Cuándo sí (y cuándo no) debes llevar camisa de manga corta
Es una prenda que resulta imprescindible cuando llega el calor y, sin embargo, no siempre se utiliza como se debería
El código de estilo de las chanclas de verano que nunca deberías saltarte
Hay un denominador común en los looks de los hombres mejor vestidos cuando las temperaturas empiezan a subir: la camisa de manga corta. Los que más saben de moda la tienen declinada de mil y una formas diferentes jugando con los materiales, los ... colores y las formas, y nos han demostrado que se la puede sacar un partido tremendo sin tener que ceñirnos a la estética ochentera a la que se asocia.
Pero el éxito de esta pieza no siempre fue tal. Hasta hace unos años estaba condenada al ostracismo por ser considerada poco elegante. Ahora, en cambio, ha pasado a ser fundamental en el armario de verano, sobre todo porque pocas como ella son capaces de aportar frescura y comodidad en los días en los que el calor hace insoportable vestirse.
Ya no hay quien se resista a ella y, sin embargo, no son tantos los que saben utilizarla con destreza. En muchas ocasiones o no se hace una compra de acuerdo con lo que más favorece a cada uno o no se elige la ocasión adecuada. Otras veces, sencillamente no se toma una buena decisión a la hora de combinarla. Por eso hemos tratado de condensar en un listado sencillo de «SÍS» y « NOES» todo lo que hay que saber sobre esta pieza tan particular para que todas las dudas queden disipadas y no haya lugar para el posible fallo.
Cuándo NO: con traje
Por mucho calor que haga, si vas a optar por la sastrería debes sacar de la ecuación la camisa de manga corta. No es una prenda formal y, por tanto, no se puede contemplar como alternativa para ir a la oficina -salvo que la luzcas en clave casual sin americana de por medio- ni por supuesto a una boda o a cualquier otro evento en el que se requiera cierta etiqueta.
Cuándo SÍ: con pantalón de pinzas
Con un dos piezas no termina de funcionar, en cambio sí que lo hace si eliges combinar una de estas prendas con unos pantalones de pinzas. Es preferible, eso sí, que en lugar de que pertenezcan a un traje sean algún modelo más desenfadado, bien por su tejido, bien por su color, bien por su caída o bien porque tenga detalles como cordones o botones que le cambien completamente el estilo formal.
Cuándo NO: con corbata
Del mismo modo que no empasta bien con un traje, no lo hace con una corbata. Las camisas de manga corta están diseñadas para ser llevadas en solitario o, en su defecto, con una camiseta debajo que quede a la vista si se luce abierta.
Reserva las corbatas para las camisas más formales que serán siempre de manga larga y tejidos más sólidos.
Cuándo SÍ: con pañuelo
Que no acepte de buen agrado la corbata no quiere decir que este tipo de camisas no puedan acompañararse de ningún accesorio con el que adornar el cuello. El que mejor encaja es el pañuelo, sobre todo si se lleva atado al cuello al estilo boy scout porque consigue un resultado de lo más cool.
Cuándo NO: con pantalón grueso
La camisa de manga corta es una prenda exclusivamente veraniega, lo que significa que no es buena idea ponérsela fuera de la época estival por mucho que forme parte de un conjunto de capas con jerseis, sudaderas o chaquetas.
Lúcela siempre con pantalones livianos o, como mucho, con vaqueros. Marca el tejido denim como límite para defenderla y el final de la primavera como el momento del año idóneo para ver la luz.
Cuando SÍ: con bermudas
No hay mejor compañera del pantalón corto que una camisa tipo bowling, una hawaiana o una lisa pero cuya manga no sobrepase el codo. Juntos forman un combo imbatible en la temporada estival porque resultan mucho más frescas, confortables y desenfadadas que el clásico polo.
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Además, al haber tantos diseños entre los que elegir, es prácticamente imposible no dar con un mix con el que sentirse cómodo y verse favorecido.
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