Más allá de las acusaciones de «machismo» hacia los jueces, la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual introduce cambios en la aplicación de las penas cuyas consecuencias comienzan a materializarse en casos concretos.
¿Por qué se reducen las penas?
La razón por la que algunas penas se están reduciendo es el cambio legal respecto a la agresión y el abuso sexual. Al fundir ambos delitos en el Código Penal, la horquilla de penas mínimas ha quedado por debajo del umbral previo, por lo que un condenado por agresión sexual puede evitar la cárcel o reducir considerablemente su pena.
¿Cúanto se reducen las penas?
El texto legal, publicado en el BOE el pasado mes de septiembre, contempla los cambios en la horquilla de años por los que se puede condenar a los culpables de delitos sexuales. En primer lugar, la pena máxima del tipo básico de la agresión sexual baja de los 5 a los 4 años de prisión, mientras que la pena mínima por agresión sexual con penetración baja de los 6 a los 4 años de prisión.
Por otra parte, la pena por agresión sexual con agravantes, que era de 5 a 10 años, pasa a ser de 2 a 8 años y la pena por agresión sexual con penetración y con agravantes, baja su mínimo de los 12 a los 7 años.
¿A qué condenas se puede aplicar la rebaja?
Además de aplicarse a los delitos sexuales posteriores a la entrada en vigor de la ley, el principio de irretroactividad de la ley penal permite su aplicación en aquellos casos que beneficie al condenado. En otras palabras, solo cuándo suponga una reducción en la pena.
¿Cuántas penas se han rebajado?
De momento, al menos tres condenas han sido rebajadas amparándose en esta ley, dos casos en Madrid y uno en Galicia, aunque esto no es más que el principio.
Actualmente, más de una veintena de condenas se están revisando de acuerdo a los nuevos parámetros establecidos, por lo que el número de casos en las que las penas se reducen se multiplicarán en los próximos meses previsiblemente.
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