Los hombres también llevan pareo en verano

Este trozo de tela que suele ser de algo más de dos metros con estampados de ricos coloridos remite a la Polinesia y sí que era exclusivamente femenino en su lugar de origen, Tahití, porque, tal y como contó recientemente en el programa de Radio Nacional de España El gallo que no cesa en RNE la periodista y graduada en Historia del Arte y en Geografía e Historia Ana Velasco Molpeceres, «se llevaba a modo de falda pero también a modo de vestido cogido por el cuerpo, pasado por el hombro o bajo las axilas». Esto se ve reflejado en películas como Pacifiction, dirigida por Albert Serra, y en cuadros como Bajo el Pandanus o Mujer sosteniendo una fruta del rancés Paul Gauguin. Precisamente la curiosidad que despertaron los trazos del pintor sobre estas telas exóticas entre los occidentales fue, junto con el colonialismo, uno de los motivos los que se convirtió esta prenda tradicional en un elemento puramente veraniego. «Además, a partir de los años 30 y los 50 se puso de moda porque se generalizaron los trajes dos piezas durante las vacaciones por un estilo de vida más informal y se vio que el pareo podía servir para demostrar estatus», explicó la experta en historia de la moda en RNE, quien recordó que los hombres no se llegan a cubrir el torso con él sino que solamente ocultan los muslos. De hecho, suelen ser los suyos diseños más cortos que los de las mujeres dado que la desnudez femenina desgraciadamente genera más controversia que la masculina.

La resignificación del pareo llegó con los hippies que lo vieron como un símbolo de libertad y esto contribuyó a que poco a poco este accesorio fuera ampliando su público. También su radio de acción puesto que cada vez puede presumir de mayor versatilidad. «El pareo tiene multiples usos, hay quienes lo usan como toalla para tumbarse en playa, para vestirse, como bufanda en periodos mas fríos, en el carrito de bebe, para decorar un sofá... es un accesorio que se utiliza segun la imaginación de su dueño», argumenta Thomas Marchi de la marca Pareoconnection. Esta firma mallorquina nació hace tres décadas de la mano de una francesa llamada Brigitte Calas, quien empezó a vender pareos comprados a un mayorista por las playas de la isla mostrando distintas fórmulas para lucirlo y terminó por emprender como creadora de sus propios diseños con telas traídas de Bali que son las que vende junto con ropa y accesorios «beachwear» en los dos establecimientos que tienen en Palma de Mallorca.

Thomas Marchi reconoce que sí que son muchos hombres los que llevan pareo por la libertad que ofrece y también a los que viajan mucho porque ocupa «poco espacio y soluciona muchos temas según el viaje», aunque cree que aún queda mucho por hacer, algo con lo que coincide la estilista Verónica Miyun: «Tendemos a creer que determinadas prendas son de hombres o mujeres distintivamente y no tiene porque ser así (…). Lo que sí creo personalmente que hoy por hoy sólo los mas atrevidos se atreven con esta prenda», opina la responsable de los looks de celebrities como Chenoa. Faltan todavía por derribar más tabúes y, según el gerente de Pareoconnection, «que se quiten los bañadores de surfistas», bromea. «No son muy cómodos con el pareo», añade.

Tal y como hemos explicado previamente, se llama pareo a un trozo de tela sin patrón ni corte del que existen ligeras variaciones en función de dónde se adquiera o del nombre que reciba. En Malasia, por ejemplo, se llama sarong y es más largo ya que suele llegar hasta los pies; mientras que el lava-lava es como un kilt escocés y en la India se les conoce como lungui porque son unas faldas blancas frecuentes en las ceremonias que se utilizan también en Birmania y Bangladesh.

Particularidades culturales y geográficas aparte, a la hora de comprar un pareo basta con fijarse el estampado que más vaya con tu personalidad a nivel estético y en el tejido para que resulte cómodo y ligero. «Que sea fresco, suave y que no esté hecho con materiales que causen picores o molestias en la piel. La gasa y la viscosa son dos de los más reclamados por su textura, por ser ligeros y que no se arrugan con facilidad..», apunta Verónica Miyun. «Las medidas y el diseño también son importantes a la hora de elegir tu pareo, todo va a depender de la morfología de cada persona y de la zona o zonas que desees cubrir», puntualiza.

Una vez elegido el diseño, toca combinarlo, ¿y cuál es la mejor ecuación para hacerlo? «Lo combinaría con sombrero y camiseta, polo o camisa de tonos suaves, neutros y lisos donde el pareo sea el máximo protagonista por su colorido y estampado», recomienda la estilista, quien cuenta que es el entorno el que determina en qué momentos se puede usar que sea fuera de la playa o la piscina. «Creo que su uso se mimetiza más en entornos más paradisíacos o playas menos explotadas. Dónde más podemos verlo es en los garitos playeros, chill out o lo que se denomina tipo libanés. Recomendaría su uso en eventos o fiestas diurnas o nocturnas que se celebran en playa o piscina donde el dress code exija este tipo de look o estilismo», concreta la asesora de imagen.

Verónica Miyun matiza que el pareo «es una prenda muy elegante si se sabe usar y colocar correctamente» por lo que, antes de anudárselo a un lado o en el centro, aconseja primero pararse a pensar para respetar la morfología de cada cuerpo y así acertar con la manera de lucir. «La elección a la hora de decidir como colocarnos el pareo va a depender de nuestra forma y medidas de cuerpo para que resulte adecuada, correcta y que nos luzca y favorezca, por ello, creo que todos deberíamos tener unas nociones básicas de estilismo en nuestros cuerpos (visagismo y morfología) para aplicarlas positivamente», sugiere la estilista.