Bill Cosby
'Tenemos que hablar de Cosby' o cómo matar al Padre de América
Movistar Plus+ estrena este domingo 19 la miniserie documental de 4 episodios sobre el auge y caída del intérprete y humorista, encarcelado durante 3 años por agresión sexual
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Iniciar sesiónDurante un monólogo en 2014, el humorista Hannibal Buress recomendó al público que pusiera tres palabras en Google: 'Bill Cosby violación'. Hubo quien se rio. Él no estaba de broma. Aquellos segundos, grabados por un móvil lejos del escenario y en mala calidad, se hicieron ... virales y llegó al telediario una conversación que, en realidad, había comenzado diez años antes con la primera denuncia al intérprete por agresión sexual; la misma por la que acabó encarcelado entre 2018 y 2021. De hecho, su salida de la cárcel el verano pasado se produjo casi al final del rodaje de la miniserie documental 'Tenemos que hablar de Cosby' , cuyos cuatro episodios estrena Movistar Plus+ este domingo 19.
Hannibal Buress, quien instó a buscar en internet 'Bill Cosby violación', es un intérprete y humorista negro. No pretendía señalar con el dedo a Bill Cosby (84), ni hurgar en la herida, pero lo hizo. Sorprendió que el dardo fuera lanzado desde dentro de su comunidad, pero tras ver los cuatro episodios de 'Tenemos que hablar de Cosby' , aquella reacción tiene su lógica.
El protagonista de 'La hora de Bill Cosby' (1984-1992), primera comedia estadounidense protagonizada por una familia afroamericana de bien (él, obstetra; ella, abogada), había sido muy crítico en los últimos años con la juventud negra y había reproducido un fantasma de los años ochenta: padre ausente, hijo delincuente. O sea, todo lo contrario a la utopía racial y familiar de 'La hora de Bill Cosby', cuyos hijos sí iban a la universidad. El discurso reaccionario de Cosby fue incluso repetido por un político republicano durante un debate. Cosby, el Padre de América, se había convertido en el abuelo cebolleta. Pero Buress no fue el primero en 'matarlo'. Eddie Murphy , más soez que el 'bienqueda' de Cosby, recordó durante un monólogo en los años ochenta una llamada que recibió de él para rebajar el tono. Y Murphy se burló de Cosby.
El director de 'Tenemos que hablar de Cosby' , W. Kamau Bell (49), es también humorista y negro. Y su última pregunta en esta miniserie documental, producida por el canal estadounidense Showtime y ahora en Movistar Plus+ , es qué se contaría sobre Bill Cosby a un extraterrestre recién llegado a nuestro planeta. Para una entrevistada, es un violador que tuvo una famosísima serie de televisión. Para otro, un incondicional del intérprete, es Historia, que no historia. ¿Hay que separar al autor de la obra? Stephen Colbert no puede ; Jerry Seinfeld sí.
Los primeros episodios sirven para enumerar las bondades y los éxitos de la persona y el personaje, que acabaron fusionándose. Hasta vestían el mismo jersey de cuadros. ¿Dónde terminaba el actor Bill Cosby, casado con cinco hijos, y dónde empezaba el doctor Cliff Huxtable, también casado y con cinco hijos?
Bill Cosby, elegido en 1965 para coprotagonizar una serie de espías, consiguió que se contratara al primer doble de acción negro (Calvin Brown) y, una vez empezó a trabajar en espacios infantiles de la televisión pública estadounidense, se ganó la confianza de espectadores y anunciantes de todos los colores. Cosby, el de carne y hueso, vendía Coca-Cola. Cosby, como dibujo animado, hablaba a los niños sobre racismo, armas y drogas (uno de sus hijos acabó muriendo de un disparo durante un atraco).
El documental, en su primer episodio, tarda poco en enumerar los testimonios de las mujeres a las que violó desde los sesenta hasta los noventa. Se habla de más de 60 denunciantes. El contraste con su buen hacer y parecer en pantalla es hasta inverosímil y resulta sonrojante ver o escuchar fragmentos de monólogos, entrevistas en programas de medianoche e incluso series como 'La hora de Bill Cosby' en los que él bromeaba sobre drogas y sexo. Es, según un entrevistado, como si hubiera dejado un plano sobre sus fechorías.
Quizás la gran baza de 'Tenemos que hablar de Cosby' sea el torrente de testimonios (no sólo de sus víctimas, a las que primero drogaba, sino de expertos de todo tipo y compañeros de profesión), pero bien podría catalogarse como 'true crime' y uno muy bueno. A W. Kamau Bell le interesa el auge y caída del intérprete y humorista, pero también el contexto. ¿Qué sociedad pasó por alto tales delitos? ¿Por qué la industria de la televisión miró hacia otro lado hasta el último segundo? Se menciona la cultura de la violación y el consentimiento, se explica por qué las víctimas no hablaron públicamente y se integra este relato al posterior Movimiento Me Too con otras personalidades como Harvey Weinstein y Matt Lauer .
El documental también se extiende en la amistad entre Bill Cosby y el fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner , e intenta relacionar el tipo de comedia que este hacía (algunos dicen que 'desrracializada', sin ápice de denuncia; otros, todo lo contrario) con eventos y personalidades históricos como la Marcha sobre Washington en 1963 y Martin Luther King.
También se detiene en qué ocurría tras las cámaras de 'La hora de Bill Cosby', pues muchos de los testimonios son de actrices que participaron ocasionalmente en la comedia. La pega es que ninguno de los intérpretes protagonistas de la 'sitcom' habla; sólo un guionista, cuyas declaraciones sirven casi únicamente para explicar el éxito de la serie.
Su retrato aquí como un 'monstruo', como un 'depredador sexual', es revelador, pero uno de los entrevistados resume la cuestión casi al final de la serie documental: «Uno no puede, de verdad, hablar sobre la América negra en la segunda mitad del siglo XX y no hablar sobre la influencia de Bill Cosby».
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