Banksy, presidente

Ramón Arangüena no podría preguntar a Díaz qué hay de su agria polémica con Iñaki Gabilondo. ¿Qué polémica? Mira, Ramón, si yo lo quiero de presidente. Una agria polémica inexistente como la «enemistad con Cervantes» que Ruano cuenta en sus memorias. En 1922 fue al Ateneo «como el anarquista que lleva su bomba». Subió a la tribuna y se metió con Cervantes: «Estoy harto de oír aquí a una serie de memos hablar del idioma de Cervantes. Ese Cervantes parece que era un manco, cosa que se confirma, porque el Quijote está escrito con los pies…». Al día siguiente le daba igual si en los periódicos le llamaban «perro judío», lo que le preocupaba era que su nombre estuviera bien escrito.

La ocurrencia de la candidata del extraño prestigio de proponer a Gabilondo me ha sonado tan graciosa como cuando le propusieron actuar en 'El fin de la comedia' (aunque en ese caso aceptó). Se cruza con Ignatius Farray por la cadena Ser y le revela un secreto, que es Banksy. Una gansada formidable.

La ultraizquierda española no sé si será malvada, pero zopenca sí se empeña en parecer. ¿Para qué tanta sobreactuación si son lo mismo? Es todo una gansada formidable, más cerca de 'Airbag' que de Nora Ephron, más cerca de la hondonada de hostias que de la ensalada loca.