Próxima parada, Corea: una JMJ para promover la paz y la unidad
La ciudad de Seúl acogerá en 2027 la próxima Jornada Mundial de la Juventud
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La evidente presencia de peregrinos coreanos en las filas más cercanas al altar papal parecía corroborar aquella máxima de que «el rumor es la antesala de la noticia». Aunque el Vaticano trata de mantener en secreto el destino de la siguiente JMJ, las ... filtraciones y los signos, como la vivacidad de los jóvenes del país que será el siguiente anfitrión, permiten anticipar el destino unos días antes. En el Ángelus, al final de la celebración, el Papa lo ha confirmado: Seúl, la capital de Corea del Sur, acogerá la próxima JMJ en 2027.
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La decisión de Francisco mira al país con un catolicismo más emergente y activo de toda Asia, sólo por detrás de Filipinas en número de creyentes. También se fija en un país dividido, pues aunque la sede será en la capital de Corea del Sur, Seúl, la presencia de cientos de miles de peregrinos y del propio Pontífice no deja de ser una llamada a la unidad, y sobre todo a la paz, con el vecino del norte con el que oficialmente siguen en guerra, desde la división en 1945.
De hecho, así lo entendían y pedían los peregrinos coreanos que se encontraban ayer en el Campo da Graça. Amables y sonrientes, no tenían problema con hablar con los periodistas, aunque sí mantenían el secreto sobre la designación hasta que el Papa lo hizo público. Lo que no restaba un ápice de su amabilidad, y los regalos con que agasajaban a quienes se acercaban.
Uno de ellos, muy significativo. Un rosario con la inscripción: «María, Reina de la Paz, reza por la paz en la península de Corea». Un deseo simbolizado también en la cruz inserta en una figura con la forma de la península de Corea, que acoge ambos países, el del Sur, que acogerá la JMJ y el del Norte, sumido desde hace décadas en una férrea dictadura comunista.
Una circunstancia que, a buen seguro, no ha pasado desapercibida para la fina diplomacia vaticana. Una Jornada Mundial de la Juventud no es un evento local e implica mucho más que el viaje del Papa al país, por lo que precisa siempre la colaboración internacional. Una guiño a que la Iglesia católica surcoreana tenga una excusa para integrar a los católicos norcoreanos en la preparación del evento.
Ni siquiera el Vaticano es capaz de cifrar el número de la minoría de católicos que mantienen su fe en Corea del Norte. En 1988, el gobierno comunista creó la Asociación Católica Coreana, una entidad al estilo de la Asociación Patriótica Católica China, con la intención de controlar el nombramiento de sacerdotes y obispos y tener identificados a los fieles. Desde entonces, la minoría católica que sigue fiel a Roma permanece en la clandestinidad. La JMJ podría ayudar a mejorar sus condiciones de vida.
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Será esta la segunda vez que la Jornada Mundial de la Juventud visite Asia, tras la edición de 1995 presidida por Juan Pablo II en Manila (Filipinas), en la que fue la más multitudinaria de la historia. Cinco millones de peregrinos acompañaron al Papa en la eucaristía final en el Rizal Park manilense. Se vivió tal aglomeración, que los peregrinos ocuparon los caminos de entrada e impidieron el acceso del papamóvil. La misa comenzó dos horas después de lo previsto, cuando Juan Pablo II pudo acceder hasta la zona del altar en helicóptero.
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