¿Y si Pedro Sánchez se tira por una ventana?

El transfuguismo está muy mal, no digo yo que no, pero no sé, votar en contra de los principios me parece un poquito estomagante, roba sueños y de poca o ninguna libertad. De la dignidad, ni hablamos.

Yo no sé cómo van a volver algunos exalcaldes socialistas –ahora diputados nacionales– a mirar a sus vecinos cuando cojan el AVE a su casa después de darle al sí. Debe de pesar más el agradecimiento de que los metieran en lista como premio de consolación que el respeto a la propia opinión.

La cadena de favores del PSOE es tan estrecha y férrea como la de una pandilla adolescente. Es en esa edad cuando nos dejamos manipular por la inercia del grupo. Sin pensar, copiamos actitudes del cabecilla, que no es necesariamente el que tiene más cabeza.

Frente a esa tendencia mundial sólo existe un antídoto. Una fórmula magistral que, si se usa en el momento correcto, se queda grabada a fuego en la mente de todo aquel que la escucha. Una frase que se repite en cada casa, de generación en generación. Esa que te sale de dentro cuando tu vástago te dice que va a hacer esto o aquello y tú intuyes que es una barbaridad-tontería-locura. Así se lo explicas una y otra vez pero el único contra-argumento que obtienes a cambio de ese ser que tiene más leyes que un abogado y siempre, siempre, la última palabra, es: «Fulanito también lo tiene, Fulanito también lo hace». Entonces lo miras, pero en vez de ver a tu hijo te ves a ti mismo aquella vez que estuviste a punto de hacer una tontería en contra de tus convicciones sólo porque lo hacían los demás, era la moda o lo había dictaminado el líder. Recuerdas tu pavo y a Maslow, que sitúa en el número tres de las necesidades humanas la de la pertenencia al grupo, pero, sobre todo, a tus padres. Qué paciencia. Entiendes entonces que ahora te toca a ti decirlo. Coges aire y lo sueltas: «Y si Fulanito se tira por la ventana, ¿tú vas detrás?». Nunca hubo mejor argumento pero qué más da ya si los argumentos ya no mueven voluntades en estos tiempos en los que todo lo que nos dijeron nuestros padres ya no vale. En el PSOE no es que así lo crean, es que ya han dado las instrucciones para tirarse por la ventana. Pedro Sánchez les empuja porque le hace falta y los demás, tan adolescentes, se creen sus mejores amigos.