Es fútbol y es femenino
Postureo y primera alarma blanca
Si los resultados siguen siendo buenos, perdurará la paz y la calma. Pero al primer resultado negativo, volverá el follón. Guerra fría.
Montse Tomé saca de la selección al Atlético
Tres cosas me han llamado la atención de la escenificación, por tercera vez, de la comisión mixta CSD-RFEF-jugadoras que promete pomposamente arreglar el fútbol femenino. La primera, la ausencia de Montse Tomé, máxime si tenemos en cuenta que ha sido una de las grandes ... protagonistas del conflicto pos-Vilda. La segunda, el gesto serio de las jugadoras en el acto de la firma. Y, la tercera, el hecho de que Jenni Hermoso no sea capitana (las portadoras del brazalete, según la versión oficial, han sido elegidas por las propias seleccionadas). Ceremonia de postureo, en todo caso. Si los resultados siguen siendo buenos, perdurará la paz y la calma. Pero al primer resultado negativo, volverá el follón. Guerra fría.
Al otro lado del fútbol femenino, que no es sólo la selección, la Liga F ya se encuentra en la sexta jornada, suficiente para sacar las primeras conclusiones. El Barcelona sigue (y no tiene pinta de que vaya a cambiar) dominando la competición. Ni acusa las bajas: Paredes, Rolfo, Hanssen, Jana. El Madrid CFF avanza firme en su proyección y consolidación, es segundo en la clasificación: un club independiente (no tiene equipo profesional masculino) y su mérito reconocidísimo sobrepasa ya los parámetros normales, destacando una Koundananji espectacular, que es la pichichi del campeonato con cinco goles.
El Atlético de Madrid de Manolo Cano, al que Montse Tomé ve pero no mira, se ha convertido en un rival muy sólido, aunque sin grandes alardes. Según vaya avanzando la competición, será muy difícil que pierdan un partido. Además, la Copa de la Reina les ha dado la fortaleza mental para creérselo. El descenso lo marcan Granada y Sporting de Huelva, un recién ascendido y un histórico superviviente.
Pero lo más llamativo. Primer enfrentamiento entre clasificados para la Champions el año pasado, Real Madrid-Levante. Brilló un excelente planteamiento de Sánchez de Vera, que se impuso en todo al equipo de Toril, sobre todo en la primera parte, que pareció un rondo de entrenamiento con las madridistas andando detrás del balón (70% de posesión de las levantinas). Resultado: un merecido 1-2. El partido sirvió para sacar a relucir las carencias madridistas. Por este orden: plantilla desequilibrada, excesiva fragilidad defensiva, carencias goleadoras y falta de consistencia en el centro del campo. En el once blanco había seis campeonas del mundo, una nominada a Balón de Oro. En el del Levante, sólo Alba Redondo y una internacional actual, pero mostró más solidez y táctica. En el Madrid madridista ya han saltado las alarmas. Se avecina tormenta.
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