El Papa se despide de los jóvenes en Portugal: «No tengáis miedo»
Un millón y medio de peregrinos arropan al Pontífice en el acto final de la JMJ de Lisboa
Les emplaza en Roma en 2025 para celebrar el Jubileo de los Jóvenes y en Seúl (Corea) para la próxima jornada, en 2027
El Papa Francisco desafía a 1.500.000 de jóvenes en el acto central de la JMJ de Lisboa
Javier Martínez-Brocal y José Ramón Navarro-Pareja
Enviado especial a Lisboa
«A las seis y media ha empezado la 'rave' y ya nos hemos despertado», nos cuentan con gracia y al unísono Ana, Marta y Lucía, unas sevillanas que han conseguido llegar hasta la primera fila de los peregrinos. Más allá, sólo quedan ... los sacerdotes que van a concelebrar y el altar papal. Se refieren a la música tecno con la organización ha despertado al millón y medio de jóvenes que dormían en la explanada del «Campo da Graça».
Y la sorpresa, tras la música enlatada, ha sido la actuación del cura DJ -el Padre Guilherme, de la diócesis de Braga, que con sus platos, secuenciador, mixer y clergyman ha amenizado el despertar y el improvisado desayuno de la multitud. La guinda, una versión disco del himno de la jornada, que los jóvenes han coreado mientras bailaban.
«Hemos venido hasta aquí para ver de cerca al Papa», confiesan las tres jóvenes sevillanas, que vienen con un grupo de Equipos de Nuestra Señora. No les correspondía ese sector, pero han tirado de salero, don de lenguas y también, porqué no decirlo, un poco de cara dura, para tratar de cumplir el deseo que anhelan todos los jóvenes en la JMJ: ver de cerca al Papa, aunque sean ese fugaz instante en que pasa con el papamóvil.
El Papa reza por la paz con 200.000 personas en la explanada de Fátima
Javier Martínez-BrocalUn posible problema de visión le ha impedido ya leer cuatro discursos en este viaje a Lisboa. El Pontífice ha esquivado hablar de la guerra
No lo conseguirán. Como en días anteriores, el recorrido en papamóvil ha sido mucho más corto que en otros viajes papales. En ediciones anteriores de la JMJ los Papas han recorrido el recinto por todos los caminos, desde los más alejados, hasta las cercanías del altar, para regalarles a los jóvenes ese breve momento de cercanía al Sucesor de Pedro. Pero esta vez, Francisco ha cambiado las reglas.
Su salud parece haber mejorado después de su operación, lo que se refleja en las palabras más claras y sus gestos más relajados, frente a los habituales rictus de dolor de hace unos meses. Sin embargo, sus casi 87 años y las dificultades de movilidad -prácticamente todos los trayectos cortos los está haciendo en silla de ruedas-, sí parecen condicionar los tiempos que dedica a los peregrinos.
No hay que olvidar que JMJ es uno de los eventos más exigentes para un Papa, con una agenda llena de eventos y celebraciones masivas siempre al abierto. De hecho, una de las razones que llevó a Benedicto XVI a la renuncia en febrero de 2013, fue el no sentirse con fuerzas suficientes para responder a las exigencias de la JMJ de Río de Janeiro, programada para unos meses más tarde.
Los números no lo dicen todo, pero ayudan a entender la realidad. Durante la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud era prácticamente imposible llegar hasta el participante número 1.500.000, el último de la fila en la enorme explanada de 90 hectáreas en los terrenos de la Expo 1998, en el estuario del Tajo.
Imagen aerea de la Vigilia de oración en la #JMJ2023
— Jose Ignacio Munilla (@ObispoMunilla) August 5, 2023
¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar!#JMJ2023Lisboa #JMJ #JMJLisboa pic.twitter.com/nmVEojh5Rl
La policía portuguesa ha movilizado a miles de agentes y voluntarios, que han conseguido liberar a tiempo los pasillos para que pudiera circular libremente el papamóvil durante 15 minutos, «protegido» por vallas humanas en los bordes de todos los sectores.
En silencio para la misa
Después de casi dos horas y media de música disco, se apagan los altavoces para obligar a mantener unos minutos de silencio y crear la atmósfera para la misa. A las 8:45 hora de Lisboa resuenan las notas de un órgano que parecen transformar el estuario del Tajo en una catedral a cielo abierto. Entran en procesión 700 obispos. Unos diez mil sacerdotes concelebran también desde el sector que está delante del altar.
El cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, recuerda que con esta JMJ de Lisboa, la Iglesia católica cierra definitivamente el capítulo de la pandemia del Covid-19, y regresa a las movilizaciones de masa. «Tras una pandemia que les ha confinado, usted ha querido con esta JMJ que los jóvenes se reencontraran y se animara a construir un mundo capaz de responder mejor a las aspiraciones de todos», ha dicho ante el Papa. Esta JMJ fue anunciada en enero de 2019, cuando el mundo era diferente y una de las primeras decisiones del Vaticano durante el confinamiento fue retrasar la Jornada Mundial de la Juventud de 2022 a 2023.
En la homilía, el Papa les ha pedido interrogarse sobre «qué nos llevamos con nosotros ahora que regresamos a la vida cotidiana». Responde con unas palabras de Juan Pablo II: «No tengáis miedo».
«A ustedes, jóvenes, que cultivan sueños grandes pero a veces ofuscados por el temor de no verlos realizarse; a ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces, un poco de pesimismo se nos mete ahí; a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse fracasados o por intentar esconder el dolor disfrazándolo con una sonrisa; a ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo y luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen ganas y creatividad, pero que les parece que no es suficiente; a ustedes, jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí, precisamente a ustedes, jóvenes, Jesús les dice: 'No tengan miedo'», ha clamado.
Antes de despedirles, al final de la misa, cuando técnicamente la JMJ de Lisboa aún no había concluido, el Papa Francisco ha «dado cita» de nuevo a los «jóvenes de todo el mundo en Roma en 2025, para el Jubileo de la juventud». Además, les ha anunciado que «la próxima JMJ será en Asia, en Seúl (Corea del Sur), en 2027». La última JMJ asiática fue convocada por Juan Pablo II en Manila (Filipinas), en 1995.
El Papa también ha enviado un mensaje a los chicos y chicas «que no han podido venir a causa de conflictos y guerras», y ha asegurado que siente «un gran dolor por la querida Ucrania, que sigue sufriendo tanto». Y a quienes estaban en la explanada les ha despedido con una confidencia: «Permitidme que, ya viejo, comparta con vosotros un sueño que llevo en el corazón: el sueño de la paz, el sueño de los jóvenes que rezan por la paz, viven en paz y construyen un futuro de paz».
MÁS INFORMACIÓN
Durante la ceremonia han sido consagradas más de un millón de hostias regaladas por conventos de Portugal. Unos tres mil sacerdotes se han enfrentado al reto de distribuirlas hasta la última fila. También hasta el peregrino millón y medio.
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