Disputa documental por la salchicha más antigua de Alemania
Un grupo de investigadores de Erfurt afirma sin embargo haber encontrado un documento de 1269 que menciona una cabaña y un asador que pueden reescribir la historia
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Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónHasta ahora, quien quisiera probar la salchicha más auténtica de Alemania, tenía que visitar el Wurstkuchl, un restaurante en el Puente de Piedra de Ratisbona que se preciaba de ser el «salón de salchichas más antiguo del mundo». Un grupo de investigadores ... de Erfurt afirma sin embargo haber encontrado un documento de 1269 que puede reescribir la historia.
En él, se menciona una cabaña y un asador de salchichas en el famoso Krämerbrücke; el edificio secular más antiguo de Erfurt y uno de los monumentos más conocidos de la ciudad. Esta mención haría oscilar el fiel de la balanza de la autenticidad de las salchichas alemanas hacia la región de Turingia, algo que para el resto de los mortales puede parecer cuestión de matiz, pero que en un país en el que cada habitante come al año un promedio de 30 kilos de salchichas es una cuestión de identidad. El asunto forma parte, además, de la batalla cultural. El partido más votado en Turingia es la formación de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que batalla contra el multiculturalismo culinario y desea poner en valor una desmerecida concina tradicional alemana.
El documento fue encontrado por casualidad durante la investigación de la historia del puente. Se trata de una escritura que registraba los derechos de arrendamiento del Krämerbrücke y que menciona la existencia de la estructura de madera dotada de un tostador de carne, a modo de puesto de venta de comida. Así lo atestiguan el director de proyectos del Patrimonio Mundial de la capital del estado de Turingia, Martin Sladeczek, y el historiador retirado Karl Heinemeyer, autores del hallazgo. Aunque su tesis no deja de encontrar detractores. Desde el punto de vista de Thomas Mäuer, del Museo Alemán de las 'Bratwurst' de Mühlhausen, es otro documento, fechado en Arnstadt en 1404, el que por primera vez menciona explícitamente con la suficiente concreción la carne embutida en intestinos y se refiere, por tanto, a la salchicha, mientras que los anteriores no especifican el tipo de embutido que se asaba en los tostadores. Sladeczek ha respondido que «sabemos lo que la gente comía en la Edad Media: salchichas y carne asada«, a modo de argumento irrefutable, abriendo así una controversia entre expertos que amenaza con trasladarse al sector de la salchicha.
«Para ser honestos, no nos molesta en absoluto», dice desde el Wurstkuchl Alexandra Meier, que se reconoce «bastante orgullosa» del hecho de que su familia siga haciendo las salchichas de toda la vida y de que la gente «sigue viniendo por la calidad de los productos». «No creo que la gente diga: ya no voy a ir allí porque es solo el segundo más viejo», especula, y recuerda que ya han superado otras disputas, por ejemplo con la ciudad de Nuremberg, que también ha intentado hacerse con el preciado título. La primera mención documentada de un cocinero se remonta allí a 1378, más de cien años después que en Erfurt. Hace un cuarto de siglo, estalló una disputa con este bastión salchichero por el restaurante más antiguo que los de Ratisbona ganaron a fuerza de documentación.
En Erfurt, por cierto, ningún restaurante ha reclamado aún el título del salón de salchichas más antiguo. La ubicación exacta del primer puesto callejero de salchichas aún no se ha investigado de manera concluyente, según Sladeczek, aunque una anomalía estructural en la pared exterior de un actual restaurante podría ser el resto de una estructura anterior. A lo sumo, partes de una salida de humo de una parrilla medieval se podrían encontrar en una pared exterior del Krämerbrückencafé Nüsslein, prácticamente reciclada por constructores posteriores. En el menú de este restaurante, como no podía ser de otra manera, hay salchichas. «No hemos hecho todo esto para liderar la lucha patriótica local, nuestro interés es investigar lo que se vendía en el puente en el pasado», intenta Sladeczek zanjar la nueva disputa, a la que, sin embargo, los medios de comunicación alemanes están dispuestos a prestar generosa atención.
El hallazgo, insiste, ha sido fruto del azar. Se estaba dedicando a investigar por su cuenta el Krämerbrücke durante un permiso parental y ha presentado el descubrimiento con ocasión de una conferencia de la Sociedad Histórica inscrita en el programa de actos conmemorativos del 700º aniversario del puente. Sladeczek comenzó a sospechar mientras estudiaba un libro de documentos de la ciudad compilado por el archivero de la ciudad Carl Beyer (1848-1900), que había resumido lo siguiente en el documento número 229 del año 1269: «El monasterio de Reinhardsbrunn vende los intereses de una cocina en el Kleiner Markt al ayuntamiento de Erfurt». El resumen de Beyer de 1888 del documento disponible en latín es incorrecto, como Sladeczek pudo determinar al leer la copia completa: «... qui de quodam thugurio assatoris sito in parvo foro Erfordensi...» dice. Habla de una cabaña, un puesto bajo un techo y un «Assator», que se traduce como asador o parrilla. «El hombre que asa», lee por su parte Karl Heinemeyer, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Erfurt. El hecho de que, por supuesto, la gente ya asaba carne, pescado y salchichas antes de 1269 está fuera de toda duda para los dos actores de la Sociedad Histórica de Erfurt. «Pero es la primera evidencia escrita de un asador», insiste Sladeczek, que recuerda que la primera mención documental de la salchicha también se encuentra en una factura del convento de monjas de Arnstadt de 1404, que también apunta a Turingia como lugar de origen.
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