TIRO AL AIRE
Leyenda Javi Cid
Hoy dirá el periódico lo que dice, pero chico guapo, a ti aún te quedan fiestas por bailar y batallas por ganar
Si no existe el político bombero, ¡inventadlo!
Salvad al caracol
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Iniciar sesiónAhora, por fin, entiendo a esa gente que quiere vivir de espaldas a las noticias. Lo que no lees no sucede. Lo que no se publica, lo que no sale en la tele, no existe. Por eso quiero llamar a 'El Mundo' y decirles, por ... favor, o sin favor, que borren de su portada y del papel que Javi Cid ya no está. Eso no puede ser. Que levanten esa noticia ya. Que alguien pulse la tecla de borrar el texto que ha escrito Antonio Lucas. Y el de Rebeca Yanke y el de Beatriz Miranda.
Hay gente que no va a morirse nunca y eso en los periódicos lo sabemos. ¿Cómo se va a morir Javi Cid si es inmortal? Si no había vitalista como él. Si se encargaba de contagiarlo a su alrededor. No se me ha olvidado ni una de las lecciones de 'cómo aprovechar el momento' que me dio. Éramos unos críos, currábamos en un 'taller de chinos' y él ya sabía disfrutar más que los demás. De la vida y del periodismo. Quitar complejos a dentelladas y contar historias –y escribirlas–, qué bien lo hacía el guaperas. No hay que pedirle nada más a un periodista. Igual era profesión y vocación. Pero, sobre todo, era personalidad. La suya, sin más. No se finge lo que no se es. La única forma de ser indestructible.
De él nos creíamos todo. Porque lo contaba tal y como lo vivía. Exprimiéndolo. La excepción es lo de ahora. No, esta historia no puede ser verdad. Julio Camba, maestro, si acaso lo ves llegar, mándalo de vuelta. Es todo una confusión. Éste es justo el tipo de aquella columna tuya, cuando el periódico andaba equivocado y publicó lo que no era.
Hoy Javi Cid es para todos los que le conocimos la fe de erratas soñada. El hombre que te hace festiva la redacción. Así, el próximo día que pase por allí lo saludo mientras cuadra las páginas de un suple tirado en el suelo, como en los viejos tiempos. Y de paso le pregunto qué tal anda nuestra querida Rocío. Nadie dibujaba un parte emocional mejor que él.
Me vienen los clásicos hablando de Javi como si él lo fuera. Pero no se puede ser clásico y rompedor a la vez. Solemne y revolucionario al mismo tiempo. Claro que eso son estrecheces de etiquetas de nuestros días que sólo aplican para el común de los mortales. Nuestro Cid no lo era y por eso podía ser todo eso y más. Incluso eterno. Sobre todo, eterno. De ahí que parafraseemos: «Se está muriendo gente que no debería morirse nunca».
Hay piezas que nunca pueden levantarse de los puzles generacionales. La de Javi Cid es la fluorescente de la nuestra, por eso se queda. Hoy dirá el periódico lo que dice, pero chico guapo, a ti aún te quedan fiestas por bailar y batallas por ganar. Siempre fuiste aún más fuerte. De ahí la leyenda. Lo de tu apellido no va a ser una casualidad.
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