Breve manual para convertirse en 'influencer' católico
La Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa acoge el primer encuentro de tuiteros, instagramers, youtubers y demás influyentes cristianos desde las redes sociales
Cuarenta días y más de 1.300 kilómetros a pie desde Barcelona para ver al Papa
Enviado especial a Lisboa
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa Jornada Mundial de la Juventud es un imán para frikis. Al fin y al cabo, «en la Iglesia caben todos, ¡todos, todos, todos!», como decía el Papa Francisco en la ceremonia de acogida. Y también caben los raritos, los que se sienten 'únicos' ... y los que quieren algo de 'casito'. Todos encuentran cariño en esa masa de 800.000 jóvenes que pocas veces juzga y ninguna condena. Te los encuentras por las calles, con sus atuendos pintorescos, pancartas barrocas e indescifrables o banderas que -eres consciente nada más verlas- no pertenecen a ningún país. Bueno sí, a la república unipersonal de ellos mismos. Son raritos anónimos arropados por una masa que les acoge.
Pero esta Jornada de Lisboa también ha propiciado la llegada de frikis reconocidos, conscientes y orgullosos de serlo. Frikis digitales que utilizan las redes para evangelizar y que se presentan con llamativos nicks como 'fray.foto', 'sorselfie', 'mossenvoro', 'soybubugarcia' o 'renatuslc'. Influencers católicos que en la noche del viernes se reunieron por primera vez en el rebautizado «Parque de los Cristonautas».
'Selfies', directos, 'repost' y mucho móvil, siempre encendido, en un evento que reunió a miles de jóvenes en torno a los más influyentes católicos en las redes sociales. Una masa de 'raritos', pero dispuesta a evangelizar el «continente digital» como lo definió el Papa Benedicto XVI hace más de una década. Porque los frutos de esta evangelización digital se están viendo en el pontificado de Francisco, pero las bases las sentó su predecesor. El Papa Ratzinger fue pionero en las redes sociales y el primer Pontífice en enviar un tuit.
«¿No al transgénico y sí al transgénero? Pero eso, ¿cómo se come?»
José Ramón Navarro-ParejaEl obispo Munilla destapa una de las contradicciones del movimiento ecologista en una de las catequesis de la JMJ
Así, si quieres seguir los pasos de Benedicto XVI, Sor Selfie, Fray Foto o Mossèn Voro y adentrarte en este mundo digital te ofrecemos unos consejos, a modo de breve curso digital, y de la mano de los propios protagonistas. Sigue adelante si quieres convertirte en un auténtico 'influencer' católico.
Primera lección
Cafarnaúm
No, todavía permanecemos en el mundo real y no nos hemos virtualizado. Cafarnaúm, la aldea de Galilea del siglo I es nuestro punto de partida. «Si Jesucristo estuviese en nuestros días, utilizaría también las redes sociales», nos dice el obispo Juan José Munilla, que con 102.800 seguidores en 'la red antiguamente conocida como Twitter', es el prelado español con más presencia digital. «De hecho Jesucristo evangelizó en Cafarnaúm, que era entonces, en Galilea, el lugar de los paganos. Jesús iba allí a evangelizar». «El Cafarnaúm de nuestros días son las redes sociales», concluye el obispo de Orihuela- Alicante con una sonrisa.
La predicación de Munilla no se reduce a sus homilías y cartas pastorales. Trasciende y llega más allá, a través de las redes sociales, que ha convertido en altavoz de sus palabras. «Alguien dijo que la Iglesia Católica tal vez no sea la que mejor comunica, pero yo creo que es la que comunica lo mejor, lo mejor que es el Evangelio», explica sobre el sentido de su mensaje. «Bueno, igual no sé si tenemos que aprender a comunicar mejor, seguro que sí, pero yo creo que es más importante es que el mensaje sea bueno. Luego ya aprenderemos a comunicar», reconoce.
El lenguaje de Munilla, aun cuando tiene más de cien mil seguidores en las redes, todavía aparece muy apegado a lo analógico y al tradicional método de evangelizar por parábolas. «Creo que aquí hay mucho enamorado que tiene la necesidad de comunicar», nos dice de los miles de jóvenes que llenan el recinto. «Cuando uno se ha encontrado con un tesoro, ese tesoro sabe que no solo es para él, ese tesoro tiene que ser comunicado de alguna manera. Esa es la clave cristiana».
[Si has llegado hasta aquí comprobarás que, esto de convertirte en 'influencer' católico en las redes sociales, hunde sus raíces en el propio evangelio y que Jesucristo fue el pionero. Continua para saber cómo puedes conseguirlo.]
