Razones de peso para adelgazar: cáncer, diabetes, hipertensión, ictus... y otras enfermedades asociadas a la obesidad
El estado que provoca en el organismo el exceso de grasa predispone a sufrir otras enfermedades graves y acorta la esperanza de vida
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Iniciar sesiónAdelgazar por salud. Tener kilos de más no es una circunstancia o característica estética que hay que aceptar sin más. Hay que ponerle remedio porque la obesidad , como coindicen los expertos consultados por ABC Salud , es una enfermedad que, además, ... aumenta el riesgo de padecer otras patologías . Hasta el punto de que algunas, como la diabetes tipo 2 , no existiría si no fuera por la obesidad. Y en el actual contexto de Covid-19, el sobrepeso es también un factor de riesgo para sufrir formas graves de la infección.
«La obesidad es una enfermedad cuyo diagnóstico es un exceso de grasa corporal que nos provoca un daño en nuestra fisiología y organismo», explica el doctor Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo). El problema es que todavía en algunos ámbitos de la población los kilos de más se ven incluso como algo saludable. El doctor Tinahones lo ilustra así: «A los compañeros pediatras les consultan más porque el niño come poco que cuando come mucho ».
En otros casos ni siquiera se es consciente del propio estado. «Cuando se pregunta a gente sobre su talla y peso y cómo se clasificarían (obeso, sobrepeso o normopeso) solo un 20% de los obesos se identifica como tal», lamenta el experto. Lo mismo pasa cuando se diagnostica una enfermedad como la diabetes tipo 2 en personas con exceso de grasa. « No identifican que la culpa es de la obesidad . Se preocupan por la diabetes pero no por su origen», señala el doctor Tinahones, quien asegura que la relación entre ambas patologías es tan estrecha que « no habría diabetes tipo 2 si no hubiera obesidad ».
No es la única enfermedad directamente ligada con la obesidad. La hipertensión , el colesterol o la artrosis son otras. El presidente de la Seedo destaca que una de las causas fundamentales de cirrosis hepática actualmente es el hígado graso como consecuencia de un exceso de peso. A nivel pulmonar, un «porcentaje altísimo» de apnea del sueño se debe al exceso de grasa que tapona cuando estamos dormidos el sitio por donde respiramos. El paciente deja de respirar y se despierta. Para poder descansar correctamente acaba necesitando un respirador durante la noche.
Por otra parte, la obesidad puede afectar negativamente a la fertilidad de hombres y mujeres. En ellos, el exceso de peso puede provocar niveles de testosterona bajos y en las mujeres ciclos menstruales irregulares o ausencia de ellos. El cáncer también tiene entre sus factores de riesgo más importantes a la obesidad, sobre todo los ginecológicos y los digestivos. Recientemente, investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.) han descubierto que el exceso de grasa permite que las células cancerosas derroten a las células inmunes encargadas de destruir los tumores.
La fisiopatología por la cual el exceso de peso altera determinados órganos es diferente. En algunos casos tiene que ver con la inflamación crónica que produce en el organismo (diabetes tipo 2), otras con el exceso de grasa que se infiltra en lugares donde no debería (cirrosis), con la producción hormonal del tejido adiposo (infertilidad) o por desgaste (artrosis), entre otras causas. En definitiva, la obesidad afecta a la calidad de vida del paciente y también a su longevidad.
«La esperanza de vida de una persona con obesidad, diabetes, hipertensión y colesterol se reduce hasta 12 años », avisa el doctor Tinahones.
El peso ideal
Y si a algunos les cuesta identificar su sobrepeso u obesidad, ¿de qué manera objetiva podemos cuantificarlo?. «El peso ideal de cada persona es el que le confiere la máxima salud. No tratamos de poner a las personas guapas sino sanas», sentencia la doctora Juana Carretero, médico internista y vicepresidenta primera de la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi).
