'Queer as Folk', el clásico gay de la televisión británica es versionado otra vez en Estados Unidos

Lo más polémico de la primera 'Queer as Folk' fue y sigue siendo la relación entre un mayor de edad, al que interpretó Aidan Gillen , el Meñique de 'Juego de tronos' , y un menor, al que interpretó Charlie Hunnam, el motero protagonista de 'Hijos de la anarquía'. El título, imposible de traducir, resumía de un plumazo la básica premisa: todo el mundo es raro independientemente de su orientación sexual. Aquel 'folk', que en español significa 'gente', sonaba en inglés a 'fuck', o sea, a 'joder'.

Porque en aquellos diez episodios distribuidos en dos temporadas (disponibles en Filmin), había sexo, mucho, pero siempre en positivo. Su creador, que había vivido la pandemia del VIH/sida, no quería estigmatizar a la comunidad gay. El guionista se cansó rápido de la historia, con final feliz, y aceptó que el cineasta Joel Schumacher ('Batman Forever', 'Batman y Robin') y el periodista Charles Kaiser se la llevaran a Nueva Jersey (Estados Unidos), o sea, a la frontera con 'Sexo en Nueva York' (1998), donde el mejor amigo de la protagonista era gay.

Aquel esbozo no cuajó, pero el canal Showtime se atrevió con otra versión, en Pittsburgh (Pensilvania), donde el más feo del elenco habría sido el guapo de la británica. La segunda 'Queer as Folk' era más comercial, más coral, más dramática (o sea, peor) y fue la que se llevó la fama, la que marcó durante cinco años a una generación que ansiaba verse en pantalla como personas normales y corrientes. Ni eran solo los villanos, ni solo los graciosos. A lo largo de cinco temporadas y 83 episodios, los guionistas sí tuvieron tiempo para hablar del VIH/sida. El creador de la original, Russell T. Davies, abordó finalmente dicha pandemia en la extraordinaria miniserie de 2021 'It's a Sin' disponible en HBO Max .

Y este domingo 31 se estrena en Starzplay la versión 2022 de 'Queer as Folk ', a cargo de otra plataforma (la estadounidense Peacock ), ambientada en Nueva Orleans y marcada por la interseccionalidad, o sea, que los hombretones subidos a la carroza del Orgullo son una minoría –una fantasía– del colectivo LGBT. Uno de los protagonistas y guionistas de esta tercera ' Queer as Folk' es Ryan O'Connell, que tiene una leve parálisis cerebral. También hay un gay sordo, que resulta ser chapero ('trabajador sexual') y, por supuesto, tiene abdominales. No hay ningún gordo como protagonista, pero sí personas de color.

La ficción muestra el progreso, sobre todo de las personas trans (la pareja de lesbianas madres son ahora una mujer blanca trans y una persona negra no binaria) y aquellas con diversidad funcional, pero también el retroceso, pues en el primer episodio se produce un tiroteo, un atentado , en la discoteca, Babylon, que los personajes frecuentan. Un personaje se pregunta si se trata de un delito de odio. Es obvia la comparación con la matanza de Orlando . Pero el principal drama no es el estrés postraumático que sufren los protagonistas (Kim Cattrall y Juliette Lewis hacen de madres sobreprotectoras), sino los amoríos de una o más noches entre unos y otros. Todos tienen un cacao en la cabeza y a todos les encanta pasárselo bien.

El primer 'remake' de 'Queer as Folk' era un melodrama y este segundo, también. Pero si el primero, a las puertas del siglo veintiuno, era pertinente, pues la sociedad y la televisión británicas no eran las estadounidenses; esta segunda se antoja menos 'necesaria' y más una manera de ganar suscriptores con una marca conocida. La relación entre un mayor (Devin Way) y un menor de edad (Fin Argus) se mantiene y encima se intensifica, pues el primero salva al segundo de ser asesinado.

Durante los últimos 23 años se han emitido más y mejores series de temática LGBT o protagonizadas por personas LGBT. Hasta HBO tuvo su propia serie sobre tres amigos gays en San Francisco, 'Looking'. El propio Ryan O'Connell tuvo serie propia en Netflix, 'Special', donde la salida del armario era doble: como persona homosexual y como persona con una discapacidad. Ni siquiera es novedoso tener un personaje gay y sordo, pues ya lo hizo la serie 'This Close' , ni tampoco integrar la cultura 'drag' . La nueva 'Queer as Folk' tiene derecho a ser mala. Los deberes ya lo hicieron las dos anteriores.