Segunda lección
El cura guapo de Tik Tok
Para triunfar en las redes no viene nada mal un cierto «enchufe genético». Nos martillea esa expresión, mientras no dejamos de entonar mentalmente el estribillo de aquella canción de Los Inhumanos, cuando entrevistamos a 'heribertogarciaar', conocido por todos como «el cura guapo de Tik Tok» .
[«Hua-chubi-dubi-du, hua-chubi-dubi-du, Hua-chubi-dubi-du, hua-hua», y ya completa usted el resto querido lector, que esto es viejuno, de cuando ni apenas atisbábamos el mundo digital].
«Usted es una persona muy atractiva, ¿ayuda eso también a los comunicadores católicos?», le preguntamos al padre Heriberto en un momento del evento. «Todo está hecho para eso -nos contesta sin ambages- en las redes sociales hay filtros, hay música, se puede arreglar, está hecho para eso, y yo creo que hasta cierto punto sí puede ayudar en general porque ayuda físicamente a cualquiera». Y en cuanto al aspecto «si Dios me utiliza para eso, aquí estoy, porque yo no tengo la culpa, solo soy responsable de llevar a Cristo, y si Él me utiliza así, aquí estoy. Realmente, recuerdo que algunas amigas y amigos, me conocen como el cura guapo de Tik Tok, ¿no?», nos pregunta con sonrisa pícara.
@heribertogarciaar #heribertogarciaar #padrecharro #influencerdeamor #padredetiktok @worldyouthday #lisboaportugal #jmj ♬ sonido original - Padre Heriberto
«Yo creo que no es culpa de nadie [ser guapo, 'of course'], mira, son los estándares de belleza de ahora, pero realmente lo que importa es la persona, ¿qué es lo que está moviendo? Porque eso te puede acercar a Dios o te puede alejar, lo mismo que cualquier persona, alguien guapo o feo, todos, tienen que guardar el equilibrio, porque eso simple y sencillamente son talentos que Dios está dando, uno u otro. Entonces, ¡ah, eres guapo y ya está!».
Una clara autoconciencia de sí mismo y de sus dones, que le han reportado un millón setecientos mil seguidores en Tik Tok, pero que le obligan a un constante ejercicio para apagar el ego -o no caer en el pecado capital de la soberbia, si nos lo llevamos al campo cristiano-. «Yo lo equilibrio siempre tratando de orar, tratando de saber que esto es un momento, después de esto, yo sigo como voluntario en la JMJ, sigo trabajando, sigo en la universidad, esto es solo disfrutar el momento», nos responde. Aunque reconoce que «también tiene momentos difíciles, en donde la gente te ve con el alzacuello y habla de la Iglesia, y te dice lo que pasó no sé dónde, que obviamente no tiene la culpa. Y entonces tienes que guardar el equilibrio, que no se baje la autoestima, pero tampoco se suba, porque al final es Dios el que te está usando».
[Y si el «enchufe genético« es importante, no lo es menos identificar y saber dirigirte al público que te espera en las redes. Sigue adelante para más consejos.]
Tercera lección
Y, un pasito más: fitness y alzacuellos
«Cada 'influencer' tiene como su pequeño mundo dentro de ese continente digital, y el mío es la juventud y la conexión especialmente con el deporte, con el 'fitness', con todo ese mundo de salud». Quien nos habla es Rafael Capo -'fathercapo'-, un sacerdote estadounidense de origen portorriqueño, que tiene cerca de setenta mil seguidores en su cuenta de Instagram, donde alterna fotos con el clergyman y la sotana con otras en el gimnasio en las que luce biceps y un torso tonificado. «Salud del cuerpo, de la mente y el espíritu», resume en tres ideas el contenido de su 'timeline'.
«Los jóvenes atletas, los jóvenes deportistas conectan muchísimo y se sienten acompañados porque muchas veces la Iglesia no ha estado del todo presente en ese mundo», señala 'fathercapo', que parece que detectó una ausencia eclesial en el mundo de las pesas y las mancuernas. «Aquí en la JMJ me ha tocado ver con mucha emoción que hay frutos de esa labor evangelizadora en los medios de comunicación social, como 'influencer' y con historias concretas de conversión, de seguimiento, de sentirse acompañados. De sentirse que Jesús está presente incluso en esas pequeñas aparentes tonterías de las redes», afirma, para justificar su labor.
Porque el padre Rafael Capo también reconoce que ese primer contacto con los seguidores tiene que traspasar la virtualidad si se quiere continuar el proceso evangelizador. «Las redes son una plataforma para empezar un acompañamiento, de manera virtual, claro. Y ahí, muchas veces hay jóvenes que te lanzan un interrogante y uno a veces, aunque no tenga todo el tiempo del mundo para contestar a todos, manda una respuesta, una palabra, otro interrogante… y eso cuestiona a los jóvenes, eso hace que ellos se sientan valorados, que se sientan acompañados porque a veces se sienten solos».
