real madrid
El vil metal rompe a Ultras Sur
La directiva del Real Madrid, dispuesta a liquidar al viejo grupo y crear la Grada Joven
josé manuel cuéllar
El Drakkar está cerrado. El Fondo Sur del Santiago Bernabéu también. La historia se acaba. Florentino se va a encargar de cerrar la mancha histórica que ha venido azotando al Madrid (y a muchos equipos más) durante años. El Drakkar (nombre que simboliza el ... navío que alberga a los vikingos) es el bar donde se reúnen los miembros de Ultras Sur . El segundo, el Fondo Sur, está tan vacío como su bar. La facción más violenta del fútbol nacional está a punto de desaparecer. [Fotogalería: El infierno blanco de los Ultras Sur]
Todo comenzó con la aparición de los nuevos cachorros, más duros y camorristas aún que los de ahora. Son nazis radicales, amigos del holocausto que ni siquiera niegan, sino que animan a repetir. Son gente que se han volcado en las redes sociales y amenazan a periodistas, socios, rivales y a todo el que no comulgue con sus ideas. Les amenazan con buscarles en las inmediaciones del Bernabéu y pegarles la paliza de su vida, a otros con quemarles la casa con su familia dentro y a la mayoría con gasearles en vida.
En realidad, no son los viejos componentes de Ultras Sur, sino los nuevos que ni siquiera son auténticos miembros del movimiento. Por no ser, no son ni aficionados al fútbol pues algunos de ellos han declarado públicamente que les importa bien poco el juego y quien gane o pierda. Solo son neonazis violentos, que odian todo y que solo aspiran a destruir. Se han infiltrado en el Frente Atlético y aspiran a hacerlo entre los ultras del Madrid y los Bukaneros del Rayo.
Hablan de ideología pero, en el fondo, todo es un asunto de dinero. Los Paranoico, Largo y demás históricos del grupo dejaron paso a Ochaita y Álvaro Cadenas , pero todos ellos ya tienen familia, empleos, pasan de los 40 y en un momento dado llegaron a un acuerdo con la presidencia del Madrid: animación sin follones. Nada de propaganda radical, nada de señales fascistas y ni un solo lío. Solo de esa forma se les seguiría dando las prebendas de rigor: facilidades para los viajes, entradas, un cuarto para dejar sus banderas. En fin, lo de siempre. Los Ultras Sur convencionales cumplieron el pacto y durante mucho tiempo en el Bernabéu no hubo un solo problema. Les iba bien así porque llegaron a patentizar el nombre y la venta de todo lo referente al grupo les producía, y produce, pingües beneficios. Es una tarta demasiado golosa como para que no aparezcan rivales, enmascarados de lo que sea, para intentar hacerse con el pastel.
Fue por eso que poco a poco empezó a merodear la nueva generación, desempleados ociosos, delincuentes comunes y gente de la peor ralea. Ni siquiera son socios del Madrid. Se dice que los problemas de verdad llegaron el día del Madrid-Real Sociedad , pero ya se vislumbró la escisión del grupo en el Madrid-Málaga de octubre. Allí, el supuesto cabecilla de los nuevos, El Niño, reprochó a un grupo que no se adhiriera a sus cánticos. De ahí a los reproches y amenazas hubo un pequeño trecho.
Los jóvenes se vieron con fuerza como para hacerse con el poder y pocos días antes del Real Madrid-Real Sociedad invadieron las redes sociales con amenazas de que iban al Drakkar a por los viejos militantes de Ultras Sur. Allí se encontraron, como en una especie de Duelo en OK Corral o una nueva versión de The Warriors de Walter Hill. Hubo navajas, bates, puños de hierro y una brutal pelea por el poder. Fue ese día que el Madrid dijo hasta aquí hemos llegado. Cerró la grada y desde entonces el Fondo Sur está casi vacío. Florentino tiene el control porque tuvo la precaución de que para acceder a ese fondo se acompañase el carné de identidad al carné de socio (la forma en la que entraron los nuevos cachorros, cuando no son abonados y ni siquiera socios, es aún un misterio). Parece que lograban pasar al fútbol como miembros de seguridad de los propios Ultras Sur para controlar a los descontrolados, cuando en realidad ellos mismos eran los descontrolados.
A la pregunta de por qué ya no van los Ultras Sur, la respuesta del Real es clara y rotunda: «El Madrid no es de los periodistas, de los jugadores o de los entrenadores. Es de los socios». Los dirigentes del Madrid estaban hartos, no solo de la actitud pendenciera de los nuevos inquilinos, sino de los gritos de «las manos de la Prensa fuera del Madrid», algo que enojaba decididamente a la zona noble, haciéndoles parecer débiles y vacilantes.
Amenaza a la directiva
Florentino y su gente ya ha echado a muchos de los que alteraban el patio, y al resto les va a quitar los privilegios. Va emplear mano dura y quiere limpiar aquello de violentos, tal y como hizo Laporta con los Boixos Nois . En enero creará la Grada Joven y acabará con el último resquicio totalitario del Bernabéu. Como dijo alguien cercano a presidencia: «Animaban mucho, es verdad, pero a la larga no compensa. Restan más que suman y crean más problemas de los que solucionan».
Eso sí, no se van a rendir. Como dijo un miembro de la banda en una entrevista radiofónica: «Si la directiva nos echase, tendría un problema de orden bastante importante. Ya verá lo que hace. Si quiere guerra, la va a tener».
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