En las consultas de medicina interna están acostumbrados a recibir pacientes que llegan por otras comorbilidades (insuficiencia cardiaca, pulmonar, renal...) que en su mayor parte están asociadas a la obesidad. «No solo hay que fijarse en cuánto pesa el paciente y en su Índice de Masa Corporal (IMC), sino en cómo influye ese peso y esa grasa en su vida », explica la doctora Carretero. Hay pacientes que se dan cuenta del exceso de peso cuando ya no son capaces de caminar ciertas distancias, vestirse solos o no pueden agacharse para atarle los cordones a sus hijos.
El presidente de Seedo recuerda que se considera normopeso el IMC que va de 18 a 25 . «No hay que obsesionarse y buscar el 18. El rango es amplio y son cuerpos normales. Pero según nos vamos separando del 25, si hay exceso de grasa, va a dar poblemas», señala. Además, hay que fijarse en cómo se distribuye esa grasa. « Que se acumule en abdomen (grasa visceral) es más peligroso que en glúteos piernas y brazos», alerta el doctor Tinahones.
Obesos ¿sanos?
Si bien es cierto que existe un pequeño porcentaje de pacientes obesos que están metabólicamente sanos (18%), la doctora Juana Carretero avisa de que esto empeora con el paso del tiempo. «El estado de inflamación provoca un daño continuo en órganos y vasos sanguíneos. Hoy estás bien y pasado mañana te plantas con 47 años con diabetes e hipertensión», advierte.«Hay estudios que demuestran que, al cabo de 20 años, el 50% de los obesos metabólicamente sanos habrán desarrollado cualquiera de estas enfermedades asociadas. Solo un 10% permanecerán saludables sin otra patología. Tienen hasta 8 veces más probabilidades de progresar a otra enfermedad cardiovascular que una persona no obesa», añade la doctora Maribel Pérez Soto, médico internista y miembro también de la Semi.
Lo ideal es prevenir porque, cuanto más peso ganemos, «el esfuerzo para perderlo es mucho mayor y las posibilidades de éxito mucho menores», señala la doctora Maribel Pérez, quien recomienda consultar con un profesional en cuanto empecemos a ganar peso. «Con la edad, el metabolismo basal va bajando. Comiendo lo mismo y moviéndonos igual vamos a engordar . Si no somos capaces de adaptarnos, vamos a ir engordando y, en ese momento, hay que acudir al profesional», concluye.
La obesidad, afirma la doctora Carretero, «es una enfermedad para toda la vida». No se trata de sacar una dieta del cajón y ya está. En algunos casos graves, se necesitan incluso fármacos para conseguir esa pérdida de peso y mejorar las enfermedades relacionadas, pero a día de hoy no están financiados (cuestan unos 280 euros/mes), por lo que no todo el que los necesita tiene acceso a ellos. En situaciones muy extremas, también puede ser necesaria la cirugía bariátrica , pero la lista de espera también es larga y antes de entrar en un quirófano hay que perder peso. Aunque ninguno de estos abordajes tiene sentido si no se consiguen cambiar los hábitos del paciente. «Se necesitan recursos para acompañar en la modificación del estilo de vida, que es lo que tiene éxito. Tiene que haber un seguimiento por parte del sistema sanitario», afirma la vicepresidenta de la Semi.
Dietas personalizadas
Además, la tendencia actual en medicina es a individualizar el abordaje clínico terapéutico. «Hay que adecuar las dietas al paciente y ver cuál se adapta mejor porque el objetivo de una dieta es que se cumpla. Ahora mismo hay otras estrategias, como el ayuno intermitente , que están por validar, pero cuyos datos en literatura no son peores que la dieta de comer cuatro veces al día, siempre que esté vigilada por un profesional para que te alimentes bien», señala el doctor Francisco Tinahones.
La ingesta calórica diaria también es muy personalizable. «En mujeres, puede ir de las 1.700 a las 2.100 calorías ; y en hombres, de 2.000 a 2.600, pero depende de la actividad física, la altura, el tipo de trabajo, si se realiza en el exterior o en interiores, etc», concluye el presidente de la Seedo. La ecuación parece sencilla: dieta mediterránea y ejercicio regular, tanto aeróbico como de fuerza, pero los datos confirman que cuesta: un 60% de ciudadanos en España tiene sobrepeso u obesidad .
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