ya se conocían las denuncias; aquí las víctimas han visto que la organización están con ellas».

De vuelta a la comparecencia de Belarra, lo que no ha querido responder la líder de Podemos ha sido a la pregunta de los periodistas presentes sobre si podía asegurar que Monedero no había participado en las tomas de decisiones o en todos los actos públicos del partido durante este tiempo. Belarra ha defendido que el politólogo «no tenía cargos orgánicos en Podemos desde 2015 y que salió de la fundación del partido en mayo de 2023, y aún así, siendo un militante raso, en el momento en el que tuvimos conocimiento de esas denuncias se actuó inmediatamente, se activaron todos los protocolos».

Al ser preguntada por qué no se le expulsó de la militancia, Belarra se ha limitado a responder que «el procedimiento está abierto». La líder morada se mostró ofendida cuando se le ha preguntado por la «despedida afectuosa» que le dio a Monedero en su momento, cuando ya debía tener noticias de las denuncias. Belarra ha rechazado ese extremo: «Ser afectuosa es dar un cargo o incluirlo en las listas, no apartarlo».

La secretaria general de Podemos se ha visto forzada a comparecer este viernes para responder a las cuestiones de la prensa sobre este asunto tras tres días de furia. Este miércoles, Javier Chicote publicaba en ABC el audio del colaborador de Pablo Iglesias en su canal de televisión, Sergio Gregori, donde relataba a la militante feminista Raquel Ogando un caso de acoso sexual protagonizado por Monedero.

En esa primera información, el politólogo y fundador del partido morado ya reaccionaba con tranquilidad y «lejanía» a las revelaciones, pero cambió su tono en 24 horas. Pasado ese tiempo publicó en redes sociales un durísimo mensaje contra el origen del audio, su antiguo amigo Sergio Gregori.

Mientras Podemos insistía, como ha defendido este viernes, en que se activaron los protocolos, se supo que jóvenes de la formación trataron de formar un pequeño MeToo contra Monedero y que el partido miró a otro lado, aún conociendo la realidad Pablo Iglesias e Irene Montero.

El colofón llegó cuando la Universidad Complutense de Madrid anunció que investigaba la denuncia de una alumna contra el politólogo, que ejerce de profesor en su Facultad de Ciencias Políticas y Sociología.

Esta crisis la viven los morados en un momento en el que están en plena campaña belicosa para desmarcarse del Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez, ante su próxima asamblea ciudadana, donde Belarra previsiblemente saldrá reelegida y en una dura lucha con Sumar por dominar el espectro a la izquierda del PSOE.