El PSG aplasta al peor Madrid de Xabi Alonso

No hay un solo equipo de fútbol que sea capaz de ganar un partido con siete jugadores, que son los que el Madrid puso sobre el verde del MetLife Stadium. Asencio y Rüdiger vestían de blanco, pero debajo llevaban una camiseta del PSG, y Mbappé y Vinicius dimitieron, como tantas otras veces esta temporada, de correr hacia atrás. En 9 minutos propios de un equipo de 'baby' fútbol, enterró todo un mes de trabajo en Estados Unidos. La peor cara del Madrid de Ancelotti, pero con Xabi en el banquillo.

El tolosarra cambió su esquema y jugó con un 4-3-3, con Valverde de lateral, por la lesión en el entrenamiento del martes de Alexander-Arnold, y con Mbappé, Vinicius y Gonzalo como tridente. Decisión salomónica para no sentar al pichichi del torneo y para que francés y brasileño no pusieran caritas, pero aquello fue un desastre.

En el minuto 4, Courtois había salvado ya dos goles. Uno a Fabián y otro a Kvaratskhelia. Pan para hoy y hambre para mañana. En el 7, Asencio decidió cortar un centro de Doué en una especie de control que acabó siendo un balón regalado a Dembélé, propio de la falta de intensidad del canario, y un penalti no pitado a Courtois por el remate final de Fabián, que acabó en la red. Bien Marciniak en la ventaja.

El canterano se marcha de Estados Unidos con un hat-trick de 'cagadas': penalti, roja y regalo. Presente que también tuvo Rüdiger, solo dos minutos después de la pifia de su compañero en el centro de la defensa. El alemán, al intentar ceder el balón a Courtois, le dio una patada al aire y permitió a Dembélé, que le presionaba con la mirada, irse solo ante el belga. Definición a la esquina con el interior de su bota izquierda. 2-0 en un pestañeo.

El baile no quedó ahí. El PSG amasaba un 80% de posesión del balón, y el Madrid perseguía camisetas azules. Bueno, los que corrían, porque Vini tiró a la basura su generosidad del resto del torneo, y Mbappé, que se estrenaba con Alonso como titular, no parece tener la intención de defender como 'un hijo de puta', que es lo que reclamaba Luis Enrique en el PSG si quería ser como Michael Jordan.

En el 24, otra acción temeraria de Rüdiger le costó al Madrid el tercero. El germano decidió abandonar su posición para ir por Dembélé y, además de no hacerle ni cosquillas en el duelo, provocó una autopista por el carril central que acabó con Hakimi asistiendo a Fabián. Doblete del sevillano y ruina del Madrid.

Al descanso, el 3-0 era la mejor noticia. Kvaratskhelia perdonó el cuarto en el 40. Bueno, lo salvó Courtois. Como hizo en la última jugada antes del refrigerio, sacando sobre la raya un centro chut de Dembélé.

Del vestuario regresó un Madrid sin cambios. Xabi, nombre vasco que ayer se pronunció en italiano, consideró que un 3-0 y un baile no eran suficientes motivos como para probar algo nuevo. Si algo había hecho bien en Estados Unidos, era darle al equipo una riqueza táctica que ante el PSG desapareció por completo. Llegaron antes las sustituciones de Luis Enrique, que las de Alonso. Terrible.

Dembélé y Kvaratskhelia al banquillo, en el 55. Modificaciones propias de un partido de pretemporada. Así de superior se veía el PSG, que decidió guardar jugadores pensando en la final contra el Chelsea, que ir a hacer más daño a un Madrid sin colmillo. Y, prácticamente, ni alma.

Los cambios de Xabi, además de tarde, también fueron de un amistoso de verano. Minutos para Carvajal y Militao, ocho meses después de las graves lesiones de rodilla de ambos. También para Lucas y Modric, en su último partido en el Madrid. Banquillazo para Vini, Bellingham y Asencio. Y, Rodrygo, ni saltó a calentar.

Gonçalo Ramos redondeó la goleada con el cuarto en el 89. Cayó como fruta madura. El Madrid, y Xabi, se van de Estados Unidos como llegaron. Con mucho trabajo. Y bastantes decisiones que tomar.