Este jueves por la tarde, durante la ceremonia de bienvenida en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa se vio cómo el Papa se saltaba párrafos del discurso que llevaba preparado y los resumía por su cuenta. La anécdota habría pasado desapercibida ... si no fuera porque un día más tarde, el viernes por la mañana, durante la visita a un centro gestionado por la Iglesia para atender a huérfanos, madres sin recursos y ancianos, él mismo explicó señalándose las gafas: «No me están funcionando los reflectores y no puedo leer bien. No voy a forzar la vista y leer mal».
Un posible problema de visión le ha impedido ya leer cuatro discursos en este viaje a Lisboa. El Pontífice ha esquivado hablar de la guerra
Ese mismo día, en el viacrucis del viernes de la tarde, desde el principio evitó tomar los folios y resumió por su cuenta el mensaje que deseaba transmitir a los jóvenes. En Fátima, donde tenía previsto pronunciar un discurso y una oración, también evitó leer, y en varias ocasiones se ha llevado las manos a los ojos para frotárselos.
El portavoz del Vaticano también quitó hierro a este gesto. «El Papa tiene el cansancio que es natural en un viaje tan intenso, pero lo veo bien», aseguró Matteo Bruni.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete