El beso «sin saliva» de Rock Hudson a Linda Evans que escandalizó a Hollywood

«La gente empezó a alejarse de mí. Fue una buena época de mi vida porque pude ver cómo eran», reconoció Linda Evans muchos años después en un programa de televisión. La protagonista de este culebrón desconocía durante el rodaje la enfermedad de su nuevo compañero de reparto, que había decidido ocultarla hasta que los medios de comunicación le obligaron a confirmarlo en 1985 cuando sufrió una caída en París y le ingresaron en un hospital. Ni su amante en la vida real, el actor Marc Christian , lo sabía.

Aquella controvertida escena, que empezó en un episodio de la quinta temporada y continuó en el siguiente, tuvieron que repetirla por la falta de pasión . «Él estaba muy tímido conmigo», recordó la actriz, segura de que aquel comportamiento tenía una única explicación: protegerla. Incluso se especuló con que él podría haberla contagiado por un simple beso. Linda Evans siempre tuvo claro que no se había contagiado, pero se rumoreó con que, una vez se enteró de que Rock Hudson tenía sida, entró en pánico y quiso denunciarlo.

Un buen amigo del actor, el también intérprete George Nader , grabó aquel episodio. «Pude ver cómo Rock mantuvo cerrados sus labios y rozó el lado de la mejilla de Linda para un beso breve y casto. Él no abrió la boca, ni se intercambió saliva».

Rock Hudson, al que le habían comunicado su enfermedad en 1984, estaba en un callejón sin salida cuando leyó que su personaje tenía que besar al de Linda Evans. «¿Qué demonios voy a hacer?», le preguntó el intérprete a su secretario, Mark Miller . No podía exigirles un cambio de guion: o contaba que tenía sida o besaba a aquella mujer. De aquella tribulación escribió la periodista Sara Davidson en el libro «Rock Hudson. Su historia» : «El día que rodaron el beso, Rock usó todo tipo de gárgaras, enjuagues y espráis». Fue uno de los peores días de su vida.

Si lo hubiera sabido el productor de «Dinastía», Aaron Spelling , nunca se hubiera grabado un beso que el público revisionó una y otra vez por puro morbo. Aquello sembró la duda en Hollywood , pues algunas actrices se negaban a besar en pantalla a sus compañeros bajo sospecha; no sólo podían ser homosexuales, sino también seropositivo. Eran los tiempos en que se hablaba del «virus gay».

El productor tuvo que desmentir que había ofrecido pagar test para tranquilizar a sus trabajadoras. Su jefe tenía dos esperanzas cuando estalló la fatídica noticia: que Rock Hudson se recuperase y que los medios de comunicación no montaran un circo en torno a su enfermedad. Ninguna de las dos se cumplió.

La muerte de Rock Hudson el 2 de octubre de 1985 (el beso se se había emitido ocho meses antes) fue un punto y aparte en la concienciación de la sociedad sobre la pandemia del VIH/sida, pero también un portazo al armario de algunos hombres, que decidieron no salir de él tras esta polémica. Eran otros tiempos, los mismos en que transcurre la nueva serie de Russell T. Davies «It’s a sin» , en los que la desinformación y el miedo eran libres.