La Feria del Libro de Madrid consigue ubicar todas las editoriales tras las quejas de las independientes

Eva Orúe, directora del evento, anuncia que todos los sellos tendrán caseta propia y que esta edición estrenará un espacio central para un grupo de editores

Los grupos independientes acusaron a la organización de perjudicar su visibilidad con un nuevo reglamento que elevaba el mínimo de títulos publicados

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Paseantes en la Feria del Libro de Madrid Isabel permuy

Todas las editoriales, desde las que tienen 26 títulos en sus catálogos hasta las más grandes, las que suman miles de títulos, tendrán caseta propia en la Feria del Libro de Madrid. Así lo confirmó en conversación con ABC la directora del evento, Eva ... Orúe, después de unos días de alta tensión, tras la denuncia pública de setenta editoriales independientes por un cambio de reglamento que condenaba a las pequeñas a situarse en un espacio común que, a su juicio, reduciría su presencia. «Nos ha costado, lo hemos peleado, pero hemos conseguido que todos entren en la feria de manera muy parecida a lo que han pedido», dijo Orúe.

La 82ª edición de la Feria del Libro, que se celebrará en el parque del Retiro entre el 26 de mayo y el 11 de junio, albergará en total a unas seiscientas editoriales (algunas con casetas compartidas, como todos los años) en 362 casetas, además de distribuidores, libreros y, como novedad, los gremios de editores de Cantabria, Asturias, Castilla y León, Murcia, Comunidad Valenciana y Andalucía, que llevarán a editoriales de sus comunidades. La otra novedad es que un grupo de editores «con afinidades comunes» va a ir al centro de la feria, en la zona de los pabellones. «Ha sido negociado con ellos y aceptado por ellos. Hemos hecho un rediseño del recorrido: queremos cambiar la manera en que la gente recorre la feria, y eso implica pensar el espacio central de una manera distinta. El objetivo es que la gente zigzaguee por la feria».

Esta modificación y una baja de última hora han permitido que la dirección de la Feria del Libro consiguiera en la mañana del miércoles, a 24 horas antes de celebrar el sorteo de las casetas, ubicar todos los sellos que han querido participar en espacios similares a los de los años anteriores. «En la reunión del martes nos faltaba por recolocar una veintena de editoriales, todas por debajo de los cinco títulos. Pero después de los cambios y de las concesiones hemos logrado que entren todas. Ha sido un proceso largo y difícil, que ha exigido paciencia. Con un pequeño golpe de suerte hemos conseguido sacarlo. Tenemos el espacio que tenemos y el número de solicitudes cada año es mayor», explicó Orúe.

La polémica surgió hace unos días, cuando más de medio centenar de editoriales, en un comunicado, criticó que el nuevo reglamento de la Feria del Libro limitaba la visibilidad de las independientes. Si antes había que tener un mínimo de 25 títulos en los catálogos para poder compartir una caseta, en esta edición se establecía lo siguiente: «Podrán optar a caseta compartida de tres metros de frontal si tienen entre 80 y 198 títulos en su catálogo vivo y un mínimo de tres novedades al año anterior a la celebración de la feria. Estas editoriales deberán agruparse con otros editores (hasta un máximo de tres) o con una librería». Las que no cumplieran estos requisitos, pasarían a un nuevo espacio alternativo donde se reduciría la participación de veinte a cuatro días.

Según los denunciantes, con este aumento del más del 300 por ciento en el número de títulos publicados se «primaba la cantidad frente a la calidad», «se eliminaba la interdependencia editorial, tan importante y necesaria en este sector» y, en un contexto económico complicado, se «dificultaba la supervivencia de la edición independiente y eliminaban el importante balón de oxígeno que, para muchas de ellas, supone la participación en la Feria del Libro de Madrid». Una de ellas, la editorial Barrett, de Sevilla, difundió además a los medios un correo explicando su renuncia a participar en el evento: «Entendemos que no se puede contentar a todo el mundo, pero el caso es que siempre están contentos los mismos. Los grandes grupos nunca están tristes, por ejemplo. Las editoriales que publican cientos de libros al año tampoco se ponen tristes».

Hemos hecho un rediseño del recorrido: el objetivo es que la gente zigzaguee por la feria

En la edición de 2022, Barrett compartió caseta con las editoriales Dos Bigotes y Consonni. «Cuando pasaron a Barrett al espacio común decidimos no ir. Pero desde la feria nos han intentado reenganchar. Hemos tenido muchas dudas y hemos rechazado participar cuatro veces. Al final parece que sí estaremos, creo que estamos inscritas, pero no lo tengo muy claro. No se pueden hacer así las cosas», decía esta mañana a ABC María Mur, de Consonni. «El verdadero problema de fondo es cómo está organizado el sistema, es un reflejo de cómo funciona el mundo del libro, el capitalismo. Los editores independientes estamos en una situación muy delicada. Participar en la feria no es solo vender libros: es la relación con el público, la proximidad... generas marca. Esto nos tiene que servir para hablar de lo poco que se cuida lo pequeño».

Paulo Cosín, coordinador de la Comisión de Pequeñas Editoriales de la Asociación de Editores de Madrid, que ha participado en las negociaciones con la dirección de la feria, defendió por su parte que el reglamento se redactó después de la edición del año pasado con la intención de adaptarse a las nuevas condiciones, con un recorrido más corto, y para no tener que estar haciendo excepciones constantemente: «Hemos conseguido que todas las solicitudes fueran aceptadas. El cauce es el diálogo. Llevamos trabajando en esto muchos meses. Somos muchos y hay que transmitir las quejas a través de las asociaciones. Barrett ha renunciado, pero estaba negociando con la feria. No hay ninguna maldad».

Sobre la polémica de estos días, Orúe quiere aclarar tres cosas. Primero, que el Retiro no es el Ifema. «Esto obliga a hacer ajustes en el proceso de organización. Si crece un magnolio, nos resta espacio porque no podemos tocar esa rama». Segundo, que introducen un factor de corrección para premiar a los grupos pequeños: «Los tres que facturan más de 18 millones de euros al año ocupan el 5,8 por ciento del total de las casetas, el 8,4 por ciento si hablamos de casetas de editores. Tienen una presencia relevante, pero alejada de la vida real». Y, en tercer lugar, frente a quienes dicen que todo esto van detrimento de las librerías, Orúe sostiene que este año habrá en total 115, siete más que el año pasado. «Todos están razonablemente satisfechos con el acuerdo alcanzado».

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