«Nuestra juventud muchas veces experimenta una soledad terrible y entonces con una palabra, con una señal de aliento es la puerta para evangelizar», añade el sacerdote. «Y eso va a necesitar después los acompañamientos presenciales, pero es necesario ese trampolín para que entonces la juventud descubra que tienen que dar el paso a entrar por la puerta de la Iglesia», concluye.
[Y así, si comprendes y compartes los hashtag que más usados por 'fathercapo' en sus redes -#FitForTheKingdom #CatholicFitness- ya estás preparado para pasar a la siguiente etapa. ¡Bienvenido a Corea!]
Cuarta lección
K-Pop, K-Drama y K-Catholic
Y en eso de descubrir un nicho digital es una experta Ester Palma, misionera española en Corea desde hace diecisiete años y en las redes desde hace seis. Reparte sus seguidores entre Instagram y YouTube pero no le gusta el concepto 'influencer'. «No, yo soy misionera digital», nos dice. @esterpalmacorea confiesa que su misión en Corea pasó a las redes porque «me tocó mucho la palabra de Benedicto XVI cuando dijo que el continente digital es una nueva tierra de misión. Y ahí yo sentí una llamada, es un lugar donde hay que entrar como misioneros».
Así, su misión es doble. En la vida real en Corea y, a través de las redes, con los jóvenes españoles «que siento que están, no más perdidos, pero sí más alejados de la iglesia que los coreanos en este momento». Unos jóvenes españoles a los que, «sin embargo, les gusta mucho Corea», añade. «Entonces, yo ahí entré un poco a través del K-pop, de los K-drama y a través del K-Catholic», explica sobre sus contenidos. «Muchos de los jóvenes que me siguen no son creyentes, pero les gusta Corea y luego se dan cuenta que yo soy misionera en Corea y por ahí [ATENCIÓN SPOILER] les vamos metiendo un poco algunos penaltis, evangelizándos».
En cuanto a los contenidos, el Padre Damián, conocido en España por su participación en La Voz y también presente en el acto, explica que «los temas relacionados con el mal y con lo afectivo son los más interés provocan en los jóvenes». Por su parte, Ester Palma plantea que los contenidos que más gustan a los jóvenes son los que tienen que ver con «el testimonio de vida». «El joven es muy del Papa Francisco aunque no sea creyente: el amor a los pobres, la ecología, el amor a los migrantes», explica.
«Y si les hacemos ver que cuando se ama al pobre se ama a Cristo, y que es Cristo quien ama en nosotros al pobre, es muy fácil llevarles a la fe», añade. «Es como hay que darle la vuelta a la tortilla. Ya no se empieza desde ir a la iglesia, al rosario, a la misa y después se va en salida y al amor fraterno», explica sobre su forma de evangelizar a las nuevas generaciones. «He descubierto que el joven tiene ahora otra puerta de entrada en la Iglesia», confiesa. Y es a través de las redes.
[«Nos vemos en las próximas JMJ», nos dice @esterpalmacorea cuando se despide. Se pierde en la multitud y se vuelve a virtualizar. Para volver a materializarla habrá que esperar a la próxima Jornada. Quizás sea en Corea y ella no tenga que hacer un largo viaje. Pero ahora seguimos nuestro camino con la parte más desagradable de las redes: ¡los 'haters'!]
Quinta lección
¡Peligro! ¡Haters!
El odio ha existido siempre pero el 'hater' es hijo de internet. 'Haters', trolls, acosadores y demás fauna carroñera de internet sobrevuelan cada una de las cuentas, por más que estas se empeñen en hablar de amor, de hermandad o de Dios. O quizás, por eso, porque huelen la sangre del cordero aparentemente indefenso. «Al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra», decía el 'influencer' Jesucristo en el sermón de la montaña, pero ¿cuál será la actitud de sus seguidores con quienes les abofetean digitalmente?
«Cada vez me pongo más un chubasquero y unas gafas de sol e intento no responder, vivir con mucha paz y, aquello que creo en conciencia que tengo que comunicar, lo sigo haciendo», explica Padre Damián con una actitud que parece ser compartida con el resto. «En un primer momento perdía mucho tiempo respondiendo pero me di cuenta que desgraciadamente siempre va a haber gente que no comprende», apunta el padre Rafael Capo. «Lo mejor es seguir poniendo el entusiasmo y la energía en evangelizar, con la alegría del evangelio y no estar pendiente de los 'haters¡ y los que están pensando solamente en la tristeza y en atacar», añade.
