Esto es lo que pasa con tu cuerpo si estás siempre a dieta

«Ponerse a dieta» siempre ha estado relacionado con empezar una alimentación estricta, durante un periodo de tiempo determinado, en el cual se restringen una serie de alimentos catalogados como calóricos y la cuál se supone que no puedes incumplir si quieres conseguir tus objetivos.

Pero en los últimos años, gracias en parte al esfuerzo de muchos dietistas-nutricionistas, se ha empezado a diferenciar entre el concepto siempre utilizado de «estar a dieta» al de «llevar una alimentación saludable». De hecho, se ha visto un cambio en lo que respecta a los objetivos que tienen las personas al acudir a consulta, ya que cada vez llegan más con el deseo de mejorar hábitos, aprender a llevar una alimentación saludable, comer de forma más consciente… y no solamente perder peso de manera brusca y rápida.

Si lo analizamos desde la perspectiva actual, no tiene mucho sentido que cambiemos nuestra alimentación con fecha de inicio y fin porque, ¿qué pasará cuando logremos nuestro objetivo y queramos empezar a integrar todos los alimentos que habíamos eliminado? El cambio debe ser progresivo, personalizado y totalmente adaptado a nuestras circunstancias.

De esta forma, si borramos de nuestra mente la idea de que haya alimentos «permitidos», o alimentos «restringidos», y llevamos una alimentación en la que incluyamos todo tipo de alimentos de forma moderada, vamos a evitar echar de menos ciertos alimentos, a reducir la ansiedad que genera pensar continuamente si puedes o no comer la comida que te están sirviendo, evitar cambiar nuestra rutina o vida social por la alimentación e incluso tener menos sentimiento de culpa o caer en el círculo de las «compensaciones» simplemente por el hecho de haber salido a comer o cenar un día con la familia o amigos.

Tenemos que alejarnos también de todos los «planes dietéticos» cuya propuesta sea bajar de peso en tiempo récord, sobre todo si vemos que hay tan poquita comida que vamos a pasar hambre, porque no solo son perjudiciales para la salud por el riesgo al que nos exponemos de padecer déficits nutricionales, si no que la pérdida que nos garantizan no siempre es real, siendo agua y masa muscular en la mayoría de los casos.

Al final, llevar una alimentación saludable es más sencillo que todo esto, podríamos decir de forma muy resumida que bastará con una buena elección en la que prioricemos la variedad, disfrutar del momento y no castigarnos ni sentir culpa por escaparnos en alguna ocasión de la rutina.

Para ello puede ayudarnos mucho la organización. Por ejemplo, elaborar un menú semanal o mensual, en función de cómo realicemos la compra, nos va a ayudar, además de comer de forma más saludable, a economizar mucho el tiempo, ahorrar a nivel económico y evitar desperdicios de alimentos.

Debemos priorizar productos frescos y naturales como frutas y verduras principalmente, pastas (preferiblemente integrales), legumbres, semillas, cereales, pescados y carnes magras… Evitando sobre todo aquellos productos que sean procesados, ya que contienen grandes cantidades de sal, azúcares ocultos, grasas trans....

Pero no quiere decir que de vez en cuando no podamos salir y tener algún que otro exceso sin sentimiento de culpa, la variedad y flexibilidad también es importante a la hora de crear un hábito.

Si estás en el bucle de las dietas y no sabes como dar el paso a una alimentación saludable, te aconsejo siempre que busques ayuda de un profesional que pueda asesorarte de forma personalizada y acompañarte en el aprendizaje.

Puedes saber más de Elisa Escorihuela a través de su cuenta de Instagram: @eliescorihuela , su labor en el Centro de Nutrición Nutt y en su libro 'Dietoterapia'. Además puedes leer todas las recomendaciones nutricionales que recogen sus artículos en ABC de 'Aula de nutrición'.