Cómo tiene que ser tu dormitorio para conseguir un descanso de calidad
Dormir bien, tal y como demuestran numerosos estudios, produce muchos beneficios para nuestra salud mental y física
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S. Palacios
Pasamos alrededor de un 80% de nuestro tiempo en espacios cerrados y a pesar de ello se proyectan y construyen sin tener en cuenta el factor humano. En la mayoría de ocasiones no se tiene en cuenta cómo los edificios influyen en la salud física ... y mental, cómo los espacios dan respuesta a las necesidades y funciones básicas o cómo repercuten en la forma en la que el ser humano se relaciona con el entorno.
Sin embargo, Alfredo Sanz, presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), subrayó en la Jornada 'Habitar Plenamente', conferencia sobre cómo afecta la construcción de una vivienda a la salud, que el primer espacio a habitar es nuestro propio cuerpo «y no somos conscientes de cómo lo que le rodea, le afecta».
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Melissa GonzálezEn este sentido, Paula Rivas, especialista en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), apuesta por un mejor conocimiento de nuestro cuerpo y sus necesidades para comprender cómo funciona y qué requiere. «Es importante cubrir desde la arquitectura las necesidades básicas del individuo, tales como la luz, los materiales, la distribución y la concepción de los espacios, pues todo influye en la forma en la que nuestro cuerpo se regula».
«La iluminación artificial altera nuestro ciclo del sueño y acciones como esconder las escaleras tienen repercusión sobre nuestra movilidad. Por otra parte, no disponer de espacios adecuados para comer, por ejemplo, afecta negativamente a una función tan básica como la de nutrirse», explicó.
De todo esto, el sueño y el descanso son de los más preciados, pues repercuten directamente en los demás aspectos de nuestra vida. Y es que dormir bien, tal y como demuestran numerosos estudios, produce muchos beneficios para nuestra salud mental y física.
Cuando descansas bien, estás más tranquilo, tu estado de ánimo y paciencia aumentan, tus relaciones con los demás y contigo mismo mejoran, comes de manera regular, trabajas mejor y tienes una percepción más positiva de tu vida. Además, desde un punto de vista exclusivamente físico, tienes la energía y la fuerza adecuadas para afrontar el día.
Por esta razón, los expertos de Dalfilo comparten cuáles son los secretos para crear un dormitorio que favorezca el sueño de calidad y cuál es el papel de la ropa de cama y los tejidos que están en contacto con la piel:
1. Separa el dormitorio de la zona de estar
Un dormitorio en el que se duerme bien se encuentra en una zona de descanso bien delimitada. No importa el tamaño de la casa, incluso en un espacio abierto de unos pocos metros cuadrados se pueden separar las habitaciones de forma clara y agradable para el descanso. Además, es muy importante intentar que la zona menos iluminada de la casa se destine a la zona de dormitorios. Nuestro cerebro necesita descansar por la noche, por lo que es preferible refugiarse en un espacio más retirado y apartado, alejado de los estímulos de la vida diurna.
2. Orientación de la cama
Incluso la orientación de la cama tiene su peso en la calidad del sueño. Lo ideal, según el feng shui, es que el cabecero de la cama se sitúe en el lado norte del dormitorio, para favorecer un sueño más profundo. Sin embargo, hay teorías que sostienen que una orientación sur es mejor porque asegura un buen descanso pero al mismo tiempo más energía. Otra sugerencia es colocar la cama lo más alejada posible de la puerta de entrada a la habitación y de la ventana, para garantizar una sensación de recogimiento y protección durante el sueño.
3. Materiales naturales
Todo en el dormitorio, lugar en el que pasamos al menos un tercio de nuestra vida, debe ser natural. ¿Un ejemplo? Las mesitas de noche, que están justo al lado de la cama, deben ser de madera, posiblemente sin tratar. Al igual que el cabecero, siempre es mejor que sea de madera o tela que de plástico o materiales sintéticos.
4. Sábanas
Hablando de la naturalidad de los materiales, es fundamental que el cuerpo esté siempre en contacto con fibras naturales, como el algodón y el lino, para garantizar un descanso de calidad. Además, para dormir bien, es muy importante elegir tejidos transpirables. Estos permiten una mayor circulación del aire, favoreciendo una menor concentración de humedad y consecuentemente reduciendo la sudoración.
El percal, por ejemplo, es ideal por su versatilidad. Es perfecto en todas las temporadas porque es altamente transpirable, termorregulador y ligero sobre la piel (deja que el cuerpo respire y crea un buen microclima para cualquier época del año). Mientras que el satén, gracias a su textura aterciopelada en contacto con el cuerpo, es excelente para las quemaduras de verano.
5. Minimalismo
'Menos es más' es la regla de oro, tanto en el dormitorio como en la vida. No a los muebles grandes y a las lámparas imponentes, y mejor sin espejos ni pantallas delante de la cama, que alteren la tranquilidad y el buen descanso. Además, un entorno menos cargado es más fácil de mantener ordenado (el orden ayuda a la relajación) y limpio.
6. Limpieza
Limpieza del ambiente y de las sábanas. El polvo y los ácaros son enemigos de un descanso saludable. Por eso es importante lavar las sábanas una vez a la semana, o al menos cada diez días, especialmente en verano. Por otro lado, no hay nada más placentero que dormir en una cama que huele a ropa limpia.
7. No a los dispositivos electrónicos
Otro tipo de limpieza a realizar es la de la contaminación electromagnética. Los televisores, computadoras, tabletas y teléfonos no son bienvenidos en el dormitorio. Las notificaciones nos mantienen despiertos y su luz es enemiga del sueño.
8. Luz
Por un tema de energía, se recomienda que el sol entre en el dormitorio, y que durante las horas de luz, la habitación esté iluminada naturalmente, aprovechando los rayos del sol. Es bueno elegir bombillas con luz cálida y evitar la clásica lámpara encima de la cama. Mejor colocar puntos de luz regulables para crear una iluminación suave.
9. Colores
En el dormitorio es recomendable elegir siempre colores neutros para un buen descanso y crear un ambiente equilibrado, como por ejemplo los tonos beige, crema, marfil, gris y marrón. Los colores pastel también son buenos, quizás rosas, verdes o amarillos, siempre muy suaves. El azul es el color de la relajación, el color del cielo y del mar, por lo que siempre está indicado para relajar la mente e inducir el sueño. Siempre es bueno introducir elementos de madera, un elemento natural y relajante, que aporta sensación de paz y tranquilidad.
10. Temperatura
En el dormitorio la temperatura nunca debe ser alta. 18° C es la temperatura ideal para conciliar el sueño. De hecho, siempre es mejor un edredón de buena calidad que dejar la calefacción encendida por la noche. Otro punto a tener en cuenta es la humedad: un ambiente demasiado seco puede facilitar la tos y las enfermedades respiratorias, mientras que uno demasiado húmedo puede favorecer la formación de moho y ácaros, que también son el origen de posibles problemas broncopulmonares. Por este motivo se recomienda mantener la humedad entre un 30% y un 60%.
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