Tampoco el obispo Munilla parece muy preocupado, en parte porque su forma de comunicar en las redes no propicia una respuesta. «A ver, yo no interactúo. Yo envío un mensaje y no respondo a lo que dicen», reconoce. Una actitud reposada que no quita que sus tuits o vídeos de Youtube se conviertan 'trending topic' e incluso salten a los medios de comunicación, envueltos muchas veces en un tono de polémica, como ha ocurrido estos días con su catequesis sobre transgénicos y transgénero. «La verdad es que creo que ya hay otros que hablan por mi», responde cuando le preguntamos por la cuestión. «A la hora de interactuar, si alguno tiene que defenderte, pues ya te defiende ese otro. Yo he dicho lo que creo que tenía que decir y, mira, ya está», concluye.
[Si ha llegado hasta aquí, y ha comprendido la razón que lleva a evangelizar en internet, las ventajas de una buena presencia y el equilibrio para controlarlo, a cómo encontrar un nicho al que dirigirte y sobrevivir a los 'haters' que te vas a encontrar, con toda seguridad, sólo te falta conseguir muchos seguidores para convertirte en un verdadero 'influencer' católico. ¿Te preocupa? Bienvenido al final de nuestro curso.]
Sexta lección, y última
Un baptisterio romano del siglo I
«¿A quién no le va a gustar un baptisterio romano del siglo I?» contesta el Padre Damián cuando le preguntamos si le preocupa y revisa el número de 'followers' en sus redes sociales.
[Si usted ha entendido la respuesta y la ha leído con la entonación de Encarnita, a la par que se sonreía, ¡Enhorabuena! Ha alcanzado el nivel de C1 en frikismo. Si no es así, y todavía desconoce el 'memelizado' momento de los hermanos de Las Gabias (Granada), puede ver este vídeo]
«Todo el mundo mira cuánto suben o cuánto bajan los seguidores», reconoce el Padre Damián, el sacerdote redentorista que se hizo popular a partir de participación en La Voz, en 2015. «Es un indicador también de si el trabajo se está haciendo bien o se está haciendo mal. Pero sobre esto me gusta mucho un pasaje del Evangelio que dice que la fama de Jesús iba creciendo. Si crece el número de seguidores y es para hacer bien, pues estupendo», se justifica.
También el obispo Munilla reconoce que en la lucha por los seguidores y los likes «hay un venenillo de curiosidad que engancha» y sobre el cual «hay que tener cierta austeridad». «Yo me autodisciplino para intentar no caer en eso», confiesa, aunque añade: «Y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra».
Lo cierto, es que el número de seguidores de algunos de estos comunicadores católicos está al nivel de los mayores 'influencers' globales. La propia cuenta oficial del Papa en Twitter -@Pontifex, que Francisco heredó de Benedicto XVI-, acumula más de 53 millones de seguidores sumando las diferentes lenguas. Un número muy alto si tenemos en cuenta que la de Donald Trump llegó a alcanzar los 88 millones cuando fue suspendida por Twitter, por sus polémicas declaraciones y las hirientes interacciones con el resto de usuarios. También el Papa tiene en Instagram algo más de nueve millones, a pesar de que la comunicación del Pontífice es unidireccional, solo muestra algunos de sus pensamientos o frases de sus discursos o documentos, y nunca interactúa con sus seguidores.
Por su parte, el padre Heriberto afirma que, a pesar de su 1,7 millones de seguidores en Tik Tok, que no hace nada específico para conseguirlos. «Te siguen si les gusta tu contenido, porque el evangelio no está para adaptarlo a la gente, ni estoy yo para adaptarme a ellos para que me sigan, simplemente hago lo que tengo que hacer como sacerdote», explica. «Si estoy aquí en la JMJ y hay que bailar con los jóvenes, pues bailamos, porque eso no significa que vaya en contra de mi identidad, en contra del evangelio. Lo hago, si les gusta, pues qué bueno, y si no, tranquilamente no hay ningún problema», explica. «Pero siempre hay que guardar el equilibrio, siempre», sentencia.
El Padre Damián comparte la filosofía y resume en dos ideas el secreto para triunfar en internet como evangelizador católico: «Lo que se tiene que hacer en redes sociales, da igual si es para evangelizar o no, es ser uno mismo. No valen las máscaras, la verdad traspasa las pantallas. Eso en primer lugar. Y en segundo lugar, si eres evangelizador, pues anunciar a Cristo».
MÁS INFORMACIÓN
[Enhorabuena por llegar hasta el final pero, sobre todo, gracias. ¡Muchas gracias! Confiamos en que haya podido conocer las características para ser un auténtico 'influencer' católico y, sobre todo, que hayas podido conocer mejor la realidad de esos jóvenes que han optado por evangelizar en el «continente digital». Hemos querido contarlo con el mismo tono fluido, divertido y desenfadado que ellos usan en las redes.]
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete