Cómo llevar pantalones cortos sin perder la elegancia

Este, el de los pantalones cortos, es junto a las camisetas sin mangas de los temas que más discrepancias generan en cuestión de estilo masculino. ¿Con qué es mejor combinarlos? ¿Cómo saber cuál sienta mejor? ¿Hay alguna edad máxima para lucirlos? Es un debate en el que pocas veces se llega a puntos de encuentro pero que hoy nos hemos propuesto alcanzar.

Para tratar que el acierto esté garantizado, es importante tener en cuenta varias consideraciones y la primera de ellas es el contexto. Por muy sofocante que resulte una jornada, sigue sin estar bien visto llevar pantalones cortos en determinados ambientes. Está claro que no te vas a poner un par para ir a una boda y que los sitios de playa y los espacios deportivos son, en cambio, lugares seguros para su utilización. Sin embargo, las dudas surgen cuando nos adentramos en terrenos menos relajados. Resulta complicado definir un manual de uso porque efectivamente no hay una expresa prohibición para determinadas situaciones y ahí es donde nace la polémica.

Depende es la palabra que mejor define cuando sí y cuando no. Sabemos que no soluciona demasiado por la ambigüedad, pero no hay reglas establecidas y es el sentido común el único que manda.

Por ejemplo, ¿se pueden llevar pantalones cortosen el trabajo? Puede que en tu oficina no exista un protocolo en el que se indique no puedas ir con bermudas pero eso tampoco debería tomarse como una invitación a usarlos. Salvo que tu ambiente laboral sea moderno y desenfadado, es preferible no correr el riesgo para evitar posibles miradas de desaprobación.

Al sumergirse en cualquier catálogo de las colecciones estivales de las firmas se puede ver que existen en el mercado multitud de alternativas diferentes que poder probar. Ahora bien, por muchos diseños que haya en el mercado, son los clásicos los que no van a permitirte que falles. Estos son desde un elegante pantalón de lino que te salvará más de un look si lo metes en tu maleta de vacaciones hasta el clásico chino que que puede cumplir con las mismas funciones que su versión en largo aunque de modo más relajado.

Si nos metemos en un terreno más informal nos encontramos con los diseños en tejido vaquero, los confeccionados en algodón tipo jogger y los bautizados como cargo repletos de bolsillos en los laterales. Los tres son de uso exclusivo para ocasiones informales por lo que, salvo que sea para un plan completamente distendido y se demuestre seguridad defendiéndolos, lo mejor es abstenerse.

Una última consideración para no fallar: los estampados mejor solo para la playa y la piscina. No te salgas de la gama de tonos neutros como en azul marino, el caqui o el camel si quieres mantener el tipo.

Una vez está clara la prenda y el contexto en el que se puede lucir llega lo más complicado que es con qué llevarlo. Aquí has de elegir uno de los dos caminos posibles: o bien ser conservador, o bien tirar de creatividad. Si optas por la primera vía, nada como una camisa blanca de lino remangada, un polo azul marino o una camiseta básica, eligiendo para los pies unas alpargatas o abarcas, unas zapatillas de lona o unas sandalias con un punto más elegante.

En cambio, quienes prefieran lanzarse a probar mezclas tienen un abanico de posibilidades inabarcable. No hay ningún tipo de límite ya que se puede jugar con la estética preppy con la ayuda de los mocasines, con la deportiva con unas zapatillas que sean tendencia o con un look 100% veraniego en el que haga su aparición alguna atrevida camisa de manga corta estampada. Si no te equivocas de lugar ni momento a la hora de llevarlo, será genial para salir de la zona de confort. Todo es cuestión de actitud.

Recuerda por último que también influye a la hora de tomar la decisión la longitud exacta del pantalón. Si se muestra demasiado muslo la sensación de alargamiento de la pierna será mayor pero, por contra, puede parecer un traje de baño. En cambio, si es demasiado corto resulta excesivamente juvenil y desfasado. La medida más elegante y favorecedora es aquella que sobrepasa apenas unos centímetros de la rodilla.