real madrid
Bale, un galés en la Villa y Corte
Estudia español dos horas tres veces por semana. Es casero. Ve por la tele la Premier y el rugby. Come a la hora británica
tomás gonzález martín
Cuando no juega ni entrena al fútbol, le gusta ver por la tele la Premier, el rugby, el atletismo, el hockey y la Fórmula-1. En sus brazos sujeta a Alba Violet, que nació el Día de la Hispanidad (12 de octubre) de 2012. Ella ... no le deja presenciar con detenimiento ni las jugadas ni las carreras. Espera a las repeticiones. Sepan que es galés y en la tierra del carbón se tiñen la cara con este mineral para coger el balón ovalado y rebozarse entre el grisú. Gareth Bale era un excelente jugador de rugby y de hockey cuando era pequeño. Pudo ser también atleta. Cuando tenía 14 años corrió los cien metros en 11,4 segundos. Pero el fútbol era su pasión. Es sobrino de Chris Pike, un delantero mítico del Cardiff, y el balón rodeaba toda su existencia. Hoy, en Madrid, la vida sigue igual, porque siempre fue muy hogareño. «Cuando no juego, me dedico a mi mujer (Emma Rhys-Jones), a mi hija y a mi familia», manifiesta el futbolista del Madrid. Sus costumbres no han cambiado en casa. La diferencia que más acusa respecto a Londres es ese calor apabullante que soportó en julio, agosto y septiembre. Ahora, en noviembre, con el frío, disfruta. Ya llegará mayo.
Su mujer es la musa de su vida. Emma era su novia en el instituto, el Whitchurch High School de Cardiff. Es, realmente, un chico de pueblo. Un chico del pueblo. Emma fue si primer amor y con ella continúa a los 24 años. «Es un muchacho sencillo, no tiene doblez, es muy modesto», manifiestan en el Real Madrid . Hoy, convertido en una estrella solo por su precio de traspaso, sigue siendo el de antes: «Es muy simpático, amable. Se deja aconsejar por todos, no quiere imponer nada, escucha y decide», señalan en el club.
Emma ha elegido alquilar la casa que Kaká compró en La Finca por 7,2 millones. Una vivienda de 1.500 metros construidos, con mucha luz. En Londres la buscaban como el oro. En Pozuelo la tienen a raudales. Deja a ella estas decisiones. Gareth, como buen galés, se centró siempre en el fútbol, el rugby, en el deporte en general. La casa es para la jefa de la finca.
Los horarios y el jamón
A trescientos sesenta metros de su habitación con vistas residen Cristiano Ronaldo e Irina. También son vecinos Casillas, Ramos, Benzema y Arbeloa. Le extrañan los horarios de comidas en Madrid, a las tres de la tarde y a las diez de la noche, pero no sale de casa y entonces come a la una y cena a las siete y media, como está mandado (El Gran Bretaña). «Hace buenas migas con Cris (Cristiano), Modric, Xabi y Arbeloa», indican en la entidad.
Le gusta el jamón, claro. Pero cuida tanto su forma que solo se permite algún capricho de semana en semana. Porque con lo que más disfruta es con el fútbol. Ha cumplido el sueño que tenía desde niño. Jugar en el Real Madrid. Y se divierte en cada partido. Y cada mañana al acudir a Valdebebas. «Hay que verle en los entrenamientos. Lo da todo. Lo vive como cuando jugaba en su colegio», destacan en la casa blanca.
Es que ha fichado por el equipo más famoso del mundo y no ha dejado de ser un muchacho humilde. «Mi padre es la mayor influencia de mi vida», ensalza Bale. Su padre fue conserje de un colegio de Cardiff. En Madrid, «cuando termina el entrenamiento, vuelve a casa a estar con su mujer y su hija». Como todo buen galés.
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