La alerta roja mantiene en tensión a la zona de la dana sin incidentes graves
Las lluvias intensas dejan registros de hasta 200 litros en localidades del litoral de Valencia
La Generalitat y el Gobierno suman fuerzas para coordinar la emergencia tras la experiencia del 29 de octubre
En directo | Última hora del temporal en la Comunidad Valenciana
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Toni Jiménez , David Maroto y Alba Pérez Espada
Valencia
La alerta roja activada por fuertes lluvias y tormentas en el litoral de Valencia mantuvo este lunes en vilo a los municipios más afectados por la catastrófica dana que justo once meses antes había dejado 229 muertos y daños materiales multimillonarios. El temor ... a que lloviera sobre mojado y a que el alcantarillado -muy dañado por los lodos que se vertieron- fuera incapaz de soportar la tromba de agua se fue disipando con el paso de las horas, a la espera de la evolución meteorológica, pues no se descartaba que el temporal hiciera acto de presencia en la zona cero durante la madrugada.
Las precipitaciones intensas arreciaron primero en el litoral de Castellón y más tarde en localidades como Sueca, Cullera o Gandía, que registró hasta 224 litros por metro cuadrado en menos de cinco horas, dejando calles anegadas y obligando a actuar a los bomberos por medio centenar de achiques en viviendas y rescates. El temporal también dejó su huella en los barrios marítimos de la ciudad de Valencia y devolvió el agua al cauce habitualmente seco del río Turia.
La anticipación y la coordinación fueron la tónica general de una jornada marcada por el recuerdo del pasado 29 de octubre. Frente al mensaje ES-Alert tardío que llegó aquel día cuando ya había decenas de muertos, Emergencias de la Generalitat Valenciana se avanzó doce horas al inicio de la alerta roja, la madrugada del domingo al lunes, y lanzó una alerta que se distinguía también en su contenido de la enviada hace casi un año. Más allá de evitar desplazamientos se pedía que, en caso de estar en un terreno inundable, se subiera a zonas altas o «a un piso superior».
El sonido de la alarma estremeció a los vecinos de la zona cero, a los que se ofreció asistencia psicológica por distintas vías. La sensación entre la población era la de que todo el mundo estaba donde tenía que estar. Los bomberos forestales y los policías locales vigilaban cauces y barrancos, en especial el del Poyo, al tiempo que se coordinaban con agentes de otros municipios aguas arriba ante posibles avenidas que no se produjeron.
Con medio millón de alumnos sin clases y empresas priorizando el teletrabajo, el tráfico en las carreteras se redujo drásticamente y muchos comercios también optaron por no subir la persiana, sobre todo en las localidades más castigadas por la dana mortal de octubre.
En Aldaya todos los ojos estaban puestos en el barranco de la Saleta, que ya se había desbordado la noche anterior sin causar grandes estragos. Lo sufrió Alfredo Fernández, que contaba a ABC cómo -pese a todas las medidas y las compuertas instaladas- el agua acababa saliendo por el baño de su tienda «al estar el alcantarillado atascado». Mientras en Alacuás colocaban sacos de arena a las puertas de las casas por prevención, en Alfafar o Catarroja se sucedían las imágenes de coches sobre rotondas o aparcamientos en altura, y en Paiporta la Policía llamaba puerta por puerta a los vecinos más mayores para advertirles de la situación.
Una diligencia que contrastó con la demora a la hora de suspender el partido de fútbol que el Valencia CF y el Oviedo tenían que disputar en el estadio de Mestalla ayer y que no se pospuso hasta primera hora de la tarde.
Sin activar el ya famoso Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), algo que sólo ocurre cuando se activa el nivel de emergencia, las reuniones entre cargos de la Generalitat y organismos estatales se fueron sucediendo ya desde el domingo. También las comparecencias públicas, en las que se llamó a la calma y ya a última hora de la tarde se tranquilizó a la población asegurando que la situación era «distinta» a la del 29 de octubre, en palabras de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé.
«Si se producen las lluvias, lógicamente habrá unas pequeñas inundaciones en las que intentaremos actuar lo más rápidamente posible. Pero lo fundamental es la autoprotección de la ciudadanía», apuntó el consejero de Emergencias, Juan Carlos Valderrama. Todo estaba dispuesto, dijo, para «poder actuar lo más rápidamente posible».
Refriega política
Pese a la sintonía entre ambas administraciones a la hora de gestionar este episodio, también hubo tiempo para el enfrentamiento político. Bernabé criticó la ausencia del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en las distintas reuniones que se había llevado a cabo. Desde el Ejecutivo autonómico -que suspendió toda su agenda- defendieron que Mazón estuvo en contacto con alcaldes y que regresó de la cumbre del PP en Murcia antes de que se iniciara la situación de alerta. No participó en esos encuentros, liderados por su consejero de Emergencias, al entender que se trata de reuniones técnicas pero reunió tanto por la mañana como por la tarde a todos los miembros del Consell.
La vicepresidenta primera de la Generalitat, Susana Camarero, señaló que la antelación con la que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lanzó el aviso rojo había permitido «tomar las medidas preventivas», en comparación al 29 de octubre. Aquel día, Aemet activó la alerta máxima a primera hora y las inundaciones se produjeron por la tarde.
Además, Camarero cargó contra el ministro de Transportes, Óscar Puente, que ante los avisos escribió en su perfil de X: «¿Ha reservado ya mesa en El Ventorro Mazón?». Calificó de «impresentable» que un ministro «frivolice» sobre la situación para «intentar hacer de nuevo un uso político del dolor de la gente». «Me parece absolutamente improcedente», aseveró.
Alerta naranja
Aunque la previsión, al cierre de esta edición, era que la alerta roja pasara a naranja con vistas a este martes en el litoral de Valencia y será amarilla prácticamente en toda la Comunidad Valenciana, algunos municipios ya habían avanzado que mantendrán la suspensión de la actividad en los centros educativos y las universidades seguirán impartiendo las clases online.
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