Salvador Gutiérrez Ordóñez, de la RAE: «Lo ideal sería que nadie escribiera solo con tilde»

El director del Diccionario panhispánico de dudas, y líder de los antitildistas de la Academia, afirma que la institución no ha cambiado la norma, sino su redacción

Todo lo que debes saber sobre la tilde de 'sólo'

Salvador Gutiérrez Ordóñez RAE

Cádiz

28/03/2023 a las 12:37h.

La polémica por la tilde de sólo se antoja interminable. En el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), que se celebra en Cádiz, la RAE presentó la nueva edición del Diccionario panhispánico de dudas (DPD), y fue inevitable que el asunto ... saliera a colación, pues fue la modificación de esta obra la que hace unas semanas desató la tormenta en la Docta Casa. Y en España. El debate dividió a la institución en dos bandos: 'solotildistas' y 'antitildistas', es decir, escritores y lingüistas. Sólo y solo: solamente.

Tan de esperar era que volviera la discusión que el propio director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, bromeó con el tema al presentar el acto. También recordó que en la Academia hacen más cosas que discutir sobre la dichosa tilde. Sí, pero pocas levantan semejantes pasiones.

Fue Salvador Gutiérrez Ordóñez, responsable del Panhispánico, quien se volvió a pronunciar sobre el barullo: «Lo ideal sería que nadie escribiera solo con tilde». El lingüista, líder de los 'antitildistas', aseguró ante la prensa que lo que se ha aprobado no es ningún cambio en la norma, sino una nueva redacción. Precisamente esa fue la postura que Arturo Pérez-Reverte criticó con dureza en su cuenta de Twitter tras el primer debate de la tilde (hubo dos). «Lamento decir que @RAEinforma, dirigida por un académico 'antitildista', está dando información sesgada e inexacta. Ayer, el pleno de la RAE aprobó una modificación importante. El pleno del próximo jueves será tormentoso», escribió entonces.

Al final, la RAE llegó a una solución salomónica para apaciguar la tormenta. Esta se ha traducido de la siguiente forma en el Panhispánico, tal y como se confirmó esta mañana en Cádiz: «Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad. Es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad». En ese «a juicio del escritor» hay quien ve libertad absoluta. No es el caso, claro, de Gutiérrez Ordóñez: «La norma no prescribe el libre albedrío».

«Solo se escribió durante más de cien años sin tilde –señaló–. Fue en 1880 cuando la Academia dijo que por costumbre se podría admitir, sin que fuera normativo, y eso pasó a la enseñanza. Y todos estudiamos esa tilde como norma. Por eso cuesta cambiarlas». Hubo una generación, insistió luego, que siguió acentuando los monosílabos hasta el día de su muerte, aunque la RAE dictaba lo contrario desde hacía años.

El debate viene de lejos, de lejísimos: qué poco inventamos. Ya en 1959 las normas de la Academia ya empezaban a matizar la tilde de solo. «De hecho, desde 1961 la Academia nunca pone la tilde de solo en sus obras. Nunca la pone –recordó el experto–. La Academia tiene que hacer normas que sean coherentes. Si la tilde diacrítica sirve para distinguir palabras tónicas de palabras átonas en solo no tiene sentido porque son las dos palabras tónicas. Cuando fuimos a la escuela nos enseñaban que la tilde servía para marcar la intensidad de una sílaba o palabra. Pero no tiene por función desambiguar». «Si fuera así tendríamos que sembrar tildes», remató.

Por cierto, la novelista María Dueñas, también presente en el CILE, se pronunció sobre el asunto poco antes: «Yo soy filóloga y escritora: tenía el corazón partido. Y era de poner la tilde, pero creo que me voy a cambiar de bando».