Un lugar curioso y lleno de energía, dicen quién lo visita que te inunda de paz. La construcción que comenzó Miguel Ángel hace unos años en una cala de Carboneras en Almería se ha convertido en un lugar de peregrinación, tanto para curiosos como ... para los que buscan meditar.
«No es un templo ni es hippie», esto dicen que ha dicho su autor un policía local jubilado que comenzó un día a apilar piedras. Lo hizo para relajarse, librarse del estrés, pero día tras día volvía y continuó su proyecto hasta lograr cientos de pequeños monumentos. Incluso se preocupó si lo que estaba haciendo podía ser legal o no, porque se encuentra en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, pero la ubicación pertenece a Costas y mientras que no use yeso o cemento no hay problema alguno.
Este templo está muy cerca de la playa del Algarrobico, donde se encuentra el polémico hotel ilegal, y está vigilado por la Torre del Rayo. Para llegar hasta aquí hay que caminar por un carril sin asfaltar y luego tomar un pequeño sendero que está bordeado por piedras blancas, amarillas y grises.
La construcción de piedras se encuentra junto al mar
ABC
La construcción se ha convertido en un lugar muy visitado y también compartido en redes sociales. Aquí encuentran un lugar para meditar, donde se respira energía positiva. Hay personas que añaden una nueva piedra o pequeño monumento, acciones para dejar algo importante para ellos, pero también hay quien causa destrozos y Miguel Ángel tiene que volver a reconstruir algunas de sus obras.
Sin duda, es un rincón con alma de la costa almeriense donde cada visitante hace su aportación. Una obra de arte al aire libre, colectiva y abierta a todas las personas que deciden adentrarse hasta esta recóndita cala. Uno de los momentos más bonitos para visitarlo es al atardecer, en días de mar en calma, cuando los últimos rayos de sol se relajan en el agua y se respira tranquilidad.
Esta forma de apilar piedras se denomina 'apacheta' y en algunas partes del mundo se entiende como una ofrenda, pero supone una amenaza para la biodiversidad ya que la mano del hombre altera el espacio. El creciente interés por la cultura Zen y la popularidad en aumento de la meditación han llevado a muchas personas a imitar algunas de sus prácticas más comunes, como el apilamiento de piedras. Esta actividad se ha adoptado como un símbolo espiritual, vinculado especialmente a las culturas budistas, donde estos montículos representan el equilibrio interior.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete