'Drag Race España': Luces y sombras de un 'reality' reivindicativo en la era digital del fan tóxico

No hay pruebas, pero tampoco dudas de que la primera edición , emitida semanalmente durante la primavera-verano de 2021, fue un éxito gracias a un público principalmente masculino y gay (¿cuántas mujeres lo verán? ¿Y cuántos hombres heterosexuales?). Su presentadora y jueza, la drag queen Supremme de Luxe , grabó muchos programas piloto similares y defiende que ahora se pague por este. «Hay gente a la que le molesta mucho. Es una cantidad prudente. Si luego no da dinero y se quita, también protestarían. Esto es un negocio. Todo tiene su parte ideal, bonita y romántica, pero esto tiene que tener un rendimiento», sostiene en videollamada con ABC. «Aquí, la presentadora, también lo paga».

Esta segunda edición mantiene al director, Steve Kelly, y al intenso pero cercano jurado: Ana Locking , Los Javis. Sube el número de episodios, a diez, y de concursantes, a doce, que tendrán que ser buenas en el escenario (coser, maquillar, bailar, cantar, actuar, desfilar) y caer mejor. No vale venir con el papel aprendido. Sí con la letra. 'La gata bajo la lluvia', de Rocío Dúrcal, fue el año pasado la canción que interpretaron las tres finalistas. Más de una peluca voló. La primera invitada, esta tarde noche, es Gloria Trevi . También habrá en próximas entregas un monográfico. En la primera temporada dedicaron una pasarela a La Veneno. El formato importado tiene sus reglas, pero han tocado con menos miedo otras teclas.

En otros países, 'Drag Race España' puede verse a través de la plataforma WOW Presents Plus, cuyo catálogo incluye la versión británica (producida por la televisión pública ) y la canadiense y la australiana-neozelandesa y la filipina y la tailandesa y la italiana… El franquiciado es el drag queen RuPaul (61), o Mama Ru, presentador del original. «Muchas veces, lo que se piensa que es un producto de nicho lo es porque no se ofrece a más público. Y muchas veces lo ofreces a más público y te das cuenta de que quizás no es tan nicho. Y ahí tienes una vía de mercado interesante…», comenta su homóloga española.

No hay pruebas, pero tampoco dudas de que nuestra versión gustó, y mucho, fuera. «Juega a favor que hablemos y nos entendamos en español: los chistes, la manera de bromear e interactuar… No sé si será más desinhibida, pero nos suena más cercano. Los españoles y latinos somos en general menos encorsetados. A la hora de hablar nos miramos más, nos gusta tocarnos, abrazarnos…», supone su presentadora. Si ya de por sí el drag es un arte libérrimo, el español lo es aún más. Lo inédito en Estados Unidos, en cuanto a cuerpos y propuestas, es costumbre en España.

Aunque Atresplayer Premium no supere el medio millón de suscriptores, la presentadora de 'Drag Race España' sí cree que, con este ' reality' , el drag ha alcanzado la cultura de masas. «Hubo una época en la que el transformismo y el drag estaban relegados a bares y sitios muy pequeños; era muy 'underground' -alternativo-», recuerda Supremme de Luxe , o sea, Daniel Blesa (Fuenlabrada, Madrid, 1979).

Las participantes de la primera edición visitaron después otro concurso, 'Maestros de la costura' , de la televisión pública española y en horario de máxima audiencia (más de un millón de espectadores). «Lo 'underground' debe seguir porque tiene esa parte más reivindicativa y canalla, pero está muy bien que se abra al 'mainstream' -cultura popular-. Ya en sí el estar ahí es una reivindicación: estás conquistando el espacio. La reivindicación, ahora, es mantener el espacio que sea», añade.

En la primera edición de 'Drag Race España' , una concursante, Killer Queen, imitó durante una de las pruebas más divertidas e icónicas (el 'snatch game') a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Otras, a Belén Esteban, Karina y la Duquesa de Alba. «El humor es el mejor instrumento y la manera más sana de hacer una crítica. No hay que ensañarse. Humoristas haciendo imitaciones y parodias han existido desde tiempos inmemoriales. Tener ese espíritu gamberro es bueno», defiende Supremme de Luxe , que hace suya la frase de una amiga: «Un blanco público es un blanco lícito». A través del humor y del espectáculo también pretenden mostrar realidades que quizás el público desconozca y así encontrar, incluso fuera del colectivo LGBT, nuevos aliados (y abonados).

Pero no es oro todo lo que reluce en 'Drag Race España' , un 'reality' del que sus fieles también esperan pullas, peleas y villanas. En la primera edición, las concursantes pidieron en redes sociales que los seguidores del programa fueran más respetuosos hacia ellas. Resumen: no había que desvestir a un santo (santa) para vestir a otro (otra).

«Estaría genial que en redes fueran benevolentes con los concursantes; es su primera vez exponiéndose», sostiene Javier Calvo (31), aquí juez. «Parte de los fans tiene que hacer autocrítica. También con Eurovisión . No nos cuidamos entre nosotros. Creemos que utilizar los mecanismos del opresor nos libera. Y no: nos esclaviza», añade Javier Ambrossi (37), también juez. «En redes, la opinión cambia de un día para otro. La mala del 'reality', cuando sale, es después la más auténtica. Si sabemos que las opiniones son tan volubles, ¿por qué no nos callamos?», zanja Ambrossi.

En el rodaje cuentan con varios psicólogos y durante la emisión, la productora Buendía Estudios también está pendiente. Puede que las participantes sean vulnerables, pero tienen que estar en un buen momento de su vida para saber gestionar la tensión propia de un 'reality'. «Ya sabes que es un formato que va a comentar todo el mundo y en todo el mundo. Tienes que contar con esa parte y si te supera, pedir ayuda», tercia Supremme de Luxe .

Ella le dijo al director de 'Drag Race España ', Steve Kelly, que no quería ser más «cañera» con unas participantes que además relatan episodios desagradables: «Un concurso de talentos donde seamos más amables y valoremos el esfuerzo. Es más interesante, por una vez, valorar lo artístico. Luego pueden surgir roces en la convivencia…».

Y con el roce, a veces, nace el